El presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, se encuentra en la República Argentina para participar en la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y otras actividades.

“Ya estamos en Argentina, nación a la que nos unen entrañables lazos de amistad, solidaridad y cooperación, que esperamos fortalecer y continuar ampliando. Guardo gratos recuerdos de mi primera visita a la patria del Che e inolvidables muestras de cariño hacia Fidel y Cuba”, escribió el líder cubano en su cuenta de Twitter.

En la reunión con una representación de casi 50 empresarios que apuestan por el fortalecimiento de las relaciones mutuas, el presidente cubano agradeció a los argentinos, que pese al bloqueo de Estados Unidos, apuestan por las relaciones comerciales con Cuba.

“Argentina es un país entrañable”, afirmó Díaz-Canel, quien ratificó la importancia de ampliar las relaciones económico-comerciales y las potencialidades para la cooperación bilateral.

“Guardo gratos recuerdos de mi primera visita a la patria del Che e inolvidables muestras de cariño hacia Fidel y Cuba”, escribió en su cuenta de Twitter el presidente Miguel Díaz-Canel. Foto: Tomada de la cuenta de Twitter de la presidencia de Cuba

La Argentina y Cuba, desde la colonia, tuvieron vasos comunicantes de música. En el siglo XVIII, la Mayor de las Antillas exportaba toneladas de música, especialmente la habanera, que influyó en la gestación del tango argentino.  

Desde sus inicios, el tango se confundió con la milonga y la habanera, la más artística y cultivada, que aparece a través de la danza habanera, su antecesora.

El tango rioplatense, con su compás de dos por cuatro, su tempo cadencioso, sus letras sentimentales, su baile en parejas, y el influjo de la habanera, dejó el campo abonado para el florecimiento del bolero.

En las primeras décadas del siglo XX, ya el bolero penetra en Argentina, de salón en salón y de escenario en escenario, mediante discos, cantantes y películas mexicanas, permeando el gusto de los bonaerenses.

“El tango rioplatense, con su compás de dos por cuatro, su tempo cadencioso, sus letras sentimentales, su baile en parejas, y el influjo de la habanera, dejó el campo abonado para el florecimiento del bolero”.

El primer bolero de un argentino lleva el título “Cuando no me olvides”, compuesto por una mujer llamada Manja Pacheco. A mediados de 1940 aparece un bolero antológico de Mario Clavel, “Somos”, que Lucho Gatica y, en los 60, Raphael pusieron en la cima de la popularidad.

Pero mucho antes, en la década de 1930, justo en 1933, el símbolo de la música tanguera Carlos Gardel no pudo sustraerse a los encantos del bolero tropical y tuvo a bien incorporar dos boleros en sus presentaciones por el mundo. Uno de ellos fue “Por tus ojos negros”, de Le Pera y Lenzi, con música del cubano Justo Don Azpiazu, el mismo que en 1930 puso de moda “El manisero” en casi todo el mundo. El otro bolero grabado por Gardel fue “Cuando tú no estás”, de Le Pera, Lattes y el propio Gardel, que fue admirador del trío Matamoros, con el que departió en Nueva York. Miguel Matamoros utilizaba su sombrero para parecerse a Gardel, según me contaba Compay Segundo.

Libertad Lamarque visitaba a menudo Cuba y cantaba boleros. Leo Marini, el mejor cantor de boleros de Argentina, y Carlos Argentino también trabajaron en La Habana con el conjunto de La Sonora Matancera.

Carlos Gardel no pudo sustraerse a los encantos del bolero tropical. Foto: Tomada de Internet

El tango llega a Cuba

El periodista Félix Contreras escribe que el tango llega a Cuba en compañías españolas de teatro varieté y bufo, mezclado con zarzuelas, milongas, cuplés y habaneras.

El especialista musical colombiano Sergio Santana sitúa la llegada del tango a La Habana en 1931, con la participación del trío de Agustín Irusta, Roberto Fugazot y Lucio Demare. Ellos venían procedentes de Francia y España, donde se constituyeron como trío. En Cuba actuaron con una orquesta organizada en España por el pianista Lucio Demare. En 1937 rearmaron el trío y grabaron en la Radio Suaritos.

En su gira mundial Carlos Gardel tenía proyectado viajar a La Habana, pero falleció en el aeropuerto de Medellín el 24 de junio de 1935.

En 1984, la Casa de las Américas organizó el encuentro “Ayer y hoy, el tango”, todo un acontecimiento que no se ha vuelto a realizar. Bajo la dirección de Mariano Rodríguez, fue el mayor evento que ha tenido el tango en nuestro país. Una de las máximas animadoras fue la locutora y promotora del tango, ya fallecida, María Luisa Mac Beath, la mujer tango de Cuba. Otro de los grandes animadores fue Pompeyo Escala Parejo y, en la etapa actual, Rosalía Arnáez.

También en La Habana se celebró el Primer Congreso Mundial Gardeliano, en el Hotel Nacional.


Fuentes:

Helio Orovio, El bolero latino, Letras Cubanas, La Habana, 1995.

Otto Mayer-Serra, Música y músicos de America Latina, Ed. Atlante, S. A., México, 1947.

Sergio Santana, Mi salsa tiene sandunga…y otros ingredientes, Medellín, Colombia.

Enrique Cadícamo, Horacio Ferrer, Daniel  Ernesto Vidart y Jorge Luis Borges.

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