Así suena la vida (II)

Reinaldo Cedeño Pineda
16/12/2020

Editar un texto es una labor de órdago. Y si se trata de hurgar como se construye una historia a través del sonido, de aquilatar esencialidades pocas veces nombradas, de seguir la hebra desde que el investigador la lanzó al camino hasta que tejió con ella la narrativa en el estudio… el desafío se multiplica.

El gran culpable de todo es Juan Carlos Roque García, ese maestro de radialistas que gentilmente me invitó, me convenció a participar junto a él como editor del libro Así suena la vida (Roque Libros, 2020), una obra coral sobre el documental sonoro. La radio padece de tanta orfandad de memoria y en contraste, tiene tanto que mostrar, que decidí poner el hombro. Ha de quererse doble aquello que otros suelen menoscabar.

El libro tomó como epígono el programa homónimo de la radio municipal que el universo digital mundializó, el foro que este promovió y la labor de un colectivo de radialistas, el Grupo creativo Piel Adentro. De la santiaguera Radio Mambí a cualquier sitio. No sería exagerado decir que fue este un programa de radio que ―en un contemporáneo proceso de transmedia― parió un libro.

Un libro sonoro, he insistido, pues no solo habla en sus letras de la radio, sino que brinda la posibilidad, a través de los códigos QR, de escuchar varios programas seleccionados, una condición a la que aún no hemos accedido demasiado en el universo editorial cubano.

Una página del libro con los códigos QR que permiten escuchar los programas, tanto en la versión digital como en la impresa. Fotos: Cortesía del autor
 

Para algunos, Así suena la vida fue un ejercicio teórico de primer nivel. “The soundscape, la banda sonora del documental”, de la realizadora y periodista Mirtha Esther Guerra Moré (Radio Rebelde) se detiene con autoridad en el tema, al tiempo que suministra una serie de conceptos en los que tantas veces no reparamos:

La vida es, ante todo, sonidos. La alarma que colocamos para ir al trabajo, el tráfico indetenible en las avenidas, el parte del tiempo en la radio y hasta el ladrido amistoso de una mascota, conforman la indetenible banda sonora de lo cotidiano. Cada espacio desde su propio origen desarrolla sonidos propios: el pregón de un vendedor ambulante, el ruido de un transporte público, las expresiones de una lengua o el canto de un ave. El soundscape o paisaje sonoro no es más que la huella dejada tras sí por un movimiento, una práctica humana, un animal, una tecnología, un ecosistema (…)  los ambientes sonoros al igual que la salida o puesta del sol, pueden indicar el momento del día y la hora. Como el olor del más exquisito platillo de comida tradicional, los sonidos también provocan la sensación de estar en casa. (…) el paisaje sonoro no es un simple componente físico del ambiente, sino un elemento de información (…) [1]

En ciertas representaciones sicosociales y tantas veces en la imago popular, el municipio aparece como una célula pequeña, lejana, con un estadío menor de desarrollo. Y, en consecuencia, se desfavorece en pro de otras entidades de mayor proporción. Para Martí, que siempre nos tiende su luminoso pensamiento, era algo bien diferente: “Esa es la raíz y esa es la sal, de la libertad: el municipio”. [2]

Al fin, todos habitamos en un municipio. Es en el ámbito municipal, territorial, local, comunitario… donde primero asoman nuestros referentes, afectos y valores. Es en ese espacio donde emerge el primer pedazo de patria. La patria es, en primera instancia, un constructo simbólico-afectivo. Por fortuna, el sistema radial cubano apostó hace mucho por ello y de su centenar de casas emisoras, 74 tienen la categoría de municipal. Cada una de esas emisoras es, por antonomasia, un centro cultural, un reservorio de la memoria. Han de serlo, han de procurarlo.

Verdad que tienen muchos caminos por recorrer y por perfeccionar; pero no ha de negárseles todo lo desbrozado y sobre todo la permanencia, la persistencia. Una institución no son sus paredes, sino su gente. En ese equilibrio de lo posible y lo perfectible, el radialista e investigador Hernán Yglesias (Radio Ariguanabo) escribe para Así suena la vida su ensayo “Documental sonoro: funciones y posibilidades para la radio local” del cual hemos seleccionado algunos fragmentos:

(…) la radio local ha de abrirse como un espacio a lo propio, a lo distintivo, a lo alternativo que guíe hacia la singularidad de sus propuestas y permita que el oyente se reconozca en ella. De ahí que el documental sonoro sea una vía propicia para el logro de esa identidad. La posibilidad del documental sonoro de traer el sonido que también compone la vida, la cotidianidad de las personas, le permite erigirse como signo de identidad.

Por esa misma línea, debe tenerse en cuenta que a través de este género pueden “revelarse” problemáticas comunitarias que permanecen latentes, pero no visibilizadas. Esa experiencia sonora, como se sabe, apela a la memoria sensorial de los receptores, pues hace uso del poder evocativo de las palabras y los sonidos, de ahí que genere estados particulares en quienes escuchan. Para el empeño de la radio local de conseguir lo distintivo, pero a su vez lo transformativo, esta característica es esencial, pues, el oyente deja de ser receptor pasivo para convertirse en copartícipe. [3]

 Cartel de Así suena la vida.
 

