La diversidad cultural caribeña: Un paso hacia la integración

José Manuel Lapeira Casas
23/5/2019

El ritmo acelerado de la vida capitalina conduce en ocasiones a desvirtuarse de ciertos espacios arraigados, por mérito propio, dentro del ambiente cultural de la Mayor de las Antillas. La parada, el bullicio y la aglomeración compacta del P-2 invitan a la omisión cómplice de un punto de obligatoria referencia dentro de la ruta del ómnibus: Casa de las Américas. En este lugar las manecillas del reloj están detenidas ante el amenazador paso del tiempo, de la eternidad que busca continuar su camino.

El VII Coloquio Internacional La Diversidad Cultural en el Caribe reúne a panelistas y participantes acerca del
respeto al patrimonio de los pueblos y las ramificaciones del gran árbol que compone la identidad caribeña.
Fotos: Abel Carmenate

 

Aunque descuidada en la apariencia externa, el interior de la casa es un hervidero de ideas renovadoras que procuran encauzar la vida social de una región que lucha por perpetuar una memoria histórica, y proyectar una visión de futuro. Solo de cruzar la puerta de entrada acuden a la mente, junto con el olor a salitre, una rápida sucesión de nombres como los de Haydée Santamaría, Roberto Fernández Retamar, Julio Cortázar, Eduardo Galeano o Gabriel García Márquez hasta que la lista se convierte en una pléyade de lo mejor de la intelectualidad latinoamericana del pasado siglo.

El VII Coloquio Internacional La Diversidad Cultural en el Caribe reúne a panelistas y participantes que dialogan acerca del respeto al patrimonio de los pueblos y las ramificaciones del gran árbol que compone la identidad caribeña.

La tarde de este miércoles 22 de mayo propició la presentación de la segunda edición del libro Destino: Haydée Santamaría y del número más reciente de la Revista Anales del Caribe, ambos títulos auspiciados por el Fondo Editorial de Casa de las Américas y la Fundación Rosa Luxemburgo.

La primera entrega significó una evocación consecuente con el pensamiento y obra de quien fuera directora de la institución desde su fundación hasta el último de sus días, dejando tras de sí un legado de dos décadas de trabajo creador. La compilación de Silvia Gil, Ana Cecilia Ruiz Lim y Chiki Salsamendi plantea un acercamiento humano a la heroína del Moncada a través de la correspondencia que recibió de personalidades de diversos países durante el tiempo que estuvo a cargo de la Casa de las Américas y del testimonio gráfico de aquellos años. La selección supone a su vez una continuación de otra recopilación de igual nombre publicada en el año 2009, utilizando para este propósito material inédito de los archivos de Casa de las Américas.

 

Dedicado a “una criatura excepcional”, como la describe Retamar en el prólogo, la propuesta de las autoras del compendio está encaminada hacia la asimilación por parte de la sociedad cubana actual del valor histórico de Haydée y su impronta al frente de un espacio insigne, dedicado a la difusión y defensa de la cultura latinoamericana. Para eso es necesario complementar la imagen de Haydée Santamaría como una intelectual revolucionaria comprometida con las complejidades de su tiempo y una mujer que contribuyó con su ejemplo a la lucha por la emancipación del continente.

Representante de la política cultural de los primeros años de la Revolución, el nombre de Haydée redescubre el paso de centenares de intelectuales progresistas que vieron en Casa de las Américas la oportunidad de visibilizar la situación latinoamericana desde un discurso antihegemónico. Por eso rescatar la huella de esta mujer significa no solo un acto de justicia con la historia, sino un regreso a las raíces históricas que nos permiten entender la América de hoy.

 

Un segundo momento correspondió a la promoción de la Revista Anales del Caribe, la cual cuenta con una periodicidad anual desde que fuera creada en 1981. Esta publicación, compuesta por secciones de dossiers temáticos, cuenta con textos de grandes pensadores caribeños en sus idiomas originales. Representa entonces un cruce y contrapunteo de pensamiento crítico de la realidad, conectado al contexto en que se desenvuelve el Caribe.

La poetisa Nancy Morejón, primera responsable del Centro de Estudios del Caribe, realizó un recuento acerca de la importancia de investigar la influencia del pensamiento caribeño como una alternativa ante la desmemorización colectiva y el sometimiento que pretenden inculcar los centros de poder. Recalcó además que es importante construir nuevos paradigmas regionales interpretando las consecuencias y posibles lecturas que tendrán en el futuro.

La jornada terminó con un performance donde quedaron expuestos los valores de nuestra idiosincrasia caribeña, mezcla del negro, el europeo y el indígena. En efecto, como recalcó la artista surinamesa, a pesar de que somos distintos y hablamos diferentes idiomas, debemos unirnos desde la aceptación de las peculiaridades. Esa es la manera más coherente de reafirmar el arte caribeño como expresión de la cultura de resistencia que ha formado Casa de las Américas, durante seis décadas, en las conciencias de creadores genuinamente revolucionarios y latinoamericanos.