¿Qué es para usted la poesía además de una lámpara encendida…?

Fayad Jamis
23/10/2020

Abrí la verja de hierro

 

Abrí la verja de hierro,

Sentí como chirriaba, tropecé en algún tronco

y miré una ventana encendida, pero la madrugada

devoraba las hojas y tú no estabas allí diciéndome

que el mundo está roto y oxidado. Entré,

subí en silencio las escaleras, abrí otra puerta,

me quité el saco, me senté, me dije estoy sudando,

comencé a golpear mi pobre máquina de hablar,

de roncar y de morir (tú dormías, tú duermes, tú no sabes

cuánto te amo), me quité la corbata y la camisa,

me puse el alma nueva que me hiciste esta tarde,

seguí tecleando y maldiciendo, amándote y mordiéndome

los puños. Y de pronto llegaron hasta mí otras voces:

iban cantando cosas imposibles y bellas, iban

encendiendo

la mañana, recordaban besos que se pudrieron en el río,

labios que destruyó la ausencia.

 

Y yo no quise decir nada

más: no quiero hablar, acaso en el chirrido

de la verja rompí cruelmente el aire de tu sueño.

Qué importa entrar o salir o desnacer.

Me quito los zapatos

y los lanzo ciego, amorosamente, contra el mundo.

 

 

Mejor es levantarse

 

Si no puedes dormir levántate y navega.

Si aún no sabes morir sigue aprendiendo a amar.

La madrugada no cierra tu mundo: afuera hay estrellas,

hospitales, enormes maquinarias que no duermen.

Afuera están tu sopa, el almacén que nutre tus sentidos

el viento de tu ciudad. Levántate y enciende

las turbinas de tu alma, no te canses de caminar

por todas partes, anota las últimas inmundicias

que le quedaron a tu tierra, pues todo se transforma

y ya no tendrás ojos para el horror abolido.

 

Levántate y multiplica las ventanas, escupe en el rostro

de los incrédulos: para ellos todo verdor no es más que herrumbre.

Dispara tu lengua de vencedor, no sólo esperes la mesa tranquila

mientras en otros sitios del mundo chillan los asesinos.

 

Si no puede soñar golpea los baúles polvorientos.

Si aún no sabes vivir no enseñes a vivir en vano.

Tritura la realidad, rómpete los zapatos auscultando las calles,

no des limosnas. Levántate y ayuda al mundo a despertar.

 

 

Por esta libertad

 

Por esta libertad de canción bajo la lluvia

habrá que darlo todo

Por esta libertad de estar estrechamente atados

a la firme y dulce entraña del pueblo

habrá que darlo todo

Por esta libertad de girasol abierto en el alba de fábricas

encendidas y escuelas iluminadas

y de esta tierra que cruje y niño que despierta

habrá que darlo todo

No hay alternativa sino la libertad

No hay más camino que la libertad

No hay otra patria que la libertad

No habrá más poema sin la violenta música de la libertad

Por esta libertad que es el terror

de los que siempre la violaron

en nombre de fastuosas miserias

Por esta libertad que es la noche de los opresores

y el alba definitiva de todo el pueblo ya invencible.

Por esta libertad que alumbra las pupilas hundidas

los pies descalzos

los techos agujereados

y los ojos de los niños que deambulan en el polvo

Por esta libertad que es el imperio de la juventud

Por esta libertad

bella como la vida

habrá que darlo todo

si fuere necesario

hasta la sombra

y nunca será suficiente.

 

 

Contémplala: es muy bella

 

Contémplala: es muy bella, su risa golpea

la costa,

toda de iras y espumas. Pero no intentes

decirle lo que piensas. Ella está en otro mundo

(tú no eres más que un extranjero de sus ojos,

de su edad)

Dile, en todo caso, que te gustan sardinas fritas,

sobre todo una tarde en que llueve un inolvidable

vino blanco. Háblale del hermoso fuego

de tu patria.

