Con profundo dolor, el Ministerio de Cultura, el Instituto Cubano del Libro, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y la Dirección Provincial de Cultura de Matanzas lamentan el deceso ayer, en la ciudad de Matanzas, de Rolando Estévez, Premio Nacional de Diseño (2010).

“Hasta el momento de su deceso dirigía la editorial artesanal El Fortín, fundada por él en su amada ciudad yumurina”. Foto: Tomada de ACN

Rolando Estévez Jordán (Matanzas, 1953) fue un pintor, poeta y diseñador aventajado. Recibió el Premio Nacional de Diseño del Libro en el año 2010 y la Distinción por la Cultura Nacional. Diseños escénicos suyos merecieron reconocimientos nacionales y en el extranjero, y su quehacer resultó fundamental para dar a Ediciones Vigía la visualidad y el prestigio que la caracterizan a nivel nacional e internacional. Hasta el momento de su deceso dirigía la editorial artesanal El Fortín, fundada por él en su amada ciudad yumurina.

En su amplia y diversa trayectoria profesional, Estévez recibió en 1972 mención en Diseño Gráfico del Salón Juvenil Nacional. Había participado en 30 salones colectivos dentro y fuera de Cuba, y en más de 30 exposiciones personales.

En 1985, en colaboración con Alfredo Zaldívar, fundó en Matanzas Ediciones Vigía, que se mantiene hasta hoy. Estévez creó la línea de diseño que distingue a esta editorial desde entonces: la publicación de solo 200 ejemplares manufacturados e ilustrados con dibujos originales, materiales naturales, y gran variedad de papeles y técnicas artesanales. Hoy en día, en cada edición de Vigía se deja ver su sello distintivo, su arte y su luz original. Las Ediciones Vigía forman parte de las colecciones de la Biblioteca del Congreso (en Washington), del Museo de Arte Atlántico, y de varias universidades de Estados Unidos, Canadá y otros países de América. En 2002 el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) adquirió la primera colección de estos libros y la ha seguido incrementando hasta el presente.

Poseía al morir varias distinciones nacionales. Pertenecía a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y era miembro de honor de la Asociación Hermanos Saíz. Trabajos críticos y otros estudios sobre su obra han aparecido en las más importantes publicaciones de arte y literatura de Cuba y en revistas de Estados Unidos, México y Costa Rica.

“En cada edición de Vigía se deja ver su sello distintivo, su arte y su luz original”. Foto: Tomada de Cubadebate

El trabajo de Estévez fue multifacético al abarcar el dibujo, la instalación, la fotografía manipulada, el objeto-arte y el libro-arte, así como el diseño escénico (con grupos como Mirón Cubano, D’Sur, Buendía e Icarón, fundamentalmente). Fue, además, un destacado docente, pues impartía talleres sobre técnicas de diseño escénico y un curso libre de Diseño Básico.

Había obtenido en tres ocasiones el Premio de Diseño de Libros del Salón Nacional de la Gráfica, y en dos oportunidades, el Premio el Arte del Libro, así como el Gran Premio Fayad Jamís por una colección de libros diseñados para Vigía. Su obra plástica se ha difundido en exposiciones colectivas y personales (cerca de 27) en Cuba, Estados Unidos, México, Francia, Venezuela y Martinica.

“Vigía debe a Estévez la luz”.

Como poeta su desempeño nos queda en los títulos El dios tardío (Letras Cubanas, 1990), La cáscara profunda (Ediciones Vigía, 1991), Suite para voz y corazón en traje negro (Ediciones de La Ciudad 1997), Mar mediante (Ediciones Vigía, 2007) y La vena rota (Ediciones Aldabón, 2010).

Las emotivas palabras de Agustina Ponce Valdés, actual directora de Ediciones Vigía, publicadas en su muro de Facebook, podrían ser su mejor epitafio:

Vigía le debe todo. Los libros fueron llegando en los 80 uno a uno nacidos de las manos de este hombre; su visualidad, la teatralidad y la poesía que nacía de cada uno hicieron a este proyecto grande y perdurable. Por esa lámpara que dibujó tantas veces, por esas mujeres y hombres musas que crecieron en cada página, Vigía le agradece. Vigía debe a Estévez la luz, y de ella cuidará siempre como del patrimonio que nos legó.