Ana Mendieta vista por la fotógrafa Alejandra Glez

Elaine Caballero Sabugueiro
5/3/2020

A 35 años de su muerte, Ana Mendieta es inspiración y permanencia en Cuba, al menos para varios artistas que han bebido de su legado hasta construir senderos propios. La joven fotógrafa Alejandra Glez, de 23 años de edad, tendrá su primera muestra personal en la Isla, titulada La vida es inmortal cuando se acaba, a inaugurarse el próximo 7 de marzo en la galería La Acacia, un homenaje explícito a la también escultura y defensora del performance fallecida en 1985.

En conferencia de prensa, los organizadores de la exposición anunciaron que se mantendrá abierta al público hasta el 24 de abril, en este espacio expositivo ubicado en la calle San José entre Industria y Consulado, en el municipio Centro Habana.

Al terminar el encuentro con la prensa, los presentes visitaron parte de la exposición, donde se finalizan
los últimos detalles de la curaduría. Fotos: De la autora

 

Curada por el especialista Jorge Peré, La vida es inmortal cuando se acaba toma su título de una frase del diario de Mendieta, que se encuentra en perfecta sintonía con el pensamiento de Glez: “Estar cerca de la muerte, inmortaliza el deseo de vivir”, asegura en las palabras del catálogo.

“Es una artista que potencia, desde su obra, un determinado cuestionamiento, no solamente la llamada belleza canónica femenina, sino también discursa en una suerte de reivindicación de la mujer, en cuanto a que trabaja la zona del cuerpo, la identidad”, afirma Peré con respecto a los preceptos desarrollados por la fotógrafa.

En la muestra podrán verse, además de tres videos de Mendieta, imágenes de corte que referencian sentimientos negativos experimentados por Glez, quien los transforma a su favor como punto de partida para el proceso creativo. “Entre las dos sí existe, a nivel de esencia y cosmovisiones, ciertos paralelismos que básicamente van sobre la cuerda de la reivindicación femenina, la reconstrucción simbólica de lo relacionado con Ana y el cuerpo y la subjetividad femenina”, añade el curador.

Algunas de las imágenes que podrán verse en la muestra. 
 

La vida es inmortal cuando se acaba va más allá de traer al presente la figura de Ana Mendieta, que de por sí es un hecho admirable. Pone ante los ojos del espectador, un boleto directo para conocer sobre las crisis de ansiedad y pánico de Glez. Como la gran mayoría de sus colegas, ella utiliza el arte “como una fuente de expresión para sacar cosas que tengo adentro. Quería desnudarme no solo físicamente, sino también por dentro”, confiesa.

“En la exposición van a poder ver cómo sufro la crisis físicamente, pero también qué pasa dentro de mi cerebro, con los sentimientos que generan neurosis y ansiedad, y cómo el arte me ha ayudado a salir de esto. La muestra cierra con un videoarte donde aparezco cerrando todo lo que se habla en la exposición”, agrega.

Como casi siempre los artistas responden y se deben a la realidad que los trasciende, Glez combate, desde su escenario de acción, la sociedad machista en su dimensión más abarcadora, porque a nivel personal “simboliza el final de un ciclo tóxico que me castiga y destruye. Me cruzo en un diálogo con Ana Mendieta, quien me ayuda a entender la vida como un eco de fortaleza y deseo de vivir”.

Vuelve Ana Mendieta a ser vínculo, cruce y camino para una creadora en ascenso. Un arte provocador que siempre ha encontrado nuevas voces para palpitar en ojos de terceros. El trabajo de Glez se encuentra en las colecciones de Arte Cubano de Luciano Méndez, así como en la colección internacional de la galerista Aurora Vigil-Escalera y en otros fondos fotográficos.

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