 

Ella es clara y oscura como la lluvia

en que reina

su ciudad. Sus ojos se detienen en un punto

movedizo

entre la estación del amor y un tiempo

imprevisible.

Claro que a veces olvidas (por un instante,

es cierto)

tu oficio de notario, y, como ser humano al fin,

te pones a hablar líricamente de política.

 

Lo mejor

que puedes hacer es convencerte de que la poesía

te completa,

comprobar que has cruzado el lindero del horror

y la angustia,

escribir que una tarde recorriste

la bella ciudad empedrada

para encontrar lo que no podía ser el amor

sino el poco de sueño

que recuerda un gran sueño.

 

Carta

 

Mira, muchacha, de pronto sentí ganas de escribirte una

carta para entregártela yo mismo y leértela yo mismo. No

quiero olvidar tantas cosas que debo decirte y por eso me valgo

de pluma y papel. Te leeré esta carta sentado en aquella

roca en que los dos hablamos casi por primera vez y casi

sin darnos cuenta comprendimos que la vida nos puso

pecho a pecho.

 

El tiempo que durará tu ausencia desbordará una noche

de vigilia con estrellas, con mosquitos, con estas voraces

ganas de comerte tu sonrisa, de hacerte descomunalmente

mía, como si no existieran los ómnibus, las gentes y las horas.

 

Estoy a punto de llorar pues de pronto me acuerdo de que no estamos

solos en el mundo. La noche se desliza, interminable, sobre los árboles

impasibles. Sueño una pesadilla en que tus besos caen al agua como

piedras mientras estoy atado de pies y manos, amordazado,

debatiéndome inútilmente.

 

Pero no, no es verdad. Estoy despierto. Sé que a pesar

de todo nos amaremos locamente, como si mañana (ahora

mismo) fuera la última vez, como si éste fuera el gran amor de

nuestras vidas, como si éste pudiera ser otro que el gran amor de

nuestras vidas.

 

Poema

 

¿Qué es para usted la poesía además de una piedra horadada por el sol y la lluvia,

Además de un niño que se muere de frío en una mina del Perú,

Además de un caballo muerto en torno al cual las tiñosas describen eternos círculos de humo,

Además de una anciana que sonríe cuando le hablan de una receta nueva para hacer frituras de sesos

(A la anciana, entretanto, le están contando las maravillas de la electrónica, la cibernética y la cosmonáutica),

Además de un revólver llameante, de un puño cerrado, de una hoja de yagruma, de una muchacha triste o alegre,

Además de un río que parte el corazón de un monte?

¿Qué es para usted la poesía además de una fábrica de juguetes,

Además de un libro abierto como las piernas de una mujer,

Además de las manos callosas del obrero,

Además de las sorpresas del lenguaje -ese océano sin fin totalmente creado por el hombre-,

Además de la despedida de los enamorados en la noche asaltada por las bombas enemigas,

Además de las pequeñas cosas sin nombre y sin historia

(un plato, una silla, una tuerca, un pañuelo, un poco de música en el viento de la tarde)?

¿Qué es para usted la poesía además de un vaso de agua en la garganta del sediento,

Además de una montaña de escombros (las ruinas de un viejo mundo abolido por la libertad),

Además de una película de Charles Chaplin,

Además de un pueblo que encuentra a su guía

y de un guía que encuentra a su pueblo

en la encrucijada de la gran batalla,

Además de una ceiba derramando sus flores en el aire

mientras el campesino se sienta a almorzar,

Además de un perro ladrándole a su propia muerte,

Además del retumbar de los aviones al romper la barrera

del sonido (Pienso especialmente en nuestro cielo y

nuestros héroes)?

¿Qué es para usted la poesía además de una lámpara encendida,

Además de una gallina cacareando porque acaba de poner,

Además de un niño que saca una cuenta y compra un helado de mamey,

Además del verdadero amor, compartido como el pan de cada día,

Además del camino que va de la oscuridad a la luz (y no a la inversa),

Además de la cólera de los que son torturados porque

luchan por la equidad y el pan sobre la tierra,

Además del que resbala en la acera mojada y lo están viendo,

Además del cuerpo de una muchacha desnuda bajo la lluvia,

Además de los camiones que pasan repletos de mercancías,

Además de las herramientas que nos recuerdan una araña o un lagarto,

Además de la victoria de los débiles,

Además de los días y las noches,

Además de los sueños del astrónomo,

Además de lo que empuja hacia adelante a la inmensa humanidad?

