Una “quinta” y sus inspiraciones

Jorge Sariol
25/11/2016

Un patronato puesto al servicio de la salud, no solo de naturales de Canarias.

Según la revista Las Afortunadas, el 23 de abril de 1922, en los terrenos de la antigua finca La Mora, en zona conocida como Alturas de ArroyoApolo, quedaba inaugurada Nuestra Señora de La Candelaria, conocida popularmente como Quinta Canaria [1].

Sin embargo, según el Lic. Rafael Rivero Ávila, en su trabajo La Quinta de los Canarios y sus Cruces con la Historia,“ello entra en contradicción con lo que plantea la tarja que se encuentra en el edificio de la administración, en la que se puede leer la siguiente inscripción:…Comité Ejecutivo que llevó a efecto e inauguró el día seis de junio de mil novecientos veinte y seis los pabellones de infecciosos, dementes, hidroterapia, operados, administración, así como la portada principal, pavimentación de calles, aceras, jardines, crematorio y acueducto”[2].


Fotos: Cortesía del autor

Discordia de fechas aparte, lo cierto es que La Quinta tal vez no competía con las vetustas La Benéfica o el sanatorio Covadonga; quizá pudiera debatirse si igualaba o superaba a Hijas de Galicia, La Purísima Concepción o el sanatorio Santa Teresa de Jesús; pero llegó a significar un destacado patronato puesto al servicio de la salud, no solo de naturales de Canarias.

¿Cómo se logró edificar y poner en funciones una institución de salud de tal calibre?El tratado más completo sobre la Quinta Canaria realizado hasta la fecha lo aporta, sin dudas,La Quinta Canaria. Legado de la emigración canaria a Cuba, de Dolores Guerra López [3].

El estudio detalla ciertos aspectos que explican la base empresarial corporativa que financiaría la institución.

 

Sabemos por dicha obra que en 1918, La Asociación Canaria, bajo la presidencia de Domingo León —exitoso empresario, dueño de cuatro ingenios azucareros—, comienza las gestiones para la constitución de un sanatorio.En marzo de ese año se adquiere la finca La Mora, en el kilómetro siete de la Calzada de Bejucal, con más de 337 mil metros cuadrados y tasada en 130 mil pesos, una suma para nada despreciable.

El proyecto suponía la parcelación de tierras, urbanización, construcción de edificios y adquisición de mueblería especializada, para lo cual, el 14 de julio de 1918, se nombra un comité gestor.

Desde el 16 de septiembre de 1918 ─fecha en que se anuncia el inicio de obras─ hasta el 23 de abril de 1922 ─momento inaugural en que se abrió, parcialmente, “La Quinta”─, mediaron meses de aplazamientos y demoras. Entre tradición, nostalgias y reafirmaciones, el proyecto tendría colofónel 2 de febrero de 1919, al colocar las primeras piedras —siete, según se afirma, traídas desdeCanarias, y una octava aportada por el comité cubano─.

¿Razones de la mesura? No ha sido posible consultar evidencias escritas, pero es de suponer que el tema financiamiento fue tal vez una razón de “pesos”.

La investigadora Guerra López, en elestudio citado, ofrece valiosa referencia sobre la forma principal de financiamientopara enfrentar la obra, conseguido mediante series de bonos hipotecarios de diferentes denominaciones.

 “…se ofrecieron cuatro series de $100.000.00 cada una, divididas en $25.00, con un interés anual del 6% iniciándose la amortización en el año 1928 y dando fin a la obligación hipotecaria en 1930. De igual forma, se brindó la oportunidad de adquirir una serie sin interés, pero para las cuatro restantes se señaló también un 6% anual”[4].

La delegación de Cabaiguán-Guayos aportó $4775 como empréstito para financiar bonos de la serie A, lógico si tenemos en cuenta la copiosa comunidad canaria asentada en el territorio.

En tal sentido, pudiéramos admitir como posible que el aporte fuera con dinero de los canarios asociados, ya que la figura mercantil `empréstito´ se refiere a una forma de captar dinero público por parte de las entidades de crédito, que emiten un conjunto de valores a préstamo.

Guerra López asegura que es posible consultar los nombres de los aportantes en la revista semanal ilustrada Canarias, del 21 de junio de 1919, en la páginacinco.

Además, a diferencia del préstamo, en el cual existe un acreedor único o unos pocos acreedores —al modo de loscréditos sindicados—, en los empréstitos existen, por lo regular, numerosos acreedores.

Sin embargo, partamos del hecho de que la gran mayoría de los `isleños´ de la zona central de Cuba era de bajos recursos.

