La salsa cumple 30 años

Rafael Lam
17/1/2018

Ahora que José Luis Cortés resultó el Premio Nacional de la Música del Instituto Cubano de la Música, es la mejor oportunidad de recordar que se cumple este año el aniversario 30 del Boom de la salsa o la timba cubana.

Esta música creada por José Luis Cortés con NG La Banda, tuvo su inicio el 4 de abril de 1988. Los miembros de NG La Banda se reunieron en el estreno en el teatro Bertolt Brecht de la calle Línea en El Vedado, levantaron, brindaron con sus copas y, juraron que, si al año de creados, el proyecto no resultaba, dejarán la banda y seguirían otro camino.

El proyecto resultó triunfador, la música trascendió, trajo más revuelo que la llegada de la luz eléctrica a La Habana, casi cien años antes. La nueva música fue elogiada por unos y vituperada por otros, como toda música renovadora que rompe con cánones anteriores, causa sorpresa y asombra a muchos.


 José Luis Cortés, Premio Nacional de la Música 2017. Foto: Internet

 

Lo primero que organizó NG La Banda fue una Gira por Los Barrios de La Habana, en noviembre de 1989 (en esos momentos el mundo estaba cambiando, la música cubana lo hacía también).

De repente, un público masivo se integra a la nueva música de NG La Banda, muchos músicos y agrupaciones cambiaron su formato instrumental, variaron su concepto y su proyección musical. La moda obliga y cuando una música nueva aporta una nueva tímbrica es bastante difícil evadirla.

Además de todo esto, la timba promovió un nuevo baile que algunos llamaban “El Despelote”, que no era más que el baile personal, no de parejas, sino más espontáneo y libre. Cada época inventa sus propios bailes. No nos asombremos, los bailes de origen africanos no son en parejas, es absurdo pensar que se terminaba el baile de parejas en Cuba, solamente sucedía que se estaba efectuando una distinta manera de bailar más libre. Las parejas se mantenían, solo que lo hacían con una serie de ejecuciones muy ingeniosas y erotizadas. El baile africanos es consustancial con lo erótico.

Nuevas plazas, salones y espacios musicales se establecieron: El Palacio de la Salsa, El cajón de El Vedado, en Malecón y D, la plaza frente a la Feria de la Juventud, frente a la Terminal de Ómnibus, El Chévere, La Punta (En la zona del Paseo del Prado, en El Malecón, El Turquino del Habana Libre, El Salón Libertad en el hotel Rivera, El Salón Rojo en el Capri, La Cecilia. La Tropical se mantenía con los multitudinarios bailables.

En Europa se crearon salones de bailes siguiendo la moda salsera cubana, uno de ellos fue El Palacio de la Salsa de Madrid. En América Latina igualmente influyó esta fuerza musical.

Se crearon programas dedicados a la salsa Club Caribe (La venezolana Lil Rodríguez), Supercadena Latina (Federico Wilkins), Disco Fiesta (Lázaro Sarmiento), El Cóctel (Ramón Cañizares), De 5 a 7 (Lázaro Caballero) El Gran Musical (Rafael Lam). En la TV se estrenó Mi Salsa, con Víctor Torres.

En suma que fue el Boom de la salsa o la timba (José Luis Cortés la denominó como “Música Popular bailable contemporánea”).

La timba de José Luis Cortés con NG La Banda fundió el son, la guaracha, el danzón-mambo, y la rumba de fuerte pegada (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad). A ello hay que adicionarle el aderezo de la tímbrica de los sonidos caribeños, el jazz y todas las novedades de su tiempo. Una especie de “Funky”, a lo cubano. Lógicamente estamos hablando de un nuevo ritmo, un nuevo género musical. Esto dicho así es muy sencillo, lo complicado consiste en poder hacer esta fusión, este potaje musical, sintetizarlo, concretarlo y hacerlo triunfador. Vean ustedes que el mambo es la unión del son con el danzón; mientras que José Luis Cortés aglutina una serie de ritmos universales de Cuba.