¿Qué es para usted la poesía?

Conteste con letra muy legible, preferiblemente de imprenta.

 

 

Si no existieras

 

Qué sería de mí si no existieras,

 

Mi ciudad de La Habana.

Si no existieras, mi ciudad de sueño

En claridad y espuma edificada,

Qué sería de mí sin tus portales,

Tus columnas, tus besos, tus ventanas.

Cuando erré por el mundo ibas conmigo,

Eras una canción en mi garganta,

Un poco de tu azul en mi camisa,

Un amuleto contra la nostalgia.

Y ahora te camino toda entera,

Te vivo toda hasta la madrugada,

Soy el viento en tus parques y rincones,

Soy el sol que te acaricia el alma.

Ciudad de mis amores en el polvo,

Bella ciudad de podredumbre y alas,

En ti nací realmente un mes de enero

Cuando golpeó en tu pecho la esperanza.

Si viví un gran amor fue entre tus calles,

Si vivo un gran amor tiene tu cara,

Ciudad de los amores de mi vida,

Mi mujer para siempre sin distancia.

Si no existieras yo te inventaría,

Mi ciudad de La Habana.

 

 

Con tantos palos que te dio la vida

 

Con tantos palos que te dio la vida

y aún sigues dándole a la vida sueños.

Eres un loco que jamás se cansa

de abrir ventanas y sembrar luceros.

 

Con tantos palos que te dio la noche

tanta crueldad y frío y tanto miedo

eres un loco de mirada triste

que sólo sabe amar con todo el pecho.

 

Construir papalotes y poemas

y otras patrañas que se lleva el viento.

 

Eres un loco de mirada triste

que siente cómo nace un mundo nuevo.

 

Con tantos palos que te dio la vida

y aún no te cansas de decir: te quiero. 

 

 

 

Vagabundo del alba

A Nicolás Guillén

 

La mañana pálida de París crece sobre mis hombros

después de la noche larga mi amor esta brisa

Las hojas color de miel del otoño deslizándose por las calles

en las aceras las hojas del otoño sobre la cabeza de los mendigos

Aún duermen una mujer se ha levantado ha recogido una boina

que había a los pies de un durmiente y le ha cubierto el rostro

La ternura de esa mujer debajo de los harapos negros

como la flor pálida del día como la paloma

que revolotea sobre el Sena de humo de cristal de plata

 

Así es aquí el amanecer yo te lo digo ahora que es otoño

así es el alba de la ciudad está muerta sus huesos pueden ser palpados

y nadie dirá nada los policías duermen sus orejas de corcho

las leyes duermen la miseria dormita yo camino camino

primer hombre de este nuevo día como si la ciudad fuera mi mujer

y yo la contemplara desnuda el cielo naciendo de su espalda

 

Así es París yo te lo digo a veces sueño que recorro un mundo muerto

después de la última bomba muerta hasta la esperanza

Yo no comprendo mucho pero me siento un poco Robinson Crusoe

Robinson de esta terrible hermosa grande ciudad que se llama París

Los gatos salen de todas partes buenos días los latones de basura están llenos

juguetes rotos frutas podridas trajes papeles desgarrados

papeles donde el olvido ha dejado su oscura cicatriz

El mundo la civilización todo eso ha muerto los gatos y yo sobrevivimos

Frente a uno de estos puentes escogeré mi casa

tal vez aquella de la cortina roja en la ventana

o la otra que avanza como si quisiera saludarme buenos días

Pero no es verdad detrás de todos esos muros grises hay hombres

que respiran roncan y sueñan

hombres que quizás recuerdan un grito perdido en el valle turquesa de los siglos

hombres que acaso están pensando en los nuevos modelos de automóviles

en su trabajo en el amor tal vez en la muerte

 

