“Iván es de esa gente que uno no quiere que falte”

Narmys Cándano García
1/4/2016

La también realizadora, Isabel Santos, forma parte de la familia de Iván Nápoles. Y aunque igualmente estuvo nominada al Premio Nacional de Cine, solo deseaba que los votos fueran para “su viejo”, denominación cariñosa para quien quiere y admira como a un padre y amigo insustituible. De ahí que accediera a confesar a La Jiribilla su amor por Iván Nápoles.


 

La primera observación de esta periodista fue acerca de la necesidad de aunar opiniones sobre el reconocido camarógrafo pues él —según conoció— no suele dar entrevistas, pero no es la vanidad la causa. “Iván es un hombre de una modestia tremenda —precisa Isabel— es como que nunca quiere ocupar el lugar que le corresponde. Es un amor de persona, conversador con quien quiere, un hombre con una gran historia que siempre pone a otros como protagonistas y no a él”.

Y más allá del amigo, sobre el lugar que ocupa el camarógrafo y fotógrafo dentro de la cinematografía cubana responde: “pienso que si Santiago —quien confiaba en el trabajo de Iván, pues lo dejaba filmar sin mirar por el visor— no hubiera tenido esas imágenes, no podría contar en la mesa de edición con los materiales tan grandes que hizo. En esa época los documentales no llevaban sonido, por lo que las imágenes eran fundamentales, y las de Iván son tremendas.

“Es un hombre con un sentido de pertenencia con el ICAIC muy grande, un gran amigo. Con su historia puede hacerse un libro pues no solo fue Vietnam, Iván recorrió el mundo junto a Santiago, tiene grandes recuerdos, entre ellos un diario sobre cada día de filmación”.

En relación con el documental Viaje al país que ya no existe que Santos dedicó a Nápoles y con el que logró hacerlo protagonista de una historia, reveló cuán difícil fue llevarlo ante una cámara, “creo que fue el amor lo que nos unió, el sentirse querido, la posibilidad de hablar hasta donde quisiera de su trabajo, que ya es mucho”.

Precisamente ese necesario homenaje fue quizá el preámbulo para el reconocimiento institucional: el Premio Nacional de Cine, hecho que hizo a Isabel muy feliz. “Mucha gente se merece el premio, pero creo que en el caso de Iván, con su edad, no es un reconocimiento por viejo, sino por la obra de la vida, por lo que lo debía haber recibido hace muchos años atrás. El premio no debe otorgarse necesariamente a una sola persona, como no debe esperarse a que sean mayores para reconocerlas. Este año, por ejemplo, se lo merecían muchos profesionales que hicieron nuestro cine y enseñaron a una generación”.

La protagonista de filmes emblemáticos como Clandestinos recuerda haberse emocionado mucho con la noticia de ese galardón, pues “su viejo” forma parte de su familia, especialmente después de haberle dedicado un documental.


 

“Si antes yo lo admiraba, recorrer Vietnam con él y verlo emocionarse con tantos lugares y recuerdos hizo crecer mi cariño y respeto por él. Iván lloraba constantemente, pero de alegría por ver niños vestidos diferentes, un país que ha crecido inmensamente”.

“Habían pasado 40 años desde que él había estado en Vietnam, es como su segunda patria. En ese viaje de regreso con él descubrí que sabe palabras en vietnamita, que puede comunicarse en inglés, descubrí a un Iván que no conocía.

“Actualmente él sigue trabajando, es como el padre de todo un grupo de camarógrafos y creo que se merece ese premio y más”.

Y concluye, con el aire tierno de una hija orgullosa: “Iván es de esa gente que uno no quiere que falte”.