Juan José Arreola

(Jalisco 1918-2001), que anticipa con mucho al guatemalteco Tito Monterroso (1921-2003), autor del tan mentado “cuento más breve de toda la historia”, aquel del dinosaurio y del hombre que despierta, toda una lección de densidad significativa y de síntesis: una sola línea, un mundo pleno de resonancias.

Antes de ser conocido como escritor Arreola desempeñó múltiples oficios: panadero, actor, impresor, agente bancario… Desde su infancia lo rondó un cierto halo mítico que él mismo se encargó de acrecentar y difundir a travésde la literatura.

Había nacido en un pueblo llamado Zapotán el Grande, y le gustaba decir que, de tan grande, con el tiempo se lo habían convertido en Ciudad Guzmán. Sus libros más conocidos son Varia invención (1949), Confabulario (1952), La feria (1963) y Bestiario (1972).

Verdadero orfebre de la palabra, la narrativa de Arreola tiene un enorme componente lúdico, paródico, satírico, fantástico, ingredientes todos que luego serían explotados con desigual fortuna por la postmodernidad.

Así La feria deviene un mosaico de conversaciones escuchadas al pasar, anécdotas, relatos de extensión media, donde la palabra vertiginosa sugiere más de lo que dice. Como en esos abigarrados mercados de México, en ese libro puede hallarse de todo: lo que uno busca y lo que no sabía que llevaba muchos años buscando. (AF)