El ave fénix que se levanta

Ana María Domínguez Cruz
21/9/2018

“La música es la manifestación por excelencia de la cultura cubana, y es nuestro deber proteger la historia y el patrimonio que la acompaña y ponerlo al alcance de todos. No se escatiman esfuerzos, a pesar de las restricciones económicas derivadas del bloqueo, y se ha logrado cohesionar el conocimiento y la especialización de muchas personas para inaugurar esta obra majestuosa, que albergará el invaluable tesoro musical de Cuba”.

Así se expresó el Ministro de Cultura, Alpidio Alonso, durante el recorrido realizado este jueves por el edificio que desde 1971 alberga al Museo Nacional de la Música.


Fotos: Cortesía de la autora

 

El inmueble, sometido a una restauración capital desde 2015, volverá a acoger en sus espacios un fondo con más de 500 000 documentos y bienes muebles, entre los que se encuentran archivos documentarios personales, partituras, libros, instrumentos musicales, discos, reproductores de música y objetos personales, que hasta la fecha se encuentran en la sede provisional de la institución, sita en Obrapía entre Bernaza y Villegas, Habana Vieja.

El arquitecto José Ramón Linares, asesor del proyecto por parte de la Oficina del Historiador y presidente del Consejo Internacional de Museos en Cuba, elogió el interés por rescatar este palacete, "ya que tiene un alto valor patrimonial dada su significación urbanística y su  emplazamiento, y también desde el punto de vista arquitectónico". Además, explicó: "El gran reto ha sido manejar la intervención arquitectónica en una residencia ecléctica como esta, para devolver a su estado original aquello que tiene altísimo valor patrimonial. Queremos terminar la obra el año próximo, a propósito del aniversario 500 de la ciudad, pero aún queda mucho trabajo por hacer”.

El ingeniero en construcción Ramón Alpízar, director de la unidad inversionista que lidera las acciones, guió al Ministro de Cultura y a otras personalidades en el recorrido que abarcó la casa natal de Julián del Casal, colindante con el inmueble principal, donde se inaugurará la biblioteca y el archivo de la institución. “La cifra total destinada para este objeto de obra es de aproximadamente diez millones de pesos en moneda total, lo cual incluye importaciones necesarias como el sistema de clima, aires acondicionados, luces LED para exteriores e interiores, sistema de protección contra incendios, sistema de pizarras eléctricas, etc. Todo esto se cotiza en euros o en dólares y es preciso traerlo de distantes lugares, lo cual encarece el proyecto", argumentó el ingeniero.

Asimismo, explicó acerca del reto que supone una obra de restauración de tal magnitud: “Lo más difícil de devolverle la vitalidad —tras más de cien años— a un edificio como este ha sido llevar a cabo las obras de restauración en la carpintería, los pisos y en algunos detalles arquitectónicos. Incorporaremos elevadores y tecnología digital que permita cierta interacción del público con lo que aquí se muestra. Queremos que resurja como el ave fénix, y por eso trabajamos intensamente”.


 

Adrián Guerra, director del grupo ARTIMARCOS, insistió en la necesidad de que profesionales especializados trabajaran en la obra, “pues el estado de deterioro era considerable y respetar la autenticidad del lugar demanda cuidado y conocimiento. Tenemos brigadas especializadas en piedra, yeso y  mármol, y hemos asumido casi un 60 por ciento de la construcción del inmueble con la premisa de mantener los valores históricos”.

Lorenzo González, arquitecto del mismo grupo, reconoció que el valor de las imágenes guardadas es incalculable, “porque gracias a ella pudimos rescatar detalles específicos de la fachada, como los guardapolvos, y devolverle a los patios interiores los vitrales y las cenefas similares a los que tenían antiguamente, lo cual, sin duda, ha sido un trabajo intenso”.

Luis Ángel Vega, jefe del grupo CRISTART, comentó que las 80 vitrinas necesarias ya están terminadas en su totalidad, con el soporte con ruedas que a cada una se le incorporó para facilitar su traslado. “Se realizaron con vidrio importado, pero la confección global se hizo en el país, tal y como sucedió con las puertas de vidrio que se incorporarán al interior del edificio”.

Alfredo Bernal, restaurador de mármol, valoró como loable el trabajo realizado con los pisos, la escalera y otros elementos de mármol, pues para evitar costosas importaciones, se ha trabajado con materiales cubanos en la colocación y sustitución de piezas.

Antes de visitar la sede provisional del Museo de la Música, Alonso destacó el interés de la máxima dirección del país y del sector de la cultura en particular, por ejecutar obras de este tipo en las que se salvaguarde el patrimonio nacional, sin subestimar la importancia que reviste para el patrimonio universal.

Es el Museo Nacional de la Música una de las instituciones culturales más importantes de Cuba, y constituye un centro de referencia para los interesados en la historia musical cubana de todos los tiempos.