Artistas espirituanos exponen en La Habana

Daniel Céspedes Góngora
24/6/2019

Piedras de río. Arte espirituano actual es el título de la exposición colectiva que el próximo 27 de junio, a las 6:00 p.m., será inaugurada en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (CDAV). La propuesta vinculará tres celebraciones: los 505 años de Sancti Spíritus, los 500 de fundación de La Habana y el 30 aniversario del CDAV. A continuación, dialogo con el narrador y crítico de arte Maikel José Rodríguez Calviño, uno de los curadores de la muestra.

Fotos: Cortesía del autor
 

¿Cómo surge la idea de esta exposición?

Piedras de río tuvo su origen durante el XXXIII Salón de Arte Contemporáneo Oscar Fernández Morera, efectuado en Sancti Spíritus en octubre del pasado año. Ante la calidad de las obras presentadas, los miembros del jurado, así como los especialistas del CDAV y del Consejo Nacional de Artes Plásticas invitados al evento, planteamos la posibilidad de organizar una exposición colectiva que, durante los meses estivales, mostrara en las salas del Centro lo más sugerente del arte espirituano actual. Poco después se inició el proceso de selección que finalmente dio origen a la muestra.

¿De cuántos creadores estamos hablando y cuáles son las técnicas más favorecidas?

Hemos convocado a una treintena de creadores pertenecientes a diferentes municipios de la provincia. También incluimos a varios que viven y trabajan en otras zonas del país, e incluso allende las fronteras cubanas, pero que guardan un estrecho vínculo afectivo e identitario con su tierra natal.

Desde un principio nos propusimos abarcar la mayor cantidad de lenguajes. En la muestra encontraremos pinturas, fotografías, dibujos, intervenciones en el espacio galerístico, esculturas e instalaciones. También incluimos manifestaciones relacionadas con las artes gráficas (historieta, ilustración, grabado), el diseño de interiores y la artesanía artística.

Creo que la fotografía tiene más peso, lo cual es comprensible si tenemos en cuenta el trabajo desarrollado durante varios años por el ya desaparecido Club FOTOS y el Garaje Fotográfico de Álvaro José Brunet en función del desarrollo de dicha manifestación al interior del territorio.  

¿Consideras esta una exposición para legitimar más a estos artistas o representa un llamado de atención para que se aprecie cuanto se está haciendo fuera de la capital?

La muestra puede ser útil en ambos sentidos. Algunos de los artistas invitados han desarrollado exitosas carreras dentro y fuera de Cuba; otros apenas inician sus procesos creativos, permanecen en el anonimato o son conocidos solo en la provincia. Piedras de río puede ayudar a promocionar esas voces que gozan de menor promoción y establecer un diálogo entre ellas y las ya legitimadas o más reconocidas.

Muchas veces los creadores “de provincia” son víctimas del fatalismo geográfico o no tienen acceso a los grandes centros de difusión del arte contemporáneo cubano. Estas carencias pueden ser atenuadas, desde el trabajo institucional, mediante curadurías que centren su atención en otras zonas de la producción simbólica cubana. Vivimos en un país con un potencial artístico notable que no siempre se conoce y reconoce como es debido. En este sentido, el CDAV ha venido desarrollando un constante trabajo centrado en la visibilización de artistas pertenecientes a diversas provincias del país. Recientemente hemos visto muestras dedicadas a creadores de Villa Clara, Ciego de Ávila y Santiago de Cuba. Ahora le tocó el turno a los espirituanos.   

Y en cuanto a las temáticas, ¿qué constantes apreciamos en la diversidad? ¿Pluralidad en lo territorial ¿Variedad de lo nacional?

Hay de todo: obras apegadas a lo local, obras interesadas en abordar problemáticas universales. En algunos casos se establecen maridajes entre diferentes ramas del conocimiento humano; en otros, la inspiración parte de fragmentos literarios rubricados por escritores de la provincia o de coyunturas sociales que afectan tanto a Sancti Spíritus como al país. Estaremos ante una muestra coral y diversa que defiende varios caminos discursivos y procesuales desandados por artistas pertenecientes a diversas generaciones. 

Compartes la curaduría de la muestra con Luis Rey Yero, Doctor en Ciencias del Arte, uno de los críticos más significativos de Sancti Spíritus. ¿Qué principios siguieron para lograr una armonía entre propuestas diversas, y al mismo tiempo tan concretas, que se supone sean representativas del arte yayabero?

