Buscando a Casal: Una gaveta y otros guiños a la historia

Paquita Armas Fonseca
10/12/2019
Fotos: Cortesía del director del filme
 

La gaveta de Casal que servía para reunirse con poetas y periodistas de La Habana de finales del siglo XIX, puede ser otra gaveta: la de Bladimir Zamora en la misma ciudad con un siglo de diferencia. Casal devino obsesión para el cineasta Jorge Luis Sánchez desde que lo descubrió en una biografía en una librería de Matanzas en 1989. Entonces el graduado de pedagogía, hacedor de audiovisuales, como el documental El fanguito, visitaba la gaveta del Blado, otro poeta, caimanero, preocupado y ocupado por su entorno social, que en su minúsculo cuartico acogía a colegas que llegaban a “arreglar el mundo” como hacen todos los jóvenes de este planeta.

El asumir que una casa es una gaveta deviene homenaje al Blado de muchísimos cubanos, y también es uno de los múltiples guiños de esta rara y polisémica película en la que la puesta en escena y el trabajo de postproducción resultan tan importantes como la historia misma.

Porque Buscando a Casal persigue, desde la plataforma audiovisual, realizar una obra que le rinda homenaje a su inspirador: “El hecho es que desde el cine se pueda dar esta mirada y que la gente que no lo conoce salga a buscarlo, de ahí la ambigüedad del título —Buscando a Casal— porque cada cual puede buscar su Casal, porque es un poeta infinito, y ojalá mucha gente salga a buscarlo en su poesía, su prosa, sus trabajos periodísticos, que ahí es donde está su vida. La película es solo una recreación”, dijo Jorge Luis a la revista Sputnik.

 

Acabando la sesión de su estreno mundial, agregó: “El problema de Casal no es que sea un poeta desconocido, sino que no está donde debe, porque Julián del Casal es un poeta de vocación, más allá de Cuba, es un innovador, junto a Rubén Darío, José Martí (Cuba 1853-1895), los mexicanos Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895), y Luis Gonzaga Urbina (1868-1934), y otros más, son los creadores del Modernismo, un movimiento renovador en las letras hispánicas, pero desde América Latina. (…) Casal se estudia en las universidades del mundo, entonces en Cuba tiene que estar donde le corresponde, un joven poeta que vivió para el arte, en un momento donde la gente le vendía el alma al diablo, Casal se mantuvo firme en esa poesía que para algunos era oscura, críptica, y eso es un mérito enorme”.

La cinta “una obra que no se digiere fácil”, según su director, tuvo 11 intensas semanas dedicadas a la prefilmación, y diez agotadoras de filmación, rodada íntegramente en los Estudios Cubanacán del ICAIC. Tiene como antecedentes el guion El frio en el disco de la luna (así se llamaba), que recibió una mención en el XXI Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, en diciembre de 1999, veinte años atrás, y el documental Dónde está Casal (1990).

Esther Masero, a cargo de la producción, logró que en cinco espacios, incluido el Foro de Cubanacán, se montaran 36 decorados, un promedio de doce en cada uno, lo que requería un complejo proceso de montaje y desmontaje, que significaba que lo filmado hoy no se podía repetir mañana porque ya el decorado había cambiado. Para ella, Ingeniera civil de formación, ducha en esos menesteres, esta es una de las producciones más complejas que ha dirigido.

 

En tanto Pedro Suárez, Supervisor de postproducción, una nueva y necesaria figura en el cine cubano, que asegura la eficiencia y la armonía tecnológica en medio del incesante entramado digital, detallista, analítico y claro a la hora de explicar, comentó que las tomas filmadas, luego de desglosarse y sincronizarse, eran visionadas cuando terminaba el día de rodaje por Jorge Luis y el equipo de dirección, algo que en el argot cinematográfico se conoce como ver rushes, práctica importantísima y que, lamentablemente, desde la irrupción del digital, está desapareciendo en el cine cubano. Se utilizó el soporte 4K, el más parecido a la imagen en el antiguo 35 mm, pero, cuando terminen los procesos finales de la postproducción, esto hará posible que se exhiba con la máxima calidad en los proyectores digitales de los cines, además de la copia HD para la televisión.

El resto del staff lo integran: fotografía, José Manuel Riera; montaje, Osvaldo Donatién; arte, Maykel Martínez; diseño de vestuario, Gabriel Hierrezuelo; escenografía, Taimí Ocampo; diseño de Banda Sonora, Osmany Olivares; sonido directo, Damián Rubiera; música, Juan Manuel Ceruto; Primer Asistente de Dirección, Juan Carlos Téllez; efectos visuales, Jorge Céspedes; Maquillaje, Magaly Pompa; peluquería, Elio Durán; y guion, Mariana Torres y el propio Jorge Luis.

Yasmani Guerrero, Yadier Fernández y Blanca Rosa Blanco integran el trío protagónico, junto a Armando Miguel, Marlon López y Enmanuel Galbán, en nutrido grupo de actores y actrices muy bien dirigidos que resultan convincentes en sus roles, mucho más difíciles porque no están trabajados desde la emoción, sino con una suerte de distanciamiento.

 

El Premio Nacional de Cine Fernando Pérez, al finalizar la exhibición del estreno absoluto de Buscando a Casal, en el cine Charles Chaplin, dijo: “Aplaudo esa manera diferente de abordar un hecho histórico y el riesgo que ha asumido Jorge Luis, al armar su propuesta de una manera poco convencional”.