Otro primer buen año para esa gran historia de 18 décadas

Andrés D. Abreu
3/2/2017

Cuando lo que inicialmente fuera el Teatro Tacón y hoy es el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso se acerca a cumplir 180 años de historia dentro de la vida sociocultural y política cubana, se hace imprescindible hacer notar el primer aniversario de su reapertura tras la más reciente renovación que ha experimentado ese patrimonial lugar, destacable entre los grandes monumentos urbanos que conforman el Paseo del Prado.

El 1ro. de enero de 2016 en su Sala García Lorca, tras tres años de trabajos reconstructivos, se volvió a descorrer el telón para festejar la nueva época con una Gala del Ballet Nacional de Cuba, dedicada a todos aquellos que hicieron posible su restauración y remodelación.


Gala Rapertura GTHAA.Coppelia III acto. Ballet Nacional de Cuba. Fotos: Kike

Con el espectáculo Tríptico Clásico, protagonizado por Anette Delgado, Sadaise Arencibia, Viengsay Valdés, Víctor Estévez, Dani Hernández y Alfredo Ibañez, se le devolvía al acontecer del arte y la vida social habanera el más notable de sus espacios escénicos para el ballet; y no pasaron muchos días después de esa gala inaugural para que a la leyenda de grandes figuras de la danza mundial que lo prestigian e incluye nombres como Fanny Elssler, Anna Pavlova, Maya Plisetskaya, Carla Fracci, Cristina Hoyos, Vasili Vasiliev, Maurice Béjart, Julio Bocca, Maximiliano Guerra, Antonio Gades y Antonio Canales, se sumaran nuevas estrellas internacionales y otras nacionales que siguen el  legado y empeño de Alicia, Fernando y Alberto, trasmitido a Josefina, Mirtha, Aurora, Loipa, Marta, Salgado, los Carreños y tantos más.

Luego, el 8 de abril la Sala García Lorca recibía en su nueva primavera la función premier de la compañía Acosta Danza. Y en el debut oficial de la nueva agrupación que dirige el universalmente reconocido bailarín cubano Carlos Acosta, el renovado escenario vio pasar una excelente demostración de la pieza Fauno, del marroquí Sidi Larbi, un creador que distingue el mundo danzario contemporáneo; y mucho se agradeció el retomar por jóvenes bailarines cubanos El cruce sobre el Niágara, emblemática obra de la internacional coreógrafa cubana Marianela Boán. Acosta Danza volvió en diciembre cerrando el cálido invierno cubano con otros estrenos y reposiciones, donde sumó el estreno de Babel, pieza coreografiada por la catalana María Rovira.


Las silfides. Gala Ballet Royalty

En pleno verano, con la Gala Ballet Royalty, organizada por el bailarín cubano Rodrigo Almarales, creció el cosmos de estrellas universales que han dejado sus luces sobre esas tablas de la Sala Lorca, renovadas tantas veces desde la época de Tacón hasta el presente, en que reverencia con su nombre a Alicia Alonso.

Maria Kochetkova, Ivan Vasiliev, Daniil Simkin, Semyon Chudin, Matthew Golding e Iana Salenko fueron algunos de los grandes convidados a esta celebración, que también invitó a compartir esa gloria a la cubana Adiarys Almeida.

Para el otoño, con el 25 Festival de Ballet de La Habana, el histórico firmamento del Gran Teatro de La Habana encontró sitio para Ashely Bouder y Joaquín de Luz, la Martha Graham Dance Company y Les Grand Ballets Canadiens, entre otros.

Durante este nuevo año de llevar la danza como máxima propulsora de la programación artística de la histórica Sala García Lorca, fueron también notables las presentaciones de la compañía cubana DanzAbierta, que estrenó su nuevo espectáculo Welcome, y el incansable esfuerzo de Danza Contemporánea de Cuba por dar continuidad a sus temporadas de estrenos coreográficos con la energía renovadora dentro del espíritu transformador que debe marcar su trayectoria.


Welcome. DanzAbierta

La danza también se desplazó por esos otros restaurados y espléndidos salones del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, donde otrora estuvieron la Escuela Nacional de Ballet y el Ballet Español de Cuba, y desde otras híbridas perspectivas se danzó allí, en la Sala Lecuona y la galería Zoom, gracias a las proyecciones, talleres, exposiciones y conferencias del XI Festival Internacional de Videodanza DVDanza Habana, Movimiento y Ciudad. Y en El Tablao, que sustituyendo al antiguo y paradójico Cabaret Nacional hoy anima desde el subsuelo del Gran Teatro los horarios más tardíos de las noches capitalinas, se ha mantenido la presentación estable de Ecos, la compañía cubana que con más rigor cultiva las tradiciones flamencas afincadas en Cuba.

Por su parte la música, que ha ilustrado la historia de este escenario con las grandes glorias de la composición, la interpretación y el canto nacional como  José White, Cervantes, Roig, Roldán, Prats, Leo Brouwer, Chucho Valdés, Rita Montaner, Esther Borja, Bola de Nieve y Luis Carbonell, además de inolvidables visitantes como Enrico Caruso, Serguei Rachmaninov, Arthur Rubinstein, Daniel Barenboim, Victoria de los Ángeles y Teresa Berganza, entre otros grandes nombres, no tardó en sumar nuevos sonidos memorables a las Salas Lecuona y García Lorca.

Un súper conocido de la pianística como Frank Fernández dio la arrancada el 30 de enero junto a voces del Teatro Lírico, y lo siguió meses después el contratenor francés Philippe Jaroussky. Varias galas y eventos animaron ese andar musical con invitados como la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por el maestro Enrique Pérez Mesa, la Orquesta Aragón, la cantante Bárbara Llanes, la diva Omara Portuondo, la agrupación Ópera de la Calle y el tenor mexicano Fernando de la Mora.

Una amplia actividad coral internacional y estrenos operáticos como Tannhauser y La Mandrágora Liberata, también distinguieron musicalmente el nuevo año del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, institución que igualmente acogió eventos significativos como la I Bienal de Diseño de La Habana y FitCuba 2016.

La recuperación de los grandes salones del edificio estimula sucesos de gran dimensión espacial, como lo fue la exposición colectiva de arte cubano Fuerza y Sangre. Imaginarios de la bandera, y la II Semana de la Moda en La Habana.

En este mismo insigne lugar donde Luisa Pérez de Zambrana coronó a Gertrudis Gómez de Avellaneda, donde se realizó el Primer Congreso Obrero Nacional y el Primer Congreso Nacional de Mujeres, y desde el cual oradores como Enrique José Varona, Fernando Ortiz, Alejo Carpentier, Che Guevara y Fidel Castro expandieron sus ideas ante la nación cubana, se permitió durante este importante año de su reapertura que Barack Obama se dirigiera a la sociedad civil cubana, se acogió la firma de la Declaración Conjunta de Cooperación entre el Instituto Smithsonian de Estados Unidos y el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba, y se realizó la entrega del Premio Nacional de Restauración y Conservación. Muy recientemente, como colofón de un histórico primer año de reapertura, Alicia Alonso coronó merecidamente a Eusebio Leal como Premio Gran Teatro de La Habana de 2016 [1].

Nota:
1. Sirva este texto para agradecer a todos los que han hecho posible con su trabajo que el Gran Teatro de La Habana siga constituyendo un ejemplar espacio dedicado con rigor y respeto a la cultura y el arte. Ojalá muy pronto vuelva a estar abierta a todos sus visitantes y espectadores la posibilidad de seguir tertuliando en el tan estimado café de su patio central.