El Museo Ernest Hemingway se caracteriza por coleccionar, conservar, investigar y promover la vida y obra del célebre escritor norteamericano Ernest Miller Hemingway (1899-1961), quien vivió 21 años en Finca Vigía, poblado de San Francisco de Paula, en San Miguel del Padrón, Cuba.

En este trabajo de investigación, que es parte de un estudio más amplio y analítico denominado “Hemingway y su colección pictórica mundial”, presentaré la relación de Hemingway con el impresionismo, el postimpresionismo, el fauvismo, el expresionismo, el cubismo y el surrealismo, estilos artísticos de finales del siglo XIX y principios del XX.

Al plantearme el problema de investigación: ¿Por qué no se conoce la relación de Hemingway con las vanguardias pictóricas internacionales?, así como la hipótesis, descubrí que se desconoce esta relación porque no existe un estudio de la misma. Sin embargo, es necesario profundizar en este aspecto, ya que obras de estos artistas que pertenecieron a Hemingway forman parte hoy de la colección del museo. Precisamente el objetivo general de este trabajo es tratar de acercarme a un estudio de estas piezas museables.

El estudio de las colecciones en los museos es muy importante para lograr los objetivos fundamentales de su existencia como institución cultural: coleccionismo, conservación, investigación y promoción del patrimonio cultural de la humanidad.

Hemingway poseía una colección de reproducciones de obras de reconocidos artistas de la plástica internacional. Fotos: Cortesía de la autora

En La Habana Vieja encontramos obras de La Colonia y otras de La Neocolonia, como el hotel Ambos Mundos, que debe ser visitado por los estudiosos de la obra y vida de Hemingway en Cuba. Este inmueble es una sólida construcción de forma cuadrada que cuenta con cinco pisos, de estilo ecléctico de principios del siglo XX. Se erigió en el lugar que ocupaba anteriormente una vieja casa solariega, que tuvo que demolerse, en la esquina de la calle Obispo y Mercaderes en La Habana Vieja.

“Desde la época colonial, la zona que ocupa el edificio estuvo poblada por diversas casas familiares. A principios del siglo XX compra la propiedad el comerciante español Antolín Blanco Arias a su colega en los oficios don Manuel Llerandi y Tomé. El primero demolió la vetusta construcción para levantar allí el hotel, las obras estuvieron a cargo del arquitecto Luis Hernández Savio.

“El edificio de tres plantas —concebido para cinco— tendría la siguiente distribución: la planta baja serviría como centro comercial y en los otros dos pisos estarían las habitaciones para los huéspedes. Su estructura de acero y hormigón fundido le dan el carácter ecléctico y moderno para su tiempo de fabricación. En 1924 fue ampliado, ganando en altura. Finalmente se declaró habitable el 6 de enero de 1925. Luego de cinco años se transformó, colocándose un salón en la azotea con insuperables visitas, con cocina y servicios. Cuenta con añejos elevadores de la marca OTIS, que siguen funcionando en la actualidad.

“Este hotel gana fama internacional cuando se convierte en el ‘primer hogar’ en Cuba del célebre escritor norteamericano Ernest Hemingway, que residió en el hotel de 1932 a 1939. Hemingway disfrutaba mucho de las vistas a La Habana Vieja y al Caribe, en el que pescaba con frecuencia en su yate Pilar. Su habitación se conserva como la dejara el autor de El viejo y el mar y funciona como un pequeño museo en medio del establecimiento.

“En el año 1987 tuvo una pequeña restauración, siendo más completa la que finalizó en 1997, quedando convertido nuevamente en un lujoso hotel de época. Entre el 2004 y el 2005 se llevaron a cabo trabajos de mantenimiento, limpieza y pintura de fachadas”.

“El estudio de las colecciones en los museos es muy importante para lograr los objetivos fundamentales de su existencia como institución cultural: coleccionismo, conservación, investigación y promoción del patrimonio cultural de la humanidad”.

En junio del 2017 se realizó en el hotel Ambos Mundos el Coloquio Internacional Ernest Hemingway, donde se inauguró la exposición Hemingway, un coleccionista de arte, en la habitación 511, que ocupaba este destacado escritor norteamericano en sus viajes a Cuba, en la década de 1930. La muestra se realizó gracias a la colaboración de la Lic. Isbel Ferrero Garit, subdirectora del Museo Ernest Hemingway, y del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.

Hemingway poseía una colección pictórica de reproducciones de obras de reconocidos artistas de la plástica internacional, de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, representantes del impresionismo, el postimpresionismo, el fauvismo, el expresionismo y el cubismo.

Estos pintores son exponentes, fundamentalmente, del impresionismo, movimiento pictórico que rompió los supuestos académicos, sociales y económicos vigentes en el arte.

Los pintores impresionistas salieron de los talleres y sus modelos fueron el paisaje, la calle, el edificio, la persona; percibidos no en su concepción estática, sino en su movimiento, en ese momento único. Descubrieron el valor cambiante de la luz, utilizando una rica paleta cromática.

El postimpresionismo es un estilo artístico posterior al impresionismo, donde se continúan utilizando temas de la vida real, los colores vivos, sin reflejar fielmente la naturaleza. Intentó llevar más emoción y expresión a la pintura, presentando una visión más subjetiva del mundo.

Las reproducciones originales pertenecientes a Hemingway no se expusieron, sino una copia recreada museográfica y artísticamente de las mismas. Los pintores y sus obras expuestas fueron:

Paul Cézanne (1839-1906)

Claude Monet (1840-1926)

Auguste Renoir (1841-1919)

Paul Gauguin (1848-1903)

Vincent Van Gogh (1853-1890)

Henri Matisse (1869-1954)

Edouard Manet (1832- 1883)

Pablo Picasso (1881-1973)

Al analizar estas reproducciones descubriremos a un Hemingway conocedor del arte, capaz de valorar y apreciar estas importantes obras de la cultura universal, que hoy forman parte de la colección de artes plásticas del Museo Ernest Hemingway y que poseen un valor artístico, documental y patrimonial.