Ante todo escogimos aquellas voces más actuales, que se apegaran con mayor fidelidad al perfil expositivo del CDAV, especializado, como sabemos, en arte contemporáneo. Ello no significa que todos los seleccionados sean jóvenes. En la muestra encontrarás a creadores con más de 70 años con poéticas de una actualidad sorprendente junto a exponentes que no superan los 30 pero han gestado poéticas maduras o sorprendentes. Respetamos, claro está, las jerarquías, aunque no las enarbolamos como un criterio de selección. Luego nos concentramos en la calidad de las obras. En muchos casos escogimos nosotros mismos las piezas; en otros, dejamos que los artistas nos propusieran; pero siempre priorizamos aquellos trabajos, en nuestra opinión, más atractivos y mejor concebidos.

En última instancia, y esto es importante aclararlo, estamos ante un ejercicio curatorial que muestra una parte del arte espirituano. Son muchos los exponentes que se quedaron fuera: artistas con gran calidad, pero cuya obra no guardaba relación con el perfil de la muestra ni del CDAV. Espero que en algún momento sean incluidos en un proyecto similar dedicado, por ejemplo, a la pintura de caballete, manifestación que cuenta con buenos exponentes dentro de la provincia.  

Lisandra López Sotuyo, Herencia (fotografía digital, 2018)
 

¿Cómo fue el trabajo con Yero? ¿Hubo conflicto de intereses?

El trabajo fue fructífero y divertido. Junto al artista José Alberto Rodríguez Ávila, quien nos asistió en el proceso de elección y conformación de la muestra, así como en la creación de su identidad, creamos un equipo curatorial que, por demás, contó con la ayuda de diversos funcionarios y especialistas espirituanos del sector de la Cultura. Si Piedras de río es una exposición plural, su organización y puesta en escena también lo ha sido.

Yero y yo pertenecemos a diferentes generaciones, pero tenemos una relación profesional basada en el respeto y la admiración del otro. También nos une el respeto hacia el arte y los artistas, lo cual es primordial para que las cosas funcionen bien. Aunque no siempre compartimos criterios, en todo momento tomamos las decisiones que reportaran más beneficios a la expo. Lo que no debe sufrir es el arte y quienes lo disfrutan.

Obviando el aniversario cerrado y oportuno del CDAV, ¿qué ventajas consideras posee este espacio para una muestra colectiva de tal magnitud?

¿Ventajas? Muchas. Para varios artistas, es la primera vez que exponen en La Habana. Mostrar parte de su trabajo en el CDAV es una experiencia iniciática. Para otros, aparecer en el proyecto implica un nuevo reencuentro con la cultura de su provincia, de su terruño. Por citarte un ejemplo, la destacada pintora Alicia Leal estaba esperando a que la llamáramos para formar parte de la muestra. Algo similar ocurrió con Adonis Flores o Marianela Orozco, yayaberos de pura cepa que viven en la capital y no dudaron en integrarse. Pienso que la principal ventaja radica en la oportunidad de mostrar en una institución tan significativa parte de nuestra identidad, de lo que somos como espirituanos.

¿Cuál es el estado de las artes plásticas en Sancti Spíritus?

Sancti Spíritus cuenta con una fuerza artística considerable, independientemente del duro golpe que representó para el territorio la desaparición de la Academia de Artes Plásticas Oscar Fernández Morera. Ello no ha impedido que se estén formando otras generaciones de artistas en provincias vecinas. Muchos de esos creadores han vuelto a su tierra y ya están generando propuestas interesantes.

Sin embargo, ese potencial no siempre es encauzado y promocionado de la mejor manera. Las artes visuales espirituanas necesitan proyectos curatoriales cuidadosos y profundos, encaminados a mostrar su riqueza y calidad. El propio Luis Rey Yero ha desarrollado una gran labor crítica y curatorial en estrecho vínculo con artistas del patio, pero, aun así, el trabajo es insuficiente. Los creadores yayaberos necesitan más promoción; necesitan verse mejor representados por la institución, que esta les desafíe y seduzca. Piedras de río constituye una de las tantas muestras que pudieran organizarse; es solo un pequeño paso de avance en ese imprescindible trabajo de visibilización tan necesario para el arte espirituano actual.

¿Qué expectativas tienes con la muestra?

Espero que los visitantes la disfruten. Sus curadores no aspiramos a la perfección, sino al aprendizaje, a la crítica y al diálogo. Tampoco nos propusimos organizar una exposición definitiva, antológica, historiográfica ni consagratoria. Su único objetivo es mostrar en el CDAV parte de la producción simbólica que actualmente se gesta en el centro del país. Como expresamos en las palabras para el catálogo, al final nos sentiremos felices si quedan en el espectador la nobleza de la roca viva y el frescor del río que fluye.