Jóvenes y consagrados. La organización musical con carácter oficial más antigua de Cuba, fundada por el Maestro Guillermo Tomás en 1899, reúne a músicos de distintas generaciones en una sensible complicidad, motivada por las ganas de hacer buena música.

“Este concierto como parte del Jazz Plaza 2023, permitió que personas de diferentes latitudes, desde el público, admiraran a una Banda que mantiene el respeto a las esencias de la música moderna y que, a su vez, se atempera a la contemporaneidad”.

Remontándonos a la época de los años 50 y 60, cuando el jazz convocaba con sonoridades hoy fácilmente reconocibles, cuando la cadencia de las melodías provocaba que los cuerpos danzaran y voces como la de Frank Sinatra se convertían en íconos y sus canciones en himnos, la Banda Nacional de Conciertos en el Teatro Martí mereció los aplausos recibidos.

Bajo la batuta de su director, Igor Corcuera, la formación ofreció interpretaciones de los temas “The blues roar”, de Maynard Ferguson; “Tenderly”, de Jack Lawrence y Walter Gross; “Memories”, de Benny Goodman; “The symphonic Gershwin”, de Warren Barker y “Locura”, cuya autoría pertenece a Horacio González, además del conocido standard “Summertime”, en el que la voz de la soprano Yoslainy Derrick le otorgó un valor añadido.

“Así tuvimos un repertorio internacional, aderezado con los ingredientes cubanos”.

Asistir a las retretas habituales que realizan en la Plaza de Armas es una manera de acercarse a su trabajo que, de manera sostenida, se enriquece cada día.

Sin embargo, este concierto como parte del Jazz Plaza 2023, permitió que personas de diferentes latitudes, desde el público, admiraran a una Banda que mantiene el respeto a las esencias de la música moderna y que, a su vez, se atempera a la contemporaneidad.

Así tuvimos un repertorio internacional, aderezado con los ingredientes cubanos. Un viaje al jazz de antaño desde el siglo XXI.