Y con intención loable, sin dudas, se realizó la emisión de la primera de las series de bonos hipotecarios —por cuantía de $100, 000,00, dividida en 4000 bonos de $25.00— quese denominaría Patriótica, y en coherencia con el postulado patrio no devengarían intereses; sin embargo, se reservaba la prioridad y la amortización que comenzaría a partir del año 1922.


 

Otro hecho hace más explícito los barruntos sobre el carácter mercantil de todo el proyecto, y lo es el detalle de que el Banco Internacional de Cuba quisiera sumarse al `cocido´, al explorar posibilidades, sondeando al presidente de la Asociación Canarias.

Así lo recoge la investigadora Dolores Guerra López:“Tengo noticias de que la Sociedad que usted preside está colocando bonos para la construcción del edificio enque se instalará la Quinta de Salud de la asociación canaria; y como la idea no puede ser más simpática y útil quiero expresar a usted en mi propio nombre y en el del banco internacional de Cuba, nuestra adhesión a tan noble iniciativa” [5].

El término `simpática´ pudiera dar hoy motivo para ponerse en guardia, pero en la época tenía sentido no de graciosa, sino de socialmente amigable. Según la fuente citada, el Banco Internacional de Cuba contribuiría con 10 mil pesos en bonos A y puso en la operación a 24 sucursales en todo el país.

De modo que en abril de 1922 la portada de la recién inaugurada Quinta Canaria daba imagen de mayorazgo, pertinencia —también de pertenencia— y desde luego… liquidez.

En las páginas citadas del Diario de La Marina se expresaba:

Desde la portada de la Quinta Canaria que ostenta nombre de la patrona de las Afortunadas, parte la avenida que comunica con los distintos pabellones; entre ellos se destaca el que fue destinado a hogar canario, que se dotó de radios, televisores, mesas para juegos de entretenimiento, así como los de mayor suma de comodidades para aquellos socios a los que se atiende como si estuvieran en su morada. Allí se rinde culto a nuestra Sra. de la Candelaria, en la capilla donde cada domingo ofrece misa [6].

Llegaría a tener la Quinta Canaria 11 pabellones encabezados por el dedicado a la Administración.

Dicho sea de paso, el administrador vivía en los predios de la institución, como garantía de `estar en todas´, mientras que el primero de los dedicados a servicios propios de la entidad se consagraba a MedicinaGeneral y llevaría el nombre de Domingo León, el opulento empresario canario, impulsor del sanatorio.

Es curiosocómo la construcción de ese pabellón fue realizada por la compañía Castellá e Hijos, y una vez sacada a licitación el bastimento del segundo, en julio de 1919, se adjudicó en 4 000 pesos a los mismos contratistas mencionados.

Para entonces, la Asociación Canaria —que al cierre del primer trimestre de 1957 el número de miembros se elevaba a 22 883—, era administrada por un Comité Ejecutivo, liderado por el Sr. Francisco Montes de Oca Falcón y una asamblea de representantes, presidida por el Sr. Antonio Rodríguez Suárez, quien regía las acciones propias de la institución, además de presidir la beneficencia.

Para la fecha, no se advierte en parte alguna la obligatoriedad de ser natural, oriundo o descendiente de canario.

Según la reseña aparecida en la ya citada edición especial del Diario de la Marina, los ingresos por cuotas sociales se destinaban, en una proporciónmuy elevada, a las atenciones de “La Quinta”. De cuánto eranlas cuotas no dice el reportero; solo reseña que en un año se gastaron $353,502.27: “En el sostenimiento del consultorio de la casa social, $16,247.24; en gastos generales, $ 47,123.64;ypor servicios médicos y medicinas a socios en las delegaciones, $24,444.22” [7].

La observación con que cierra este trabajo la trascribimos de la misma fuente anterior. Aunque se refiera a la modalidad de beneficencia y no a las casas de salud, no deja de ser curiosa, para no decir increíble, teniendo en cuenta las evidencias expuestas.

En ella dice el periodista del Diario de la Marina: “Como por fortuna son pocos los canarios necesitados, cada vez que se presenta un caso, es resuelto favorablemente”.

Notas:
1. Hoy hospital psiquiátrico “27 de noviembre”.
2.https://www.ecured.cu/Hospital_Psiqui%C3%A1trico_Quinta_Canaria.
3. Colección Diáspora, 2000. Es posible consultar un ejemplar en la biblioteca de la Asociación Canaria de Cuba, sita en Monserrate No. 258. La Habana.
4. Ídem anterior.
5. Ídem anterior.
6.Presno, Pablo R/Los Centros Regionales con Casa de Salud. Diario de la Marina número extraordinario. sep. de 1957. Página 172.
7. Ídem anterior. Pág. 173
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