Aportes

Esta nueva música ofreció alegría y diversión a las grandes masas de bailadores, muchos de ellos de zonas humildes. Dio nueva vida al arte más importante y decisivo del país: La música bailable. El arte se mide por los aportes socio-antropológicos que brinda al pueblo. No debemos ver el arte como algo simplemente “estético” y “artístico”, el arte antes de ser arte, deparadora de un goce de la “belleza”, fue, como bien escribió Alejo Carpentier: Personificación inteligible, de la Divinidad, objeto de culto, modo de acceso a la trascendencia, acción de gracia, encantación, ensalmo, narración, liturgia, poesía-danzaria, sicodrama, mito y magia, medicina, comunicación, narración,  interrelación, danzaría y sicológica.

La música creada por Cuba en la década de 1990 no fue más que un reflejo de la sociedad de su tiempo, ella influyó en mucha de la música internacional. Mucha de la música más actual toma los estribillos y coros ideados en la salsa y la timba. Una manera musical que se remonta también a la esencia africana. No olvidemos que, tanto los bailes como los timbres africanos están más penetrados en América que lo que podamos imaginar. Y, aunque nos resulte sorprendente y hasta “chocante”, simplemente se trata de una cultura milenaria de siglos. Entendamos la música que nos viene de muy lejos y que es parte del patrimonio de la identidad nacional.

El Creador de la Timba

José Luis Cortés es el creador de la timba cubana, según propia confesión de Juan Formell (1998) y Chucho Valdés (2003). Juan Formell aseguró en el Festival Matamoroson en Santiago de Cuba: “Nosotros dimos los primeros pasos sobre la timba, pero es José Luis Cortés el que amarra, sintetiza y convierte todo eso en la un género musical”. Por su parte Chucho Valdés confesó: “Nosotros en Irakere, con el apoyo de José Luis Cortés abrimos el camino de la timba, pero es José Luis Cortés con NG La Banda quien la hace universal, quien la lleva a la cima de la música cubana”.

 José Luis Cortés músico

Como músico José Luis es uno de los máximos instrumentistas de los nuevos tiempos, se considera que fue el que abrió el camino de la nueva manera de tocar la flauta, después de Richard Egües de la orquesta Aragón. Su capacidad improvisadora es elogiada por el crítico estadounidense Charles B. White. Pero, Cortés es también un orquestador, creador del  nuevo sonido, estilo, timbre y concepto musical impuesto por NG La Banda. Cortés es el artífice directo de todo esto, junto —claro está— a un equipo Cuba, un Dream Team, nunca antes visto en Cuba. A la cabeza de todo está José Luis Cortés, de quien ha dicho su trompetista inicial Elpidio Chapottín: “El propio José Luis Cortés no sabe ni siquiera qué clases de músico es”.

Se dice que Cortés hizo uno de sus clásicos discos Murakamis mambo, en el avión que los llevaba hasta Japón. Yo, personalmente lo veía en los ensayos, la manera en que conformaba las piezas de NG La Banda con un profesionalismo que raya en lo increíble. En la primera etapa, cuando viajaba con NG La Banda (1988-1990), lo vi en Santiago de Cuba, dictándole a Isaac Delgado los coros y estribillos que debía ir cantando, para convertir en la canción La expresiva (Gira por los barrios de La Habana), en una canción con los coros de los barrios de Santiago de Cuba. Tal como hace años lo hacía otro genio: Miguel Matamoros.

José Luis Cortés, además de orquestador y director de orquesta, es productor de discos, de, promotor de la cultura cubana, ha creado una escuela de cantantes populares (algo que hace años debió hacer la Escuela Nacional del Arte), y también cuenta con una Camerata de Flautas femenina.

Además de todo esto ha estado en muchos proyectos culturales, y, algo muy importante, es que es querido por todos los músicos cubanos… Respetemos a nuestros músicos de hoy, ellos serán los clásicos de nuestro tiempo.