Aquella mancha negra que arrastra la corriente es un cartón

creía que era una tortuga creía que era un ahogado

y no más que un cartón a su alrededor flotan tres hojas

como tres corazones de miel tres cifras de otoño

Los árboles salen del río como el humo de los cigarros

Otra paloma revolotea su sombra blanca sobre el agua gris

Los urinarios tienen la belleza astuta de ciertas iglesias de Castilla

voy entregando en ellos para hacer algo mientras pienso

mientras camino mi amor es decir nadie en el mundo esas hojas

Los semáforos le dan paso a los gatos a la brisa

en la frente del día pálido estas luces de ámbar

 

Anoche hablaban de la guerra siempre de la guerra

cadáveres espuma de eternidad de cadáveres

pero no todos saben como es dulce la libertad por ejemplo a estas horas

en el carro blanco del lechero viene detrás de sus bestias blancas

Una muchacha de Israel me hablaba de la juventud de su país

ella no tiene religión ella ama París ella ama el mundo

mañana todos tendremos el mismo rostro de bronce y hablaremos la misma lengua

Mañana aunque usted no lo quiera señor general señor comerciante señor de espejuelos de alambre y ceniza

pronto la nueva vida el hombre nuevo levantarán sus ciudades

encima de vuestros huesos y los míos encima del polvo de Notre-Dame

 

En la primera panadería que se abra compraré un gran pan

como hacía en mi país sólo que ahora no me acompañan mis amigos

y que ya no tengo veinte años

entonces hubiera visto todas esas sombras de otro color

Hubiera silbado hubiera arrastrado el recuerdo de una muchacha trigueña

En fin todas esas cosas se van quedando atrás

ahora es más importante trabajar para vivir

Algunos pájaros empiezan a cantar las hojas secas caen

Me voy alejando del río de las lanchas de los puentes blancos

parece que estos edificios fueran a caer sobre mi cabeza

se van volviendo gibosos al paso de los siglos

la rue du Chat-qui-Pêche me hace imaginar historias terribles

Pero es mejor continuar es el alba es el alba

las manos en los bolsillos proseguir proseguir

Dos carniceros dan hachazos en la mitad de una res

eso no es nada divertido y sin embargo me gusta mirar

mi alma es aún un poco carnicera estamos en 1956

Mañana quizás no será así quizás no habrá carniceros ni verdugos

mi corazón un poco verdugo y un poco ahorcado

tu corazón tu corazón serán polvo agua viento

para los nuevos girasoles

cada semilla como una abeja dormida

 

El día pálido era blanco ahora amarillea

algunas chimeneas parece que fueran a encenderse

Pasa un soldado con una maleta enorme

rombo a la gare de Lyon rumbo a Egipto la muerte

Pasa una mujer en bicicleta ella va a su trabajo

cuando el sol está a la altura de las rodillas como el trigo

todos los días ella va a su trabajo toda la vida

Pasa un camión cargado de vino de estrépito de alba

Ya estoy en el boulevard Saint-Germain miro las vitrinas de las librerías

 

Algún día compraré un buen diccionario las obras completas de Rimbaud

muchos libros mejor es no hablar de ello

Por todas partes hay mendigos aquel parece un niño

entre su cabeza y el cemento de la acera no hay más que una lámina helada

Tengo ganas de tomarme un café con leche tengo hambre y sed

el alba amarilla tiene un mal sabor en mi boca

París comienza a despertar ya no soy un Robinson

más bien un extranjero más bien un fantasma

más bien un hombre que no ha dormido

vagabundo de la ciudad el otoño y el alba

mientras mi amor ha de estar mirando las cumbres del Perú

o el cielo esmaltado de China

yo no lo sé mis pies se cansan eso es todo eso es todo

Después de haber amado vivir el nuevo día

es hermoso

En la ciudad y el corazón arde la misma llama

 

París, septiembre 16 de 1956