El autor y su obra, espacio de intercambio literario auspiciado por el Instituto Cubano del Libro (ICL) recibió en la tarde de este 18 de enero a Abel Prieto, presidente de Casa de las Américas, un escritor, profesor y político cubano con varias novelas publicadas y un recorrido particular por los cuentos y los ensayos.

El encuentro tuvo lugar en el Teatro Hart de la Biblioteca Nacional de Cuba y en él estuvieron presentes, entre otros, Omar Valiño, presidente de esa institución; Juan Rodríguez Cabrera, director del ICL; Corina Mestre, Víctor Fowler y Laidi Fernández de Juan, además de otros intelectuales y amistades del escritor.

En el coloquio participaron Marilyn Bobes, Francisco López Sacha y Miguel Barnet, los cuales analizaron el trabajo literario del homenajeado.

Marilyn ofreció un acercamiento a las novelas del autor y precisó como elementos distintivos la mirada a seres poco atendidos y marcados por las circunstancias. Sobre El vuelo del gato recalcó la construcción narrativa y en referencia a Viajes de Miguel Luna señaló el despliegue de seres humanos en toda su complejidad.

“Las dos novelas de Abel Prieto merecen un más justo reconocimiento y serían un bello y lúcido regalo para las generaciones del futuro. En ellas está nuestra historia y lo que somos. Con ellas podemos aprender a ser mejores”.

La también poetisa distinguió la obra novelística como una rara avis temática y conceptual donde están nuestras más íntimas esencias nacionales y llamó a estudiar con mayor detenimiento los personajes femeninos, siempre empoderados y revestidos de una misteriosa capacidad de superar las secuelas del patriarcado.

“Las dos novelas de Abel Prieto merecen un más justo reconocimiento y serían un bello y lúcido regalo para las generaciones del futuro. En ellas está nuestra historia y lo que somos. Con ellas podemos aprender a ser mejores”, recalcó.

Marilyn Bobes ofreció un acercamiento a las novelas del homenajeado y precisó como elementos distintivos la mirada a seres poco atendidos y marcados por las circunstancias.

Miguel Barnet, por su parte, compartió anécdotas de su amistad con Abel, la capacidad de este para sacar lo mejor en contextos difíciles y la virtud y talentos intrínsecos para desempeñarse como ensayista y escritor. Un ser único y singular, señaló, capaz de seducir a todos con un sentido agudo y jovial del humor.

También reseñó los méritos literarios y subrayó la comunión entre la introspección en la historia de lo cotidiano y la ficción poética. Todos sus personajes, destacó, tienen un talante original, no visto anteriormente en el cuento, la novela ni la pintura cubanas y tiene el don de aparecer sin máscaras en el teatro de la vida del barrio y en el imaginario popular.

“Siempre será el ministro que nos ha legado la vocación de sacrificio y de entereza y un tesoro literario que ningún cargo político pudo empañar, por el contrario, su paso por la política, dígase mejor, por la Revolución, le dio esa amplitud de miras que lo ha convertido en un ensayista excepcional, enemigo de lugares comunes y trivialidades y ajeno por suerte al cacareo de citas.

Todos sus personajes, afirmó Barnet, tienen un talante original, no visto anteriormente en el cuento, la novela ni la pintura cubanas.

“Por suerte y pese a las investiduras que posee, es él mismo mejorado cada día, el más antidogmático de todos, el humanista en posesión de sus virtudes éticas y martianas y en posesión también de su estatura como escritor y revolucionario que compite con su talla métrica”, destacó Barnet.

En diálogo con la audiencia, el narrador, ensayista y profesor de arte Francisco López Sacha valoró la magnitud de los cuentos de Abel desde el primer volumen publicado en 1989 hasta aquellos de la década de 1980.

En esas historias, de acuerdo con López Sacha, hay una necesidad expresiva para establecer realmente un criterio dentro del mundo alucinante que está creando el autor, junto a los valores que explora y expone y donde se da una conjunción entre lo imaginativo y lo real.

En un sentido, detallado y profundo análisis de Viajes de Miguel Luna, Sacha resaltó la exploración de los problemas del socialismo real y la novedad de la figura del narrador como ente que llama la atención sobre sí mismo y sus propios problemas.

En diálogo con la audiencia, el narrador, ensayista y profesor de arte Francisco López Sacha valoró la magnitud de los cuentos de Abel Prieto.

Esa obra, a su juicio, es el testimonio de una época y está en la cúspide de las novelas paródicas más grandes de la literatura cubana por detrás de Concierto barroco, de Alejo Carpentier y de La Habana para un infante difunto, de Guillermo Cabrera Infante.

Abel Prieto, por su parte, agradeció el reconocimiento y compartió anécdotas de su labor como ministro de Cultura y presidente de la Uneac. También recordó la figura de Armando Hart y la sorpresa que experimentó cuando en un momento determinado Fidel citó uno de sus personajes.

Para los panelistas en el encuentro, la obra de Abel reúne los méritos necesarios para ocupar un lugar destacado en la literatura cubana desde los escritos recogidos en volúmenes de relatos como Los bitongos y los guapos (1980) y Noche de sábado (1989) y sus novelas El vuelo del gato (1999) y Viajes de Miguel Luna(2012).

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