Todas estas piezas museables (de las secciones Artes Plásticas, Artes Decorativas y Vestuario) son el legado de Hemingway a Finca Vigía

La exposición Hemingway, un coleccionista de arte también contó con otras piezas museables, pertenecientes a la colección del Museo Ernest Hemingway (sección de Artes Decorativas y sección de Vestuario).

En la sección de Artes Decorativas encontramos: plato de castañuela, plato decorativo, cenicero y plato de cerámica Murano.

Plato de castañuela, de barro esmaltado, cerámica moldeada. El autor es Nuestra Señora del Prado, Talavera de la Reina. Alfonso Chacón es el pintor. Toledo, España, siglo XX. Está firmado “Fábrica Talavera. Chacón Toledo” (incisa por el reverso con esmalte negro). Las medidas son: 25 cm de diámetro y 3 cm de profundidad. La Talavera de la Reina es una fábrica de cerámica española que alcanzó su esplendor en el siglo XVII. En el XX se funda Nuestra Señora del Prado, que realizó imitaciones de la mejor época de esta manufactura, como este plato policromado decorado con dos personajes protagónicos del Quijote, por Alfonso Chacón, uno de los maestros decoradores de esta industria. Se comienza entonces a marcar las piezas con el monograma Talavera Chacón, como se aprecia en esta pieza.

Plato decorativo, de porcelana, cerámica moldeada. El autor es Delvaux. París, Francia, siglo XX. Está firmado “Delvaux” (en el reverso). Las medidas son: ½ cm de largo y 13 cm de profundidad. Plato decorado con escena parisiense, donde hay un kiosko de periódicos y una carretilla con flores. Más lejos, una calle con vidrieras de diferentes objetos. Borde en dorado. Estilo Art Nouveau.

Cenicero, de barro esmaltado, cerámica. El autor es Puente del Arzobispo. España, siglo XX. Está firmado, marca en el fondo “Puente Arzobispo”. Las medidas son: 13 cm de altura y 4,8 cm de profundidad. Cenicero de forma de cántaro que tiene a derecha e izquierda tres hendiduras para cigarros en su borde. Está decorado con un paisaje, en el césped un pájaro amarillo (perdiz estilizada) al centro. Predomina el color verde. El pájaro está pintado en colores negro, amarillo y naranja. La manufactura de cerámica española Puente del Arzobispo, al igual que Talavera, tuvo su máximo esplendor en el siglo XVII; pero a diferencia de esta no trascendió con la misma intensidad, y es menos reconocida fuera de España. Esta pieza es conocida popularmente como “cántara de la pajarita” y se vende como souvenir a los turistas. El predominio de los colores verde y amarillo es característico en las piezas realizadas por esta fábrica.

Plato de cerámica Guerrieri-Murano, de barro esmaltado, cerámica moldeada. El autor es Guerrieri-Murano. Italia, siglo XX. Está firmado por el autor. Las medidas son: 2 cm de altura y 18 cm de diámetro. Plato blanco, con borde irregular fileteado en amarillo. Tiene decoración de flores y pájaro en colores azul, rojo, amarillo y verde. “Murano es una isla de la laguna Véneta, en el noroeste de Italia (cerca de Venecia) en la región del Véneto y es famosa por su artesanía del vidrio, particularmente por sus lámparas, vasos, copas y adornos. Se le conoce en todo el mundo por la citada producción de vidrio artístico artesanal (soplado). Gracias a la artesanía de la isla, esta goza de un gran flujo turístico. El vidrio muranés es habitualmente objeto de imitación, pero la calidad de la misma es en comparación escasa”. Entre los siglos XIX y XX en Murano, Italia, se realizaron imitaciones de las piezas de su mejor época (siglo XVII).

Fotografía del plato decorativo “Cabeza de Toro”, de caolín sin vidriar (biscuit), cerámica moldeada. El autor es Pablo Picasso (1881-1973). Está firmado “Marca: Madoura Plein Feu Empreinte Originale de Picasso” (inciso en la pasta). Las medidas son: 43 cm de diámetro y 5 cm de profundidad. Plato blanco decorado con cabeza de toro silueteada en relieve. La cabeza está de perfil. Fue comprado por 150 pesos en París, Francia, 1957, por Mary Welsh, esposa de Hemingway. Actualmente este plato decorativo se encuentra expuesto en la biblioteca de la Casa-Museo Ernest Hemingway.

En 1946, a los 65 años, Picasso comenzó a experimentar con la cerámica, encontrando en ella un nuevo soporte donde realizar sus dibujos. Al sur de Francia, en el taller Madoura, coció sus cerámicas hasta 1955, cuando cambió de taller. Allí sus piezas eran marcadas con “Madoura Plein Feu” y otras veces con su sello “Empreinte Originale de Picasso”.

De la sección Vestuario se expusieron: corbata, chaqueta, camisa, chaleco, un par de zapatos y la maleta Louis Vuitton, pertenecientes a Ernest Hemingway.

Todas estas piezas museables (de las secciones Artes Plásticas, Artes Decorativas y Vestuario) son el legado de Hemingway a Finca Vigía y fueron donadas por Mary Welsh, cuarta y última esposa del conocido escritor, quien vivió aquí por 15 años. Son muy importantes como patrimonio cultural de la humanidad, por haber pertenecido a esta personalidad local, nacional e internacional, y por su valor para la cultura universal.