Aportes de los estudios universitarios a la escuela cubana de ballet

Marisela Gisselle Verdú García
24/3/2017

El aporte de los estudios superiores al fenómeno estético de la escuela cubana de ballet está claramente enunciado en el objeto de la profesión del Plan de Estudio, donde se define como “Dominio de las técnicas de preparación y formación de la metodología, hasta los niveles de más alta complejidad; de sus aspectos interpretativos y creativos; hasta sus aristas investigativas, teóricas, históricas y críticas”.

Para llegar a ese punto, valdría la pena recorrer la trayectoria de los estudios de danza en el país, pues desde los tiempos fundacionales de la Nación hasta nuestros días, la Danza constituye una de las expresiones culturales de mayor predominio en el gusto estético del pueblo cubano y forma parte del patrimonio intangible de la Cultura nacional.


Escuela Nacional de Ballet. Fotos: Racso Morejón

Nuestra tradición danzaria tiene sólidas raíces que se remontan a la Cuba precolombina. Estos primeros indicios de representaciones danzarias de los aborígenes formaban parte de un complejo cultural que agrupaba baile, música, canto y ornamentación, el “areito”. También deben subrayarse los cantos y bailes que trajeron los africanos a Cuba, que se incorporaron creativamente al tronco de la Nación.

Continuadores de este legado, las tradiciones danzarias en Cuba se han  fortalecido y afianzado a través del decursar de los años, tanto en el plano artístico como en el pedagógico. Ello posibilitó que se sentaran las bases para fundar la red de escuelas de Danza creadas por la Revolución, cuyos fundamentos se remontan a los tiempos de la escuela de Ballet de la Sociedad de Pro Arte Musical de La Habana (1931) y a la Academia Alicia Alonso (1950).

La primera de estas escuelas surgió el 30 de junio de 1931 teniendo como objetivo principal constituir una fuente de ingresos para abaratar los costos de la inversión realizada para la construcción del Teatro Auditórium, hecho que constituye el inicio de la institucionalización de la enseñanza del ballet en Cuba, aunque fuera creada sin grandes aspiraciones para el desarrollo de las manifestaciones que en ella se impartían [1]. Allí iniciarían sus estudios de ballet Alicia Martínez (Alicia Alonso), Alberto y Fernando Alonso, las tres figuras más relevantes del ballet clásico en Cuba, fundadores de la escuela cubana de ballet. De ahí la importancia de referirnos a esta Academia como uno de los antecedentes de la red de escuelas de Danza creadas por la Revolución cubana.

La Academia de Ballet Alicia Alonso surgiría como necesidad de poseer una cantera que proporcionara bailarines a la compañía del mismo nombre, la cual fue creada el 28 de octubre de 1948. La génesis de esta Academia estuvo condicionada por la necesidad de preparar bailarines cubanos formados por un sistema pedagógico, aún en aquel entonces, en construcción. La tríada de los Alonso (Alicia, Fernando y Alberto), realizaban un trabajo de selección, adecuación y apropiación de elementos de las diversas escuelas de ballet conocidas en el mundo. Con la selección de estos elementos, ajustados a las particularidades y necesidades de nuestros bailarines y del Ballet Alicia Alonso, se estaba gestando el fenómeno estético de la escuela cubana de ballet. Las figuras insignes del ballet cubano, así como sus continuadores, son conocedores de la importancia de la formación de los bailarines cubanos dentro de los lineamientos técnicos, artísticos y estéticos de la escuela cubana de ballet. De ahí la necesidad de establecer un sistema pedagógico amparado por la creación de una red de escuelas a nivel nacional, que contribuya a preservar y transmitir estos principios.


Escuela Nacional de Ballet

Luego del triunfo de la Revolución se sistematiza nacionalmente la enseñanza del ballet en Cuba. En 1961 se crea la Escuela Provincial de Ballet de La Habana Alejo Carpentier (L y 19) —hoy dedicada a los estudios de Danza—, y un año más tarde, en 1962, lo haría la Escuela Nacional de Arte,y con ella, su especialidad de Ballet. De manera paulatina se fueron estableciedo centros docentes en diferentes provincias del país.

