Artistas cubanas apuestan por la no violencia hacia las mujeres

Kenia Méndez Mederos / Fotos: Cortesía de la autora
10/4/2019

Tú estabas en la orilla sin el traje de buceo, y me esperabas sonriendo. Dijiste que había sido una prueba de voluntad, de fortaleza, y que te sentías orgulloso de que yo la hubiera pasado. Que todas las personas eran clasificables también dijiste. Que hasta ese momento yo había pertenecido a la cuarta categoría de los seres humanos y que, a partir de la cueva, había ascendido a la tercera[1].

Evoluciona, la campaña por la no violencia hacia las mujeres, que desde el noviembre pasado ha estado promoviendo mensajes a favor de la equidad de género y en contra del acoso, ha tenido al arte como uno de sus principales recursos. Con el propósito de interpelar y sensibilizar a las juventudes, y como una de sus muchas propuestas, la campaña decidió trabajar de conjunto con artistas de la plástica cubana, para producir una serie de postales feministas con frases de escritoras cubanas sobre desafíos para la igualdad de género. La motivación principal de esta primera entrega fue el Día de la Mujer, pero se esperan nuevas series, en función de nuevas fechas y razones. La Jiribilla conversó con algunas de las mujeres que hicieron esto posible y les trae sus impresiones.

Sobre la importancia de experiencias como Evoluciona en el contexto cubano actual

Laidi Fernández de Juan: Le concedo una gran importancia, no solo a esta Campaña, sino a todas aquellas cuyos propósitos sean, en primer lugar, visibilizar violencias y desigualdades, para crear conciencia de los problemas, y así trazarse programas  que contribuyan a la desaparición de tales injusticias. Si no existe lo que los peritos llaman “Levantamiento del problema”, o sea, si no se lleva a cabo un trabajo preliminar de concientización, no será posible proponer estrategias efectivas. La violencia contra las niñas y las mujeres, así como el maltrato animal, el racismo, la homofobia, son verdaderos flagelos en cualquier sociedad, incluso presentes en la nuestra. En este caso específico, sucede que muchas mujeres (y muchos hombres) no son conscientes de ser víctimas o victimarios. Ese sería el primer paso. Una vez adquirido ese conocimiento, comienza la ardua labor de ayudar a salir a las víctimas del infierno que viven, y de denuncia a los victimarios. Visibilizar la violencia, y eliminar de una vez el cómplice velo tras el cual se escuda, es de vital importancia.

Diana Balboa: Estoy gratamente sorprendida desde que vi la primera valla en una avenida importante de La Habana. Poseo un pullover de la campaña que me ha servido para establecer careos y confrontaciones en servicentros  y otros espacios mayoritariamente visitados por hombres.

Ileana Mulet: En los últimos años he acumulado mucha obra en relación al tema género. Como artista he llegado a la conclusión de que la campaña a favor de la mujer debe ser la campaña a favor de educar a la mujer. Se necesitan campañas educativas y Evoluciona es un buen ejemplo de ello.

Principales preocupaciones en relación con el tema de la violencia de género, desde la doble condición de artista y mujer.

Diana Balboa: Más que preocupaciones, creo que la evidencia del fenómeno, no solamente en nuestra sociedad —que afortunadamente no es tan descarnado y cotidiano como en otros países—,  convierte en una obligación el manifestarse de todas las maneras posibles y con los recursos que cada cual posea contra este “tema”.

Laidi Fernández de Juan: No me es posible desligar una condición de otra. Me preocupa la indiferencia que aun persiste con relación a ciertas discriminaciones. Negar que existe violencia contra niñas y mujeres es conferir impunidad a los agresores. Más que preocuparme, me angustia ese silencio. Las consecuencias de la impunidad que genera, pueden verse a diario: Mujeres agredidas física y/o emocionalmente arrastran no solo moretones, humillaciones  y daños que amenazan sus vidas, sino el enorme peso de sentirse desvalidas, sin protección, ignoradas y encima, culpables.

Ileana Mulet: Los cambios para mal, las mujeres que aun apoyan y adoptan prácticas machistas. Lo que tiene que transformarse son las sociedades, debemos recuperar la mirada central hacia el ser humano, debemos recuperar la capacidad de amar, que implica realizar buenas acciones para/con el otro, sea hombre o mujer.

Sobre los aportes que puede y debe hacer el arte en función de esta causa.

Diana Balboa: Creo que cualquier ser humano sensible —y los artistas lo somos por nuestra condición de creadores— solo debe ver. Cerrar los  ojos, callar, dejar una superficie en blanco, ya sea papel o tela, es imperdonable, el silencio es imperdonable.

Laidi Fernández de Juan: El arte debe colocarse en una postura de servicio hacia la sociedad. No somos entes abstractos, ni debe cultivarse un ego que no esté respaldado por una obra digna, de calidad, y también de reflejo, como un espejo donde todos podamos vernos. La literatura, al dar voz a quienes no disponen de ese medio, contribuye notablemente a que niñas, niños, mujeres y hombres encuentren compañía, complicidad, reflejo y soluciones a sus problemáticas específicas. Esa fue la intención de la antología Sombras nada más, en la cual participamos treinta y seis narradoras cubanas. La acogida que ha tenido dicho libro, demuestra su utilidad.

Ileana Mulet: El arte tiene una función transformadora. Es como insuflar la sensibilidad en los seres humanos a través de  la observación de los colores, de las sensaciones, del ritmo que puede tener una poesía, de cómo leer un buen libro, de cómo salirse de un entorno agresivo que nos golpea por mucho tiempo. Desde los inicios de las sociedades, el arte las ha ido transformando para bien. Primero porque genera un concepto estético, social, que se va quedando como sedimento para transformar las nuevas generaciones. Se queda en los museos, en los libros que se escriben, se queda en las obras de arte, en determinados conceptos de nacionalidad que imprimen esos propios artistas, así que, donde quiera que esté el arte, se está haciendo una campaña. El artista es un ser comprometido, siempre está en la mirilla del otro y en la mirilla propia, de su conciencia social.  Él nunca debe parar de estudiar, de observar, porque tiene la posibilidad de abstraerse y a la vez abrirse a la sociedad, de indagar sobre el otro. Nunca dejará de ir a la universidad, no puede poner como excusa la edad para no entender lo nuevo que está sucediendo, a las nuevas generaciones, debe luchar, siempre, sin importar las circunstancias, luchar por el otro.

Nota:
[1]Este fragmento pertenece al texto Bumerang de Laidi Fernández de Juan y se encuentra en el libro Sombras nada más, pág. 47.