Tocar a la gente

De un modo naturalista se acercan al tema la periodista Lisandra Pérez y el maestro del sonido, Georkys Cedeño, con el premiado documental sonoro Hayaca de San Luis. Ellos lograron a través del sonido y el testimonio, llevar a otro escalón, relanzar, redimensionar el rasgo identitario de un lugar, encarnado a través de un plato popular. No es poco. La radio en las manos adecuadas es una rampa artística. No por gusto, en el circuito de concursos radiales, esa propuesta arrasó.

Si el programa había sintetizado la música de Cándido Fabré, las anécdotas, los sucesos, el esfuerzo alrededor de este plato a base de maíz ―conocido como tamal en el occidente cubano―, se trataba ahora del proceso inverso. De la síntesis al análisis. Y ahí empieza el peregrinaje para buscar a los personajes que integrarán la historia, para atrapar los ambientes sonoros. No es común que asistamos a este desnudarse, al programa radial en eclosión. Para tocar a la gente hay que escucharla primero. Y así caminamos con ellos (los realizadores) para llegar hasta ellos (los protagonistas, la gente). ¿Estás listo?

A nuestro encuentro llega una señora de piel oscura, bajita, con las manos enguantadas y rostro maquillado por la mezcla de hollín y sudor; sostiene una espumadera embarrada de masa de maíz… “Disculpen la facha, pero estaba luchando con el fogón, qué se le ofrece” (…) le explicamos el  motivo de nuestra visita, la historia que queremos contar (…) nosotros grabamos y usted sigue haciendo hayacas. Marthica es muy elocuente, encanta con su narración y destreza en los quehaceres de la cocina rústica. El combustible es leña, debajo de una olla inmensa ―rebosada de agua hirviendo, esperando por las tan demandadas hayacas―, todo fluye. A través de mis audífonos voy escuchando como se fusionan todos los sonidos: el fuego, los animales del campo, el niño intranquilo, el sonar de los utensilios de cocina, una hija barriendo el patio con la tradicional escoba de palmiche… El universo sonoro del lugar, justo lo que se quería (…) Las historias me erizaban la piel, sobre todo la odisea en el período especial. ¡Cuánto esfuerzo y voluntad por sobrevivir!

El maestro de radialistas, Juan Carlos Roque durante la presentación on line del libro. Pie: El maestro de radialistas, Juan Carlos Roque durante la presentación on line del libro.

Los espirituanos Jairo Alberto Pacheco y Odalis Cid Labrada nos contaron cómo convencer a los niños de una comunidad rural para que cuenten sus historias con sus propias voces y sueños. Katiuska Ramos se fue Cuba adentro para calibrar el coraje de dos chicas enamoradas que hacen florecer su amor entre los bueyes, los surcos y la familia. De allí salió el documental Escondida… ¿de quién?, largamente reconocido este 2020. El radialista sagüero, Adrián Quintero nos demostró el papel imprescindible del guion y nos regaló de manera excepcional el suyo de la pieza La tremenda historia de “La Tremenda Corte”. Y Karla Lechuga, la experta invitada, nos trae desde la Universidad Autónoma de México (UNAM), una experiencia sensorial para explorar el sonido.

Realizadores de larga data como Carlo Figueroa y Michael García Pérez, nos devuelven las estrategias estéticas e investigativas para exhumar la huella de Frank Howard Jones, un “desconocido” precursor de la radio cubana, y honrar a Jesús Cabrera, un imprescindible de las pantallas. El cierre del volumen nos presenta la experiencia de construcción de un material sonoro desde las redes en tiempos de pandemia. Juan Carlos Roque García nos ilustra de manera exhaustiva la construcción urgente armada desde varios continentes, en esta “aldea global”, tomando como base la historia de un minero boliviano.

El libro incluyó otras referencias y enlaces a obras radiales de jerarquía como los casos Juan Barona, un hombre interminable (Carlos Luis Molina, Radio Mayabeque) y La pelea más pareja (Yamil Sánchez Aguilar, Radio 8SF), cuyos programas pueden escucharse.

Así suena la vida procuró visibilizar estos ensamblajes de ideas, experiencias de campo, teorías y asociaciones para demostrar la complejidad del proceso creativo de la radio, tomando como ejemplo el género documental sonoro. Fue una tarea difícil, pero creemos que aportativa.

El volumen, concebido en medio de las difíciles circunstancias que hemos vivido, fue presentado de manera telemática en noviembre último y está ahora mismo disponible en Amazon. Su conformación ya se abre a espacios académicos y a eventos de comunicación de muy diverso tipo, y por supuesto cuando las circunstacias lo permitan, ganará uno de los espacios ya fijados para las presentacionres concebidas a la manera tradicional. La radio necesita detenerse en sí misma, abrir sus puertas, mostrar su espesor. Puede y debe, porque Así suena la vida.

 

Notas:
 
[1] Mirtha Esther Guerra Moré: “The soundscape, la banda sonora del documental”, en Así suena la vida, Roque Libros, Hilversum, Países Bajos, 2020, p.108.
[2]  José Martí: “Un libro del norte sobre las instituciones españolas en los Estados que fueron de México”, El Partido Liberal, México, 25 de noviembre de 1891, apud en Ramiro Valdés Galarraga: Diccionario del pensamiento martiano, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2012, p. 458.
[3]  Hernán Yglesias: “Documental sonoro: funciones y posibilidades para la radio local”, en Así suena la vida… p. 54.