El sello es la historia que trato de contar

Yerelys Gil Cuervo
12/11/2018

Gabriel Dávalos nos propone una mirada no convencional a la danza. El periodista, el publicista, el fotógrafo, el artista visual y el asesor confluyen en una sola persona para quien bailarines y zapatillas son solo un pretexto; transmitir sensaciones, nostalgias, contar historias, (re)descubrir a las personas y lugares es el objetivo fundamental de su obra.

 “Viengsay significó el inicio de mis fotografías y dedicarle un libro era una deuda”.
Fotos: Cortesía del entrevistado
 

Viengsay Valdés, soy lo que ves, obra más reciente presentada como una de las actividades colaterales del 26 Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso, vio la luz mediante la editorial Ocean Sur el pasado 22 de octubre. Según Dávalos, el libro cierra un ciclo en su trabajo, “es volver a donde comencé, Viengsay significó el inicio de mis fotografías y dedicarle un libro era una deuda”.

Con el tema del ballet, tiene otros dos libros: Habana sensual y Habana pasión. Ha expuesto en Cuba, España, Estados Unidos, Corea del Sur, Italia, Colombia y Holanda, y cada día expone su obra en la plataforma virtual de Facebook. En exclusiva para La Jiribilla, Gabriel Dávalos habla sobre sus inicios, su obra y sus planes.

Tengo entendido que tu pasión por el ballet viene desde tus años universitarios, aunque decidiste que ese no era el momento. ¿Por cuántos lugares pasó Gabriel Dávalos antes de dedicarse al trabajo que hace hoy?

Sucede que yo no había ido nunca a un espectáculo de ballet hasta que unos amigos me invitaron a ver a una muchacha joven, que había sido recién promovida a primera bailarina: Viengsay Valdés. Ella les concedió una entrevista.

Yo estaba “cola’o” ahí porque no tenía pretensión de nada, y mucho menos lo recursos —dígase cámara o dinero para adquirir una—. En ese momento la tecnología era algo inaccesible. No es que ahora sea del todo fácil, pero sí es más democrática, más accesible que en aquellos años; y la verdad, tampoco soñaba con dedicarme a esto.

“Tienes que tener la idea, pero hay que estudiar lo que tienes en la mano —la cámara—, y lo que quieres hacer”
 

Fue poco a poco, yendo a las funciones —de espectador— que conocí a bailarines fuera del escenario e hicimos un grupo de amigos. Un día Viengsay me pidió que le hiciera una foto para una campaña de una marca de zapatillas de puntas. Pedí prestada una camarita, de 3,2 megapíxeles y, en la punta del Morro, hicimos tres fotos bien simples. No sé si le sirvieron al final, porque era una cámara bien sencilla, un juguete prácticamente. Fue la primera experiencia real con una cámara, pero sin pretención alguna.

Después de graduarme fui a trabajar a Granma, como reportero. Por cosas de la vida, fui a parar al departamento de diseño, de madrugada. Allí pasé un par de cursos en el Instituto de Periodismo, un diplomado de diseño editorial, y comencé a meterme de lleno en la publicidad del diseño, la parte gráfica, y mi vida cambió.

Era una época convulsa —creo que le pasa a todos los jóvenes—. Alimentas un grupo de deseos, de inquietudes, que por lo pronto están limitadas y tienes que buscarle camino o terminas frustrándote. En ese momento Viengsay es invitada por Buena Fe a grabar el video clip Soy lo que ves, y ella me invita a mí. En una conversación que tuve con Israel —líder del dúo—, le comenté que me sentía incómodo con lo que hacía, y él me dedicó dos horas, explicándome de donde salió, y todo lo que tuvo que pasar para defender su trabajo. Estuve días replanteándome reorganizar mi vida, decidí irme del periódico Granma, y me abrieron las puertas de una revista que estaba comenzando en la Tv: En Vivo.

Le escribí a un fotógrafo italiano, amigo de la familia, y le pedí que me vendiera una cámara, que se la pagaría en algún momento —no sabía ni cuándo ni cómo— pero se la pagaría. Me la regaló, y el mismo día que la tuve salí, llegué a una función de ballet y saqué más de 300 fotos. Ninguna sirvió, comprendí que no es solo querer, tener la idea, sino que hay que estudiar también, lo que tienes y lo que quieres.

