En cien años, cuando se estudie la música cubana, así como lo hacemos hoy con Ernesto Lecuona, Benny Moré o Juan Formell —sin llegar a compararlos—, habrá que analizar a fondo los aportes de Pablo Milanés a la formación sonora de la mayor de las Antillas, principalmente si hablamos de trova.

El martes 22 de noviembre murió Santa Cecilia, personaje medio legendario, mártir del cristianismo y patrona de los músicos.​ También ese día Pablo dijo adiós, dejando en el mundo terrenal un legado de canciones que han acompañado al pueblo de Cuba durante las últimas generaciones. Hasta el Pabellón Cuba, sede de la Asociación Hermanos Saíz, llegaron trovadores y fieles seguidores para despedirlo de la mejor manera posible: interpretando parte de su extenso repertorio musical.

Artistas cubanos rinden homenaje al inolvidable Pablo Milanés en el escenario del Pabellón Cuba. Imágenes: De la autora

“La primera vez que salí de Cuba, en 1986, fue de la mano de Pablo Milanés. La segunda vez, la guitarra con la que toqué me la prestó él. Le debo muchísimo a Pablo”, reveló a La Jiribilla el músico Gerardo Alfonso. Él y Silvio, como fundadores del Movimiento de la Nueva Trova —aseguró—, le ofrecieron las herramientas éticas y poéticas para concebir la canción que viene haciendo desde entonces. “Considero que Pablo es uno de los mejores cantantes de todos los tiempos. Un gran compositor y revolucionario”.

“¿De dónde viene el amor?”, “Se fue”, “El breve espacio en que no estás”, “Ya se va aquella edad” y “No ha sido fácil” recorrieron cada espacio del Pabellón Cuba en las voces y acordes de destacados exponentes de todas las generaciones del Movimiento de la Nueva Trova.

En un costado del escenario se colocaron ofrendas florales para homenajear al cantautor. Hasta allí llegó Omara Portuondo para rendir tributo a quien consideró un amigo. Otros se dirigieron a PM Records, sita en calle 11 entre J e I, en el Vedado, para firmar el libro de condolencias dedicado a Pablo Milanés. 

Erick Méndez, Ray Fernández, Abel Acosta, Pancho Amat, César López, Ariel Díaz, Abel Geronés, Annie Garcés, Adrián Berazaín, Rodrigo García, Rochy Ameneiros, el Dúo Iris, Augusto Blanca, Frank Fernández, Jorge Gómez, Orlando Valle “Maraca” y Christopher Simpson también fueron a rendirle tributo a Pablo Milanés. Algunos cantaron, y otros, aunque no lo hicieron, aseguraron que estar ahí era un deber para honrar a un músico por excelencia.

Por su parte, Dayamí Pérez, integrante del Dúo Iris, calificó a Pablo como un referente en cuanto a la composición, la letra y la armonización. “Tiene que ver con la música que hacemos, y justamente por eso ha sido un cantautor que hemos escuchado desde que decidimos tener nuestro dúo”.

Según Dayamí, corresponde ahora seguir interpretando las canciones de Pablo Milanés para que siga vivo “ese legado bellísimo e inmenso”. Por su parte Javier López, integrante del dúo, expresó: “Vale la pena ir siempre a su obra, escucharla y aprender de cada pieza que dejó grabada”. Además, enfatizó en lo grandioso del cancionero de Pablo, no solo por la composición, sino también por la interpretación. “Estamos felices de vivir en la misma época que él y escucharlo cantar en vivo”. De las voces de Javier y Dayamí, con esa magia que siempre desprenden cuando están en el escenario, el público disfrutó “A dos manos”, un tema de Milanés que descubrieron hace poco más de un año.

“Pablo Milanés tiene asegurado un lugar en la posteridad”.

Augusto Blanca, fundador del Movimiento de la Nueva Trova, expresó que Pablo siempre tendrá un lugar en la cultura cubana, porque supo con sus canciones hacer crónicas de Cuba y de su gente. “Todos los estribillos que se están cantando aquí son prueba de la trascendencia de su música”. 

Más de cuatro horas de música no fueron suficientes para homenajear a Pablo; tampoco lo serían horas y horas de estudio de su extenso cancionero o de sus aportes a la música cubana. Lo único palpable e incuestionable es que Pablo Milanés tiene asegurado un lugar en la posteridad.