Ana Cairo es cubanísima

Kenia Méndez Mederos
9/2/2020

El homenaje que el Instituto Cubano del Libro y la 29 Feria Internacional del Libro de La Habana pensaron para la doctora, profesora, historiadora y relevante intelectual Ana Cairo Ballester no la alcanzó en vida, pero llega ahora en el marco del evento para traerla más viva, más grande, más profunda.

La Sala Nicolás Guillén acogió el Coloquio homenaje a la doctora y reunió para ello a cercanas y relevantes figuras que acompañaran su intenso quehacer profesional. Moderado por la investigadora Cira Romero el espacio contó con las presentaciones del doctor Eduardo Torres Cuevas, director del Programa Martiano; Pedro Pablo Rodríguez, investigador del Centro de Estudios Martianos y director general de la Edición Crítica de las Obras Completas de José Martí; José Antonio Baujin, profesor de la Facultad de Artes y Letras y director de la Editorial UH y Ricardo Hernández Otero, especialista de la Editorial Ciencias Sociales y colaborador del Programa Martiano.

Coloquio homenaje a la doctora Ana Cairo Ballester en el marco de la 29 Feria Internacional del Libro de La Habana. Fotos de la autora
 

Torres Cuevas comentó sobre la formación poco común de Ana, que abarcaba diferentes áreas de las Ciencias Sociales, y resaltó su estudio detallado de pensadores de las décadas del 30 y 40. “Valentía intelectual a toda prueba, inteligencia poco común, modestia y conciencia de lo humano son los valores que la definían”, agregó.

Pedro Pablo la conoció primero como compañero de clases. Impartían docencia de Literatura en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, entonces Facultad de Periodismo. Debates sobre alumnos y contenidos, una comunicación interpersonal definida por el humor inteligente y términos como “la mulatocracia intelectual habanera” signaron una amistad que luego acompañó investigaciones y empeños diversos. Sobre las cualidades que definieron su labor investigativa, explicó:

“Ana Cairo era cubanísima, vivía al tanto de cada detalle de la vida cotidiana. A veces en el mundo intelectual hay personas que piensan que se explica una sociedad solamente desde el punto de vista de la práctica intelectual. Sobre esto el académico tiene que tener mucho cuidado y no convertirse en una persona que desde un ente muy cerrado intenta entender los fenómenos y grupos sociales sobre los cuales está dirigida su mirada. Desde cualquier punto de vista y disciplina el examen de los seres humanos, las naciones y los pueblos se enriquece cuando el investigador vive y forma parte de esa realidad”.

 

José Antonio Baujin se centró en Ana, la profesora, la que leía y corregía manuscritos de estudiantes y amigos; llegaba a una clase siempre de rigor, una clase que era una representación de la cultura viva; se acercaba al pasado para entender el presente y sorprendía con su capacidad relacionadora, con su noción de proceso cultural, comentó en los límites de la emoción y el orgullo.

Por su parte, Ricardo Hernández Otero rememoró las palabras de Ana Cairo cuando le fuera entregado el Premio Nacional de Ciencias Sociales “espero que la voluntad de hacer y la autodisciplina me acompañen”. Hizo énfasis en algunas notables y no tan conocidas investigaciones de la autora como Emilia Casanova y la dignidad de la mujer cubana y Las intelectuales cubanas y 20 de mayo, ¿fecha gloriosa?.

El espacio también fue oportuno para presentar algunos títulos de la autora traídos a la feria: Bembé para cimarrones (Editorial UH); Audacia cultural. Fidel: imaginarios. Tomos I y II y 20 de mayo, ¿fecha gloriosa? (Editorial Nuevo Milenio).

La interdisciplinariedad, la pasión, la vocación eterna y una obra dedicada a Cuba son el principal legado de Ana Cairo, que con suerte, estará en otras ferias, otros libros, otras aulas y, claro, otras intelectuales.