Estuve un año trabajando las redes sociales de Canal Habana y estudiando fotografía. Dos años después, en el 2010, me vuelvo a encontrar a Israel, ya tenía mi cámara y un proyecto. Nos vimos en un concierto, me preguntó por mi vida y, un par de meses después, me invitó a trabajar con él, así es como llego a Buena Fe. Entonces mi vida cambió radicalmente, la fotografía de danza y Buena fe se volvieron el centro del trabajo, y el periodismo un acompañante en cuanto a las herramientas.

¿Algún mentor, alguien que te orientara en este mundo de la fotografía?

No tuve ningún mentor, todo es personal, tengo la filosofía de no molestar, no importunar a nadie. Y no es que no haya habido profesionales que admiraba muchísimo, pero me costaba trabajo acercarme a ellos.

 
 “El sello es la mezcla de la fotografía y la danza, las sensaciones, la historia que trato de contar”
 

Desmitificas la figura del bailarín, lo sacas de contexto, del escenario, lo muestras en una ciudad con sus matices: sitios hermosos y lugares en ruinas, donde lo más importante es el movimiento, lo plástico y no el rostro. ¿Es tu sello como artista visual?

No, en aquella época no tenía ninguno, ahora creo que sí. No pensé ni me gustaba pensar, en el sello de lo que quiero hacer. Mas que descontextualizarlos, asumo que es la danza es un lenguaje universal que nos conecta a todos. Creo que el sello es la mezcla de la fotografía y la danza, las sensaciones, y mi forma de entender la vida, plasmados en las historias que trato de contar.

Descontextualizar puede ser un elemento de puro fashion, de moda, de corriente, de repetición, pero no es un sello; lo que define está debajo de la piel, en lo que provocan. Lo esencial podrás hallarlo cuando son fotos en exteriores, en un escenario, en un camerino o dentro de un carro. Está en lo que tú buscas, a dónde quieres llegar, el mensaje y la conexión que tienes con ese lugar, con esa historia, con la gente. Cada foto que consigo lleva un poco de mi alma.

Grettel Morejón y Amaya Rodríguez, ¿qué significan en tu obra?

Un tenor italiano, discípulo de Pavarotti, me pidió que le sacara fotos. Me puso en la mano una cámara que era un sueño y un lente que era mejor todavía. Le pedí la cámara desde el día anterior, para familiarizarme con ella, y entonces aprovecho y llamo a Grettel. Subimos a la azotea de un edificio en el cerro, hizo un salto que no tenía nada de especial y, cuando tomo la foto, hasta yo mismo quedé impresionado.

Al día siguiente volvimos con Amaya, y tomamos la foto del Malecón, donde están las dos saltando al mismo tiempo, en un movimiento superatrevido. Amaya tiene una expresión de energía, mientras que Grettel tiene los ojos cerrados, en el aire, sobre el muro. Me gusta pensar que esa foto simboliza a Cuba: la fuerza, la energía, el ímpetu y la pasión. Siento que se logró justamente lo que yo quería decir, lo que somos los cubanos: valientes, apasionados, impetuosos, enérgicos, entregados y nostálgicos.

Portada del libro Habana Sensual
 

Cuando yo estaba al inicio del camino, sin dudarlo un segundo, ambas se entregaron y me acompañaron. Ese día comenzó a andar el motor, fue el primer paso del camino que vino después.

¿Te has planteado dedicarle algo similar a lo que hiciste con el libro Viengsay Valdés: Soy lo que ves a algún otro bailarín?

Sí, la idea más bonita es que todos los bailarines, o al menos las primeras figuras del ballet, puedan tener su libro. Cuba es un país que baila, la danza es parte de la expresión más pura de lo que somos los cubanos, y el ballet es uno de esos hitos. Pero no solo pienso en libros para el ballet, sino para la danza contemporánea, Lizt Alfonso, Carlos Acosta, el ballet folklórico, y no solo en La Habana.

¿Por qué te gusta que las personas crean que tus fotos son montajes?

Me parece gracioso. Al principio me molestaba cuando alguien decía que eran montaje, pero tras haber reorganizado mi pensamiento, llegué a la forma en que pienso y vivo hoy. Descubrí que donde alguien ve un montaje, porque es una foto difícil o parece inverosímil, siento la satisfacción de haber logrado una imagen que parece imposible.

