Aliento es el título de la muestra bipersonal de los artistas visuales Zaida del Río y Cristhian González-Téllez del Río, que entre septiembre y noviembre acogerá Collage Habana. Pinturas y esculturas de mediano y gran formato conforman la muestra, curada por Indira Carrillo Álvarez, especialista de la galería. 

Aliento hace gala a su título. Al decir de la crítico y curadora Virginia Alberdi, ofrece una bocanada de aire fresco en mitad de una pandemia que nos ha golpeado con inusitada potencia. De un lado, Zaida, dueña de una poética reconocida y reconocible, rica en figuraciones hedonistas plagadas de mujeres, diosas, personificaciones de la Naturaleza y doncellas con cabeza de pájaro que, para la ocasión, se apoderan de lienzos y ganan cuerpo en dos esculturas de bronce notables por su belleza y sensualidad. Representaciones de la maternidad, la primavera y de figuras teológicas significativas dentro de nuestra religiosidad popular abundan en las pinturas que hoy nos propone la también grabadora, dibujante y performer, una de las creadoras más significativas de su generación.  

Aliento hace gala a su título (…)”.

Del otro encontramos a Cristhian, cuyas composiciones, deudoras del cromático neoimpresionismo de Seurat y Signac, inician la puesta en escena con imágenes oscuras, pesimistas, protagonizadas por una figura femenina ataviada con una careta antigás que paulatinamente va adentrándose en atmósferas luminosas, esperanzadoras, pobladas de colibríes y seres alados: motivos iconográficos utilizador por Zaida de forma reiterada, y que en la exposición actúan como puentes visuales entre ambas poéticas. Completan la muestra dos bronces de la creadora, pertenecientes a una serie escultórica centrada en las mujeres cabeza de pájaro, realizada en Estados Unidos y poco conocida en nuestro país.

Cristhian González-Téllez y Zaida del Río.

Angustia, miedo, horror ante la enfermedad y la muerte; la asfixia existencial que nos imponen el encierro y el aislamiento; la incertidumbre y la soledad generadas por la pandemia; la posibilidad real de no vivir un mañana. En el plano opuesto: el renacer de la existencia, sus líquidos e inflorescencias, la esperanza de un futuro radiante y la fe, siempre la fe, cimentaje que nos sostiene y fuerza motriz que nos impulsa hacia adelante.  

Entre dos aguas se debate Aliento, propuesta gestada a cuatro manos, con la luz como estación final, y buen ejemplo del fecundo trabajo desarrollado por los artistas cubanos durante estos dos años de encierro y espera.

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