La creación de estos centros a todo lo largo de la isla fortalecieron el proceso pedagógico del ballet clásico en Cuba. Su desarrollo estaría guiado por el magisterio de Fernando Alonso, uno de los más grandes pedagogos del ballet en los últimos tiempos, cofundador de la escuela cubana de ballet y del Ballet Nacional de Cuba. Su titánica labor pedagógica constituye un episodio destacado en la enseñanza artística en Cuba en todos sus niveles.

 Su desarrollo estaría guiado por el magisterio de Fernando Alonso, uno de los más grandes pedagogos del ballet en los últimos tiempos. Su titánica labor pedagógica constituye un episodio destacado en la enseñanza artística en Cuba en todos sus niveles.

Para el año 1966 se reorganiza la enseñanza del ballet en el país. Se diseña la red de centros encargados de la enseñanza artística quedando la Escuela Nacional de Arte como centro rector, y el resto de los centros docentes se fortalecen para impartir los primeros años del aprendizaje (lo que conocemos por nivel elemental).

Paralelamente a la formación de bailarines fue necesario establecer planes de formación de nivel medio para profesores con el objetivo de satisfacer la creciente demanda en lo que se refiere al personal docente capacitado para impartir las asignaturas Ballet, Danzas de Carácter y Danzas Históricas en este nivel.

Durante 25 años se perfeccionó la preparación artístico-técnica y pedagógica de los profesores a través de cursos complementarios, seminarios, encuentros metodológicos (muchos llevados a cabo en países pertenecientes a la antigua URSS) preparación que desempeñó un importante papel en la superación de los docentes pero que tenían un carácter de estudios de nivel medio.

Varios factores propiciaron emprender sobre bases muy sólidas la continuidad en el desarrollo de la enseñanza del ballet en el nivel superior. En primer lugar, la trayectoria de la enseñanza institucionalizada del Ballet, el reconocimiento mundial alcanzado por varios de los egresados de la ya consolidada escuela cubana de ballet, unido al perfeccionamiento constante de la enseñanza en nuestro país, y a la acertada estrategia pedagógica y artística trazada por el ballet cubano, respaldada por los  éxitos alcanzados.

Con la primera reforma de la enseñanza del arte en 1974 se establecen oficialmente los diferentes niveles de enseñanza, sus objetivos generales y por niveles, la red y los tipos de centro. La enseñanza quedó estructurada en tres niveles: elemental (con una duracion de cinco años de estudio), medio (tres años de estudio) y superior (con una duración de cinco años). Mas los estudios universitarios sobre Danza en Cuba no abrirían sus puertas hasta el año 1987.

El Instituto Superior de Arte (ISA), creado en 1976, abrió paso a los estudios universitarios de las Artes en Cuba como resultado del desarrollo del sistema de enseñanza artística que había ido forjando la nación. Aunque el proyecto inicial del Instituto incluía una carrera de Coreografía, dificultades coyunturales hicieron que los estudios superiores sobre Danza no se iniciarían hasta el año 1987. 


Taller de ballet para niñas.

En esa fecha se constituyó la carrera de Arte Danzario con tres perfiles: Ballet, Danza contemporánea y Danza Folclórica en la modalidad de Curso Regular para Trabajadores (CRT). Aquel primer Plan contemplaba dos variantes que más tarde no pudieron ser aplicadas. Se preveía que al concluir sus estudios, los graduados podrían optar por un segundo perfil de Crítica o Coreografía con una duración de un año adicional de estudio.

A mediados de la década de los 90s se inaugura el Curso Regular Diurno integrando, junto a la carrera de Arte Teatral, la antigua Facultad de Artes Escénicas. En lo adelante cohabitarían las tres modalidades.

 

Los estudios universitarios de ballet en Cuba

La escuela cubana de ballet ya era un hecho artístico reconocido internacionalmente cuando en 1987  se inauguró  la carrera de Arte Danzario. Por tanto, el ISA no pudo tomar parte en las acciones fundacionales que son las que se mencionan generalmente cuando se habla de la escuela cubana. Los estudios superiores de ballet no han realizado contribuciones a este fenómeno estético desde el punto de vista técnico y/o artístico. Mas sí se han ocupado de sistematizar, analizar y registrar estos modos de hacer, a lo largo de tres décadas, con la realización de decenas de trabajos investigativos tanto en pregrado como en posgrado.

