“Muero por la Revolución”
Julio A. Mella

Con motivo del 120 aniversario del natalicio de Julio Antonio Mella, el Pabellón Cuba, en el marco de la 31 Feria Internacional del Libro de La Habana, en itinerancia por las provincias y el interior de la capital habanera, convocó a la presentación del libro Mella: una vida en torbellino: Apuntes para una biografía, de Rolando González (Editorial Capiro, 2019).

“Mella fue fundador en Cuba de la FEU y también del primer Partido Comunista, su figura política es modelo y referente, por excelencia, de la juventud universitaria cubana”.

Una mesa de excelencia compuesta por el vicepresidente de la Unión de Historiadores de La Habana, Felipe Pérez Cruz, junto a los historiadores Adys Cupull y Froilán González García (Premio Historiadores por la Vida 2023) invitaron a reflexionar y actualizar la vigencia del pensamiento de Julio Antonio Mella no sólo para Cuba, sino también para Nuestra América.

Mella fue fundador en Cuba de la FEU y también del primer Partido Comunista, su figura política es modelo y referente, por excelencia, de la juventud universitaria cubana. Creador de la Universidad Popular José Martí, cientos de edificios escolares llevan su nombre, resultando preciso y necesario fortalecer su legado, que a la vez es continuidad de Martí.

Una clave en la presentación de esta biografía de Mella está en relación a valorar la historia como terreno de disputa y lucha para que la verdad siempre salga a la luz. Fotos: Cortesía de la autora

Alguien desde el auditorio recordó la frase de Fidel: “El cubano que más hizo en menos tiempo”, y Froilán González aportó entonces el dato que Mella era de una inteligencia superior y de un talento sin límites, capaz de realizar la traducción de Lenin del inglés al español, gracias al profundo conocimiento e interpretación de la teoría marxista que dominaba.

La conmemoración sobre Mella giró en torno a resaltar episodios de su vida. Su origen de hijo recogido, la amistad con Fabio Grobart, el amor de padre hacia su hija Natasha Mella, residiendo en EE.UU., la discriminación sufrida por el joven líder portando toda su herencia negra y llegando a las primeras líneas de conducción política en Cuba, entre otros aspectos abordados.

Un profesor de Historia de Cuba enfáticamente argumentó: “A Mella hay que ponerlo en la calle, hay que llevarlo por los barrios. Mella tiene que volver a ser ese joven del que se enamoren nuestros jóvenes de hoy”.

“A Mella hay que ponerlo en la calle, hay que llevarlo por los barrios”, enfatizó un profesor de Historia de Cuba.

La Argentina influyó en Mella porque en 1918, cuando fue la Revolución de Córdoba por la Reforma Universitaria, él se inspiró en aquello, radicalizó y adaptó lo que sería útil a la Revolución cubana, información presente en el libro.

Ya en 1924 Mella publicaba folletos en la Universidad, donde denunciaba la Enmienda Platt y al imperialismo estadounidense como principal enemigo de Cuba. Encarcelado en 1926 por la dictadura de Machado, la presión nacional e internacional logran su liberación y se exilia en México. Perseguido, es asesinado por sicarios machadistas (1929), por ser un revolucionario antiimperialista sin miedo. Lo mataron para que nadie siguiera su ejemplo, pero se equivocaron porque Mella es bandera de las juventudes en Cuba y en el mundo, mientras que a sus asesinos nadie los recordará nunca.

“Lo mataron para que nadie siguiera su ejemplo, pero se equivocaron porque Mella es bandera de las juventudes en Cuba y en el mundo”.

Acompañaron la presentación el presidente de la Unión de Historiadores de Cuba, Jorge Luis Aneiros y la directora del Centro Provincial del Libro Dulce Rodríguez Gómez.

Otra clave en la presentación de esta biografía de Mella, de acuerdo con las exposiciones de la mesa de especialistas, está en relación a valorar la historia como terreno de disputa y lucha para que la verdad siempre salga a la luz, sin tergiversar ni ocultar las contradicciones sino por el contrario, comprender los procesos históricos como tramas complejas no lineales, con dirigentes que aciertan y se equivocan, porque son humanos.

Sobre el final, surgieron algunas ideas para poner en valor el legado de Julio Antonio Mella, que puestas en acción por los ámbitos que correspondan, podrían aportar a continuar profundizando el proceso de la Revolución cubana según los horizontes trazados por Fidel Castro Ruz. Entre ellas se mencionaron: colocar una placa en su casa natal en la calle Obispo, impulsar una red entre escuelas que lleven el nombre de Julio Antonio Mella y hasta intentar refundar la Universidad Popular José Martí.

Adys Cupull y Froilán González ante el monumento a Mella que está frente a la Universidad de La Habana.

A modo de invitación, en la contracubierta del libro, Juan Marinello dice sobre Mella: “Conocerlo era creer en él”. A pocos días del 25 de marzo, cuando se cumplirán los 120 años de su natalicio, el mejor homenaje para Julio Antonio Mella será que se hable de él en todas partes, en la televisión y en la radio, en las escuelas de todos los niveles, en las calles de los barrios, en las guaguas y en las bodegas, en todas las plazas a lo largo y ancho de la Isla.

“Conocerlo era creer en él”, dijo Juan Marinello de Mella.

Sabemos que mejor es posible porque, resistir es no dejarse vencer y eso el pueblo cubano lo heredó de Martí, de Mella, de Fidel. Esa mística está latente en los 11 millones de cubanos y cubanas que en lo cotidiano luchan colectivamente en el presente de la Revolución cubana.

Que la luz de la antorcha martiana, ilumine la figura de Mella y aprendamos para siempre que “Aquí no se rinde nadie”, que “Seguimos en combate” porque la historia se hace a fuego lento y los revolucionarios son el viento.

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