A la sombra de los orishas

Magaly Cabrales
26/1/2021

Cuando, siglos atrás, los conquistadores españoles radicados en Cuba dejaban sus hijos al cuidado de los negros esclavos, ni siquiera imaginaban que contribuían a engendrar en sus descendientes maneras de pensar y creer muy distintas a las suyas. Los negros procedentes de distintas regiones del continente africano ciertamente arribaron a nuestras costas desnudos de cuerpo, mas no de alma. En ella traían la inmensa y valiosa carga de sus sentimientos, costumbres y creencias que, poco a poco y sin proponérselo, fueron trasmitiendo a los “amitos”. Fue así como, en un largo proceso de sincretismo religioso, los hijos de los “amos” aprendieron a ver en la Caridad del Cobre a Oshún, en Santa Bárbara al temerario Shangó, en San Lázaro a Babalú Ayé y en la Virgen de Regla a Yemayá que, entre otros muchos orishas del panteón yoruba, suplantaron los nombres de casi todos los santos católicos.

“ (…) la Asociación Yoruba de Cuba, la Comisión organizadora de la Letra del año integrada por el Consejo de Sacerdotes Mayores de Ifá, el Consejo de Sacerdotes Mayores, Sacerdotes jefes de familias descendientes de las cuatro vertientes más importantes del legado afrocubano, dieron a conocer que sería Olokun la divinidad regente en el año 2021”. Imágenes: Internet
 

De todas las etnias que llegaron de África —lucumí, abakuá, conga, entre otras— la más avanzada fue la yoruba. Oriunda de Nigeria, Dahomey y Togo, es poseedora de una sólida religión adoradora de dioses negros de la guerra y de la paz. Justo por la solidez de sus creencias, además de que “constituían mayoría cuando entraron a Cuba y porque llegó en boca de sus más altos representantes reconocidos como sacerdotes, los primeros cazados mientras defendían sus tribus, la yoruba es la religión más expandida en nuestro país”, refiere en entrevista exclusiva José Manuel Pérez Andino, presidente de la Asociación Yoruba de Cuba.

Después de casi cinco años de “incesantes labores constructivas en las que nunca faltó el apoyo del Partido, del Gobierno, de los practicantes de nuestra religión y de manera muy especial de nuestro inolvidable Historiador Eusebio Leal, en 1991 quedó oficialmente inaugurada la Asociación Yoruba de Cuba que desde sus inicios tuvo carácter nacional”.

Esta institución, radicada en la Habana Vieja, cuenta con una representación en todas las provincias del país que aglutinan a más de 44 000 afiliados. Asimismo, fuera de nuestras fronteras existen alrededor de 154 extensiones en más de una decena de países.

“Me atrevería a asegurar que los seguidores de la religión yoruba suman millones dentro y fuera de Cuba”, subraya Pérez Andino. Y, justo por la gran cantidad de adeptos, históricamente ha sido esta creencia la que cada año tiene a su cargo la elección de la Letra del año, cuyos orígenes se remontan a los años ‘80 del siglo XIX.

“La situación epidemiológica que vive en la actualidad nuestra nación, a causa de la pandemia, nos obligó a reducir el número de participantes en la ceremonia oficial de la Letra del año. Pero, de todos modos, en ella participaron las personas que tenían que estar. Como en años anteriores fue presidida por el sacerdote de Ifá Ángel Custodio (Bebo), Awo Baba Eyiobe, Sacerdote Mayor de Cuba, respaldado por Sacerdotes de Ifá de todas las familias cubanas y sus descendientes en el mundo”.

Como resultado de la reunión celebrada durante los últimos días del mes de diciembre de 2020, en la sede de la Asociación Yoruba de Cuba, la Comisión organizadora de la Letra del año integrada por el Consejo de Sacerdotes Mayores de Ifá, el Consejo de Sacerdotes Mayores, Sacerdotes jefes de familias descendientes de las cuatro vertientes más importantes del legado afrocubano, dieron a conocer que sería Olokun la divinidad regente en el año 2021. Este orisha, reconocido como el dueño de las profundidades del mar, tendrá como acompañante a Oshún.

Entre otras muchas predicciones, la Letra para este año augura incumplimiento y rupturas de convenios, el aumento de hechos delictivos y desacato a las leyes, además de la ocurrencia de desastres naturales y la pérdida de vidas humanas. “Predicciones que respetamos, por supuesto, porque son las voces de nuestras deidades, pero no nos amedrentan”, comenta José Manuel. “Contamos con la protección de nuestros orishas y junto con ellos la voluntad de todos de seguir adelante. Los cubanos somos guerreros de nacimiento, lo llevamos en la sangre como nuestros ancestros y estamos acostumbrados a librar grandes y difíciles batallas de las que siempre hemos salido victoriosos”.

 La deidad que acompañará al “dueño de las profundidades del mar” en la regencia de este 2021 será Oshún, la diosa de los ríos, la fertilidad y el amor.
 

Es así que de gran utilidad resultará mantener en las viviendas una bandera de color azul con ribetes amarillos y también ¿por qué no? baldear nuestras casas con ocho hierbas de Obatalá y, sobre todo, tener en cuenta que “el que ríe último, ríe mejor” —es el refrán del signo predominante en las predicciones de inicios de año—.

Finalmente, desde el principal templo de la religión yoruba en Cuba, su Presidente llamó “a la hermandad entre los pueblos echando a un lado las desigualdades y diferencias de todo tipo; a la unidad de los cubanos creyentes o no que, convertidos en una gran familia, continuarán construyendo el país que queremos y necesitamos con esfuerzos propios; a desterrar de las mentes y los corazones la mentira, el odio, la maldad y la envidia dejando en ellos solo espacio para el amor, el amor a la Patria, al prójimo, a la fe y al deseo de conservar siempre ese hermoso legado que nos dejaron nuestros ancestros africanos”.