Canción de otoño

Joaquín Borges-Triana
25/2/2016

El pasado 24 de febrero, Pablo Milanés cumplió 73 años. En la peña que cada miércoles la gente de El Caimán Barbudo llevamos a cabo en el patio bar de la EGREM a manera de descarga entre amigos trovadores y trovadictos, no quisimos soslayar la ocasión y de algún modo, muy a nuestra manera, homenajeamos al destacadísimo creador, uno de los pioneros de la Nueva Trova, gracias a temas suyos como “14 pelos y un día” y “Mis 22 años”. Como cierre de nuestro espacio Trovando(en marzo cumplimos siete años) y bajo la guía de Fidelito Díaz Castro, en una suerte de coro improvisado entre buena parte de los asistentes, interpretamos una vieja composición del querido Pablo, la titulada “Hoy la vi”, pieza que se conociera allá por el decenio de los 70 del anterior siglo.

Ya en casa, me quedé conectado con la música de Milanés y programé en mi compactera varios de sus discos, entre ellos uno bastante reciente y que realizase en compañía de José María Vitier. El álbum titulado Canción de otoño, que salió al mercado en el 2014 a través de la disquera Bis Music. Este es uno de esos fonogramas que tras escucharlo, uno tiene que dar gracias por la existencia de algo tan especial como es la música. Con un total de 14 temas, el CD es un material que se ubica en la ya larga tradición trovadoresca cubana, solo que aquí el acompañamiento está a cargo del piano y no de la guitarra.

José María y Pablo habían compartido una experiencia más o menos parecida, cuando allá por los 90 y junto a la directora de coros y también excelente cantante, María Felicia Pérez, grabaron un álbum destinado a la grey infantil, como parte del quehacer de la desaparecida Fundación PM. Aquel disco es uno de los mejores trabajos que he escuchado dentro de la música concebida para niños y niñas entre nosotros, pese a lo cual jamás suele ser difundido en ninguna de las emisoras radiales de nuestro país. Ahora, en Canción de otoño, de cierto modo la fórmula se repite, con la peculiaridad de que aquí hay una apuesta por mezclar elementos de nuestra música tradicional con otros de la llamada música académica, en particular la de cámara.

En el repertorio escogido para el fonograma aparecen varios poemas a los que José María ha puesto música. Tal es el caso de “Canción de otoño, (Rubén Darío), “Besos” (Gabriela Mistral), “Tengo miedo a perder la maravilla” (Federico García Lorca), “Deseos” (Salvador Díaz Mirón) “Amor” (de su padre, Cintio Vitier), “Se dice cubano” (José Martí), “Solo el amor” (de su madre, Fina García-Marruz), “Al perderte yo a ti” (Ernesto Cardenal) y “Un Pastorcito” (San Juan de la Cruz). Por su parte, Silvia Rodríguez Rivero aporta un par de textos para ser musicalizados por su esposo, ellos son “Quizás fue ayer” y “Solía un ángel”. El propio José María contribuye al listado de piezas con tres obras en las que él es responsable de música y texto, como sucede en “Al pie de tus altares”, “Tus ojos claros” y “El aire que te rodea”.

Los conocedores de la obra de Vitier se habrán percatado que varios de estos temas figuraron en el álbum Canciones del buen amor (Unicornio, 2002), lo que en aquella ocasión las piezas tenían diferentes orquestaciones y eran asumidas por distintos vocalistas, mientras que ahora solo se cuenta con la voz de Pablo y las melodías están revestidas únicamente por el piano, lo que da un tono de mayor intimidad. En cuanto al rol de Milanés como intérprete, solo decir que cada día él canta mejor. Es increíble lo bien que conserva su voz a los 73 años de edad. A ello une su sapiencia al interpretar, con un dominio que abarca tanto lo técnico como lo expresivo.

Aunque este es un disco que no será de los promovidos en nuestra radio, donde hoy suele programarse otro tipo de propuestas sonoras, para los interesados en la música de verdad, les recomiendo busquen el CD Canciones de otoño. Dado el nivel registrado en el material tanto en el plano compositivo como en el interpretativo a cargo de José María Vitier y Pablo Milanés, de seguro no se van a arrepentir.