Annie Garcés cautivó al público santiaguero en concierto especial

Leydis Tassé Magaña
22/3/2018

Una muestra de virtuosismo y entrega artística constituyó el concierto Alma sublime, que ofreció este domingo, en la ciudad de Santiago de Cuba, la joven cantante Annie Garcés, quien se presentó por primera vez en la emblemática sala Dolores.

En el contexto de la edición 56 del Festival de la Trova Pepe Sánchez, ante un nutrido auditorio y acompañada por la Orquesta Sinfónica Juvenil del conservatorio Esteban Salas, dirigida por el Maestro Víctor Vargas, Garcés interpretó 12 temas que son imprescindibles al hablar del pentagrama musical cubano en su vertiente trovadoresca.

Annie Garcés
Foto: ACN/ Roberto Díaz  Martorel
 

El inicio del concierto con La Bayamesa, del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, Francisco Castillo y José Fornaris, puso de relieve el don de la artista, para estremecer enseguida hasta a los espectadores más exigentes, que también aplaudieron su talento cuando cantó Perla Marina, de Sindo Garay, tema que considera su favorito.

Pasión y prejuicio, de Noel Nicola; Déjate ver, de David Torrens; Río abajo, de Tony Ávila y Habáname, de Carlos Varela, estremecieron a un público integrado por diversas generaciones que se pusieron de pie para ovacionar a Garcés cuando cantó Si me falta tu sonrisa, de Liuba María Hevia, cantautora que según la joven, la ha acompañado desde niña.
Oh melancolía, de Silvio Rodríguez, y pieza a la que pocos intérpretes —incluso experimentados_ se enfrentan; Mañanita de montaña, de Eduardo Sosa, cantautor al que Garcés considera uno de sus maestros y Pensamiento, de Ángel Rafael Gómez (Teofilito), fueron otras de las canciones que brillaron en una voz que es simbiosis de dulzura y fuerza.
Momento especial fue la entrega, junto a Pepe Ordás y Pancho Amat, del tema Monte adentro, del propio Ordás y cuya interpretación, más allá de la gracia con la cual fue hecha, deleitó por ser resultado de la alianza entre dos consagrados músicos y varios jóvenes talentos: Garcés, de apenas 22 años y los muchachos del conservatorio, que no rebasan los 20.
Ya se va aquella edad, de la autoría de Pablo Milanés, marcó el cierre de un concierto memorable y que hizo realidad el sueño de la cantante pinera de actuar en la sala Dolores para reverenciar a toque sinfónico la trova, género que ha defendido con vehemencia en su corta, pero intensa carrera.
No fue extraño, entonces, que en Santiago de Cuba, cuna de esa vertiente musical, se paseara por la Vieja, la Nueva y la Novísima trova a través de temas cuya selección para un concierto, denota, por sí sola, exquisitez musical.
Con esas letras de ayer, de hoy y de siempre, Annie Garcés corroboró este domingo que, ante su voz, difícilmente se puede quedar indiferente.

Tomado de ACN