 “Donde alguien ve un montaje, yo veo una foto difícil”
 

En ocasiones no puedo evitar sentir en tu obra nostalgia, tristeza, soledad. El uso del blanco y negro, las sombras y los propios rostros de los bailarines transmiten esas sensaciones. ¿Es eso lo que quiere provocar Gabriel Dávalos o es involuntario?

No es azar. Soy el resultado de una contradicción enorme, que es la contradicción de Cuba. Y la fotografía es el resultado del diálogo entre la maravilla que es Cuba y todas sus contradicciones. Es un país de cosas estupendas y otras inmensamente difíciles, que provocan sensaciones muy fuertes, para bien y para mal . Es un país donde no hay una sola razón, sino un montón de razones, de verdades, y yo me siento más revolucionario en tanto logro ser más respetuoso de esa diversidad.

“Es un país donde no hay una sola razón, hay un montón de razones”
 

Eso no me convierte en una persona triste, o nostálgica, pero sí en una persona sensible. Cuando trato de expresar algo, aun cuando estoy hablando del ímpetu, del valor, de la fuerza del cubano, aflora el cisne negro del ballet. Dondequiera que me habita un cisne blanco, hay también un cisne negro, donde hay una razón para festejar, la hay para padecer. Entender que toda parte tiene contraparte me hace sentir más respetuoso, más sensible, mejor cubano. Sí, es intencional que busque esa forma de dar matices.

“Donde quiera que me habita un cisne blanco, hay un cisne negro”
 

¿Es complicado engranar al periodista, al fotógrafo, al publicista y al asesor de televisión?

No es difícil, porque las herramientas de cada una de esas especialidades confluyen y se complementan. A la hora de concebir un proyecto de fotografía, lo hago de manera integral, con las herramientas del periodismo, de la publicidad, y soy mi propio asesor a la hora de trazar la estrategia. Porque, para que las cosas salgan, tienes que mirarlas de distintas maneras y todas deben funcionar, así el proyecto tiene más posibilidades. No es difícil, al contrario, es una ventaja.

Atiendes las redes sociales del dúo Buena Fe, documentas los conciertos, los promocionas, pero además participas en las grabaciones de los videos clip como fotógrafo y artista visual, más allá de tu posición como publicista…

Bueno, he sido director de fotografía de un par de videos clip, de otros no porque cada director trae su equipo de trabajo. Lo que sí te puedo asegurar es que Buena Fe, además de ser un grupo, es una máquina de generar ideas las 24 horas del día. Todo el tiempo analizamos, discutimos, proyectamos, y en ese debate, claro que Israel y el equipo tienen en cuenta mis propuestas, mis ideas, en ocasiones como consulta de allá para acá, y otras como propuestas de aquí para allá.

Desde el 2010-2011 Gabriel Dávalos está vinculado como publicista al dúo Buena Fe
 

Tengo una anécdota, íbamos de Holguín hacia Guantánamo, y por el camino llaman a Israel para proponerle hacer un concierto en el Karl Marx por el cierre del verano. Él aceptó y nos pusimos a conversar sobre eso. Cuando llegamos al “Guaso”, teníamos organizado el primer concierto audiovisual de Buena Fe, que fue aquel el gran concierto audiovisual dedicado al cine cubano.

¿Qué planes tiene Gabriel para el final de 2018 y para el 2019?

Hace unas semanas hice una exposición en un festival internacional de fotografía en Holanda, 033Fotostad, ese fue el comienzo del final de año. Acabo de entregar, junto a la fotógrafa Claudia Corrales, las fotos para el hotel que están terminando en Prado y Malecón: estará dedicado a la danza, al ballet, a lo contemporáneo, al son, a la salsa, y va a estar decorado con fotos nuestras, gigantografías. Estoy comenzando un proyecto con Lizt Alfonso, quiero preparar una exposición para el año próximo y retomar el trabajo con la Sociedad Cultural José Martí, para vincular la fotografía con pensamientos del Apóstol, una experiencia que probamos en algunas vallas de la ciudad y que mucha gente recuerda aún.

“Las fotos no son en blanco y negro, son en escala de grises”