Desde Moscú, donde trabaja actualmente, René Herrera Ulloa me escribió vía Facebook el 1ro. de agosto: “Tal parece que Ciudad de La Habana en 2017, época de la telenovela cubana de turno, solo contaba con unos 40 habitantes. Es un círculo vicioso el tema del amor, o empatadera, que creo le queda mejor. Estoy fuera del país en misión de trabajo y por diferencia de horario la veo al otro día, y la sigo desde su comienzo porque junto a Vivir del cuento es lo único que veo de nuestra añorada tierra. En ocasiones he tenido la idea de no verla más, pero la nostalgia me vence. Saludos desde Moscú”.

Y el otro día, cuando fui a pelarme con mi respetado Leo, una clienta, a la que no le pedí el nombre,  calificaba el “hábitat” de la telenovela en un solo Consejo Popular.

Foto: Portal de la Televisión cubana

Las dos opiniones coinciden en lo que creo falla en Más allá del límite: no es creíble que en un círculo (eso es lo que es) donde todo el mundo se conoce, haya dos personas que pasaron en su infancia por un hogar para niños sin amparo filial. Que la mujer de esa historia haya sido recogida y abandonada por la madre de uno de los protagonistas, que termina enamorándose de ella y por el amor logra que se regenere totalmente, y así hacer un giro de 180 grados del mal al buen vivir. Todo eso puede pasar, pero cómo está contado no es creíble.

En una entrevista con Yuris Nórido el guionista  de la telenovela, Yoel Monzón, dijo al referirse sobre cómo asume la agenda social: “Por lo general, son las tramas y los personajes secundarios los ‘ideales’ para desarrollar esos temas en cuestión, ya que para los protagónicos quedan las sufridas historias de amor, la lucha más cruenta y evidente entre el bien y el mal, la representación de los valores positivos más universales. Por eso mi trabajo se caracteriza por la presencia de muchos personajes, de varias tramas secundarias y de muchas subtramas específicas en las que puedo tratar con relativa soltura los temas que me preocupan, algunos”.

Aplausos para una buena cantidad de subtramas, pero ¿existían recursos escenográficos, de vestuario y todo lo que llevan decenas de personajes con conflictos variopintos? Desconozco las veces que desde el mismo ángulo aparece la casa azul, medio solitaria, de la madre de Ulises y Mauricio. En el interior de ese “set”, solo hay dos “pedazos” retratados, la mesa de comedor y el juego de sala, no se ha visto el cuarto. Pero en el restaurante han aparecido la entrada, las mismas mesas con los clientes (siempre del “Consejo popular” de los conflictos), el mostrador y se acabó. Así sucede, con sus especificidades, con todas las otras locaciones interiores o exteriores.

Intentaré recordar y escribir todas las subtramas:

Cada una de esas subtramas podría ser una interesante historia con varios desprendimientos, porque repito ¿existían condiciones para escenificar esa cantidad de propuestas diferentes de casas, salas, cuartos (creo que solo se usa el de los hijos de Ulises), fachadas, en fin, tantos entornos como exige cada historia?

Si se agrega que la fotografía no ayudó, ni la peluquería con esas pelucas (¿eran necesarias?) “tan pelucas”, y bueno ¿la dirección de actores? Una vez más intérpretes merecedores de aplausos por sus desempeños en otros audiovisuales, en Más allá del límite se  quedan en el intento.

En un anterior comentario señalé que la presentación era poco creativa, además de que imitaba demasiado al Canal Habana.

Pero, la novela es seguida. Algunos como René Herrera Ulloa lo hacen por nostalgia, otros por no tener opción… lo que no quiere decir que gusta en todos los casos, porque he pulsado la opinión de algunas personas que la siguen por saber el final de las historias más que por disfrutar la serie. El otro día en un agromercado una dependiente le decía a la otra “¡tú crees que una yuma va a traer el pelo así, si es rica!”. Se refería a la mujer de Mauricio.

Coincido con Yoel cuando  expuso: “En nuestro país cada seriado de continuidad, sobre todo las telenovelas que son los más largos, se graban de forma no lineal una vez escritos todos los guiones, por razones productivas y puramente materiales y organizativas. Eso quiere decir dos cosas: primero, que no hay retroalimentación con los públicos mientras la obra se concibe y sale al aire. En otras partes del mundo los públicos pueden influir con sus opiniones y gustos en el desarrollo y conclusión de las tramas y de los personajes, pues se graba por bloques y se les pide sus criterios. Y segundo: al grabarse de forma no lineal, por locaciones y sets, no se hace por el orden cronológico en que aparecen las escenas, pudiendo estar juntas las de los primeros capítulos con las de los últimos”.

Creo que le falta un elemento: en la televisión brasileña, la que más se basó en los aportes cubanos al género, hace años que el guion no es de un solo escritor. Uno escribe el esqueleto, y otros incorporan  subtramas. Que dos cabezas piensan más que una y cuatro más que dos, es una verdad de Perogrullo.

Como soy optimista por naturaleza espero que la próxima entrega vaya más allá del límite, (¿de cuál?) y que camine, dentro del género, por caminos mejor trazados, creíbles y, por favor, estéticamente no agresivos.

Tomado del Portal de la Televisión cubana