Arte y compromiso: dos premisas de la obra de Santiago Álvarez

Rubén Ricardo Infante
10/12/2019

Cuando el principal evento dentro del ámbito cinematográfico de la Isla (Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano) arriba a su edición 41, coincide con la jornada de homenajes a un cineasta en el año de su centenario: Santiago Álvarez.

Director de cine cubano Santiago Álvarez Román. Foto: Cubasi
 

Durante todo el 2019 varias han sido las actividades organizadas por la Oficina Santiago Álvarez del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) para recordar la trascendencia del director del Noticiero ICAIC Latinoamericano, un proyecto que revolucionó la manera de trasmitir desde los presupuestos artísticos del cine, las actualidades cubanas e internacionales.

Entre las actividades estuvo la realización del Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez In Memoriam, la publicación del volumen Santiago Álvarez: un cineasta en revolución (Ediciones ICAIC, 2019) de los autores Andy Muñoz, Lianet Cruz y Yobán Pelayo y la edición de una revista especial que lleva por título Arte y compromiso.

También este fue el título del panel organizado como uno de los espacios teóricos fundamentales concebidos dentro de la programación del Festival, donde se escucharon los criterios de la profesora María Luisa Ortega, docente de Comunicación Audiovisual en la Universidad Autónoma de Madrid; el documentalista Michael Chanan y el cineasta brasileño Amir Labaki. El espacio fue moderado por el cineasta cubano Fernando Pérez, uno de los realizadores formados en ese ejercicio constante que era el Noticiero ICAIC

Panel organizado como uno de los espacios teóricos fundamentales concebidos dentro de la programación del Festival. Fotos: Del autor.
 

Ortega hizo referencia a las operaciones estético-discursivas que caracterizaron el cine de Santiago Álvarez en la década del 60, con énfasis en el sentido que adquieren los temas musicales como trasmisores de significados; la peculiar manera en que se ensamblan los diferentes elementos en la puesta en pantalla hasta la concepción de obras que mantienen un total legado en el tiempo.

La docente también hizo mención a cómo la obra de Santiago Álvarez fue recepcionada en España y la importancia de sus documentales como fuentes expresivas de su manera de ver el cine y de asumirlo.

Por su parte, Chanan abordó la significación de la música en muchos de sus documentales, donde la misma adquirió una función narrativa. Para el también profesor y escritor inglés, en manos de Santiago Álvarez la música se convierte en un significante polisémico que “invoca una variedad de asociaciones y connotaciones relacionadas con múltiples historias culturales”.

Durante el panel celebrado en la Casa del Festival.
 

Mientras que Labaki caracterizó el momento en que su obra comienza a ser reconocida por la joven generación de realizadores, la manera en que se conecta con los más recientes discursos audiovisuales y la capacidad de sostener un permanente diálogo con los espectadores. 

Al concluir el panel, Fernando Pérez comentó algunas de sus experiencias junto al realizador, donde destacó el proceso de aprendizaje que constituía, ya que “El Noticiero ICAIC… era un taller de creación, allí aprendí a hacer cine”.

Los que compartimos con él “fuimos realmente privilegiados”, pues Santiago “daba la libertad que se necesita para hacer cine”.

A su entender, lo principal que aprendió de Santiago era su compromiso con el diálogo y la exposición de las ideas, con los juicios y argumentos con que defendía sus criterios.

Concluyó diciendo: “Lo que nos deja Santiago es esa actitud de libertad”.