Durante algunos años se creyó que el ISA tendría que ser como una especie de continuidad de las escuelas de nivel medio. Y aunque, de algún modo es cierto, no es ese su encargo fundacional. El principal papel del ISA ha sido como constatador y expositor de las verdades que han caracterizado a la escuela cubana de ballet.

El principal papel del ISA ha sido como constatador y expositor de las verdades que han caracterizado a la escuela cubana de ballet.

Es evidente que los estudios universitarios de ballet en nuestro país resultan un tanto tardíos. Su trayectoria en el ámbito académico y danzario se ha visto caracterizada por la constante búsqueda de reconocimiento, mérito, valía y reafirmación de sus saberes, algo que aún no ha sido completamente logrado.

Al hecho de que la formación de los bailarines se inicia desde edades muy tempranas, se suma la corta tradición académica en el campo de la carrera. Esta situación complejiza la relación entre excelencia artística y excelencia académica. Es muy común el criterio de que, una vez alcanzada la consagración como bailarines, no es necesario recibir otro tipo de formación y muchísimo menos en contenido teórico (actualmente un grupo especial de bailarines que cursan la carrera en la Facultad).

A ello se suma la escasez de materiales bibliográficos con que cuenta la carrera de Arte Danzario. Esto se debe, en gran medida, al carácter efimero de la Danza que apenas comenzó a registrarse y conservarse con la llegada del cine en el año 1895 y con la aparición de los sistemas de notacion danzaria a inicios del siglo XX. Es justamente una de las tareas de los estudios universitarios de Ballet: contribuir a preservar la historia y el pensamiento sobre ésta manifestación en nuestro país.

En las investigaciones realizadas por los estudiantes del perfil Ballet hay un marcado predominio de los temas históricos y muchos recogen la trayectoria artística y/o pedagógica de notables figuras de la danza clásica en nuestro país. Aunque es cierto que con ello se contribuye a resarcir la falta de materiales bibliográficos, se hace igualmente necesario el fomentar e incentivar en las investigaciones de este Departamento temas que se ocupen de problemas más contemporáneos del ballet en nuestro país. La conformación de una base bibliográfica actualizada, con investigaciones pertinentes, debe ser lo que reafirme el carácter superior de nuestros estudios. De ahí la necesidad de poner en circulación los resultados de las investigaciones antes mencionadas.

La metodología de la escuela cubana de ballet, como fenómeno estético, es un tema que aún no ha sido plasmado como debiera en memoria escrita o audiovisual. Pasan los años y, ante la falta de registro sobre este tema, llega la inevitable contaminación.

La metodología de la escuela cubana de ballet, como fenómeno estético, es un tema que aún no ha sido plasmado como debiera en memoria escrita o audiovisual.

Es cierto que hay muchos maestros noveles dentro de la escuela cubana de ballet que realizan un magnífico trabajo ante su tarea de transmisión de saberes, supervisados por algunos de los maestros más notables que han formado dicha escuela. Pero, ¿que sucederá cuándo no exista supervisión alguna por parte de estos notables? ¿Se preservará y transmitirá la estética de la escuela cubana de ballet en su forma más fidedigna, ante el constante flujo de tendencias diversas? Sabemos que debemos y tenemos que asimilar y retroalimentarnos de estos modos de hacer tan diferentes para no quedar en la mera colección museística. Mas, ¿por qué no realizar un esfuerzo conjunto hoy,  en aras de resguardar y salvaguardar uno de los logros más grandes de esta pequena Isla? Un fenómeno construido desde lo cubano y para los cubanos. Aún no estamos extintos. ¿Esperaremos que sea arrasada por el meteroro de la contemporaneidad con sus disímiles corrientes? La problemática es cristalina, la tarea está encomendada y la disposición… ¿quebrantada? 

 

Nota
 
1.Además de la Escuela de Ballet existía una Escuela de Guitarra y un Cuadro de Declamación.