Geert Wilders. Político holandés, líder de la ultraderecha

María del Carmen Soto Corral
24/11/2016

“Holanda tiene un problema que se llama marroquíes”

N.E.: ¡Cuidado!, xenófobo suelto y sin bozal

Geert Wilders: “Holanda tiene un problema que se llama marroquíes”

23/11/2016 20:46

Ni se arrepiente, ni se siente culpable de nada. El líder de la ultraderecha holandesa, Geert Wilders, compareció ayer desafiante ante el tribunal que le juzga por incitación al odio y que pronunciará sentencia el 9 de diciembre, tres meses antes de unas elecciones que pueden llevarle a liderar el Gobierno en marzo. Wilders advirtió de que su arenga contra los marroquíes fue un acto de “libertad de expresión”.

Nada de racismo, dijo el candidato del Partido de la Libertad (PVV) a primer ministro, en referencia a un acto de 2014 en La Haya, en el marco de las elecciones municipales, en el que pidió a los holandeses que corearan “menos, menos marroquíes en Holanda”. Wilders negó que tuviera intención de incitar al odio contra esa comunidad, numerosa en el país. “Yo me refería a los delincuentes”, precisó ayer ante el tribunal.

“Estoy aquí, delante de todos vosotros, pero no estoy solo. Mi voz es la de muchos, es la de la gente común, la de las personas que quieren a su propio país. Y tú [juez] los conoces. Podría ser incluso tu conductor”, dijo Wilders, en un tono de campaña electoral ante los magistrados.

Además, pidió “que se respete la única libertad que me queda”, después de más de una década con los guardaespaldas pisándole los talones y con agentes de seguridad rodeando su casa. “Sé lo que es la falta de libertad, y espero, sinceramente, que no tenga que vivir eso”, dijo, en un discurso en el que apeló en todo momento a las emociones de los jueces y fiscales presentes en la sala.

Además, acusó de nuevo a la Corte de ser “política” y lamentó que “este proceso apeste por todos lados”. El líder de la ultraderecha holandesa defiende que su trabajo como político “es decir la verdad” y lo seguirá haciendo. “Holanda tiene un problema y se llama marroquíes”, repitió, una y otra vez, aunque especificando que se refería a los “delincuentes, y eso no constituye discriminación“.

Wilders está siendo procesado por insultos raciales, discriminación y violencia contra los marroquíes que residen en Holanda. Él ha criticado en numerosas ocasiones al tribunal por contar entre sus miembros con una “mujer sesgada” -la magistrada Elianne van Rens-, en la que “no puede confiar para dictar sentencia”. Las sesiones judiciales comenzaron a finales del pasado mes de octubre, y él, en una carta abierta leída por su abogado el primer día, explicó que “los debates políticos se realizan en el Parlamento, no en los tribunales”, tachando el proceso de “farsa”.

La Fiscalía, no obstante, le considera culpable, especialmente porque sus declaraciones fueron hechas en un “contexto determinado”. La semana pasada pidió como condena una multa de 5.000 euros por “insultar a un grupo de población e incitar al odio” contra todos los marroquíes-holandeses del país. Wilders no está obligado a asistir al tribunal para defenderse, sólo si la Corte de lo exige, en caso de que tenga que responder a algunas preguntas.

El líder de la ultraderecha holandesa se presenta como candidato a primer ministro en las legislativas de marzo. Seguidor del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ayer aprovechó el proceso judicial para hacer campaña. Conocido por su discurso contra el islam y la inmigración, antieuropeísta declarado y procesado por racismo, ha prometido que nadie le va a “cerrar la boca”.

Se mantiene firme en su postura, defendiendo su derecho político y su deber de hablar de “los problemas” de los Países Bajos, entre ellos “el megaproblema marroquí”. Wilders ha liderado varias encuestas de cara a las parlamentarias del próximo año, entre ellas, la publicada esta semana, que le garantiza un 30% de los escaños de la Cámara de los Diputados.

En su programa electoral lleva la promesa de reducir la presencia del islam en Holanda, a través del “cierre de mezquitas y escuelas islámicas” y “darle más dinero a los que verdaderamente lo merecen”, los propios ciudadanos holandeses. Wilders fue ayer el centro de los focos de decenas de medios acreditados para cubrir el juicio, entre ellos periodistas holandeses y extranjeros. De hecho, siempre protagonizando escenas llamativas, decidió sacar una imagen en el momento en el que los objetivos de las cámaras le enfocaban y la compartió con sus seguidores de Twitter, junto a un mensaje: “Pues…”.

El tribunal ha escuchado este mes a miles de testigos que han denunciado un aumento de la islamofobia y racismo tras esas declaraciones de Wilders. Muchos han asegurado que viven en medio de la “inseguridad”: niños que tienen miedo a ir colegio, empresarios que pierden la confianza de sus clientes o mujeres que advierten de “problemas psicológicos” entre los marroquíes provocados por esa incitación al odio.

http://www.elmundo.es/internacional/2016/11/23/5835bd02268e3e044d8b45c2.html