A sus marcas, listos: Cubadisco

Emir García Meralla
3/5/2019

Aún no han caído los siempre esperados aguaceros de mayo, esos que provocan la justa maduración de frutos como el mango, el aguacate  y la guanábana; cuando ya se anuncian los nominados a los premios Cubadisco 2019 en cada una de las diversas categorías que evalúan los jurados elegidos a tal fin.

A juicio de los organizadores el reclamo de que el evento regresara a su fecha fundacional e inicial ―el mes de mayo― es respuesta justa a los reclamos de músicos, especialistas y otros vinculados a la industria musical cubana; del mismo modo que enriquece la cartelera cultural de la ciudad; máxime cuando se anuncia que en un futuro cercano la habanera calle Línea se convertirá en un importante corredor cultural y la música será un importante protagonista.

Esta edición de Cubadisco está dedicada al centenario de Benny Moré; lo mismo que el grueso de las acciones
en que se ha involucrado el Instituto de la Música y muchas otras instituciones culturales. Imagen: Internet

 

Como ya se ha hecho tradición se anuncian en una tarde maratónica los nominados en las diversas categorías y es a partir de ese instante en que la discordia y las insatisfacción se convierten en las frutas que acompañan a una parte del gremio musical cubano; y es que resulta harto difícil complacer y contentar a hombres y mujeres que depositaron sus esperanzas creativas en una obra fonográfica.

Esta edición de Cubadisco está dedicada al centenario de Benny Moré; lo mismo que el grueso de las acciones en que se ha involucrado el Instituto de la Música y muchas otras instituciones culturales. Sin embargo; resulta notable y hasta por momentos preocupante otros centenarios de importantes figuras que convergen este 2019.

Sin negar al Benny es menester recordar la figura de Andrés Echevarría, conocido como  “El niño Rivera”, tresero cuya obra como compositor y arreglista tiene un peso fundamental en la evolución del son a partir de los años cuarenta. Tan importante también es Dámaso Pérez Prado; lo mismo que la entrada de las composiciones del filin en los grandes circuitos musicales. Como ejemplo están las grabaciones de los temas de César Portillo de la Luz y José Antonio Méndez que cantó Miguel de Gonzalo, acompañado por su conjunto en los años cincuenta.

Lo mismo ocurre con los compositores Juan Blanco y Harold Gramatges, dos nombres imprescindibles dentro de las vanguardias musicales cubanas de la segunda mitad del pasado siglo. El primero, al abrazar las vanguardias sonoras que hoy nos conducen al campo de la música electrónica (aquella que una vez fue electroacústica). Harold; además de su magisterio de ser el primer merecedor del premio Tomás Luis de Victoria  —el equivalente al Cervantes dentro de la música iberoamericana— es referencia obligada cuando del movimiento sinfónico cubano de estos tiempos se habla.

Dolorosamente la obra de estos tres músicos está ausente de las propuestas discográficas que este año se presentan y todo indica que nuestra industria, sus directivos y hasta las instituciones en su gran mayoría no repararan en ello.

Aun así, el disparo de salida para el CUBADISCO ha sonado; después de esta tarde de alegrías, tragos, abrazos y fotos tocará la hora de los detalles y las incomprensiones.

Volveremos sobre el tema.