Tenemos la certeza, dondequiera que estén los maestros Juan Formell, Adalberto Álvarez y José Luis Cortés, que ellos deben estar muy complacidos por la gran acogida del público que se diera cita en un reciente concierto ofrecido por Formell y Los Van Van junto con Alexander Abreu y Havana D´Primera, en la ciudad floridana de Miami. De este gigantesco choque de trenes entre orquestas insignes de la música bailable cubana, no se podía esperar otro resultado que echar por tierra los pronósticos de quienes, cegados por el odio, auguraban el mayor de los fracasos.

Alexander Abreu —considerado uno de los mejores trompetistas de la timba cubana—, acaba de ser honrado por segunda ocasión con el Gran Premio del Cubadisco 2022, galardonado con el disco Será que se acabó en las categorías de Música bailable actual y Diseño de sonido.   

La impronta que define la esencia de Alexander Abreu, es resumida en una breve, pero concluyente oración de Elito Revé: “Está bendecido por todos los padres de nuestra música popular bailable”.

De nuevo somos testigos de que, en el contexto de la música cubana contemporánea, nadie se consagra por pura simpatía o gracias a una poderosa campaña de marketing. Para lograr el reconocimiento alcanzado por esta gustada orquesta, tienen que haberlo luchado como toca.

Desde aquella primera presentación en el cabaret Turquino del capitalino hotel Habana Libre en octubre del 2008, Havana D´Primera presentó las credenciales propias de una banda impactante, características que Alexander Abreu se encarga de consolidar a partir de sus habilidades profesionales. No por gusto ha sido llamado para colaborar en discos de personalidades tan diversas que van desde Los Papines y David Blanco, hasta Isaac Delgado y Omara Portuondo. Por eso, nada más que de otear el horizonte de la impronta creativa de Abreu, basta para percatarnos de lo que se nos viene encima.

Ahí están los discos de Havana D´Primera, como Pasaporte (2012) y La vuelta al mundo (2015) con una música intensa, cargada de esa dinámica que reclama el bailador cubano; pero que a la vez la distingue por la presencia de textos bien pensados, en los cuales nacen contagiosos estribillos para quedarse en la sensibilidad de sus seguidores. Esta capacidad del artista que nos hace identificarnos con su música, alcanza la mayor hondura emocional en icónicas piezas como Me dicen Cuba, un tema de amor al esplendor de nuestra nación, y en Quiero verte otra vez, el cálido llamado a la necesidad de cuidarnos en plena pandemia de la Covid-19.

Gran acogida del público que se diera cita en un reciente concierto ofrecido por Formell y Los Van Van junto con Alexander Abreu y Havana D´Primera, en la ciudad floridana de Miami.

Entonces, ¿valdría la pena preguntarnos cómo Alexander y su D´Primera no van a ser queridos y respetados por el pueblo si en la práctica solo han regalado felicidad desde sus canciones? Precisamente, la combinación de un encumbrado rango de relevancia artística y el arraigado sentido de pertenencia de la agrupación, es lo que permite al disco Será que se acabó trascender los límites de convocatoria de los jóvenes de hoy, quienes con esta propuesta pueden disfrutar de una veintena de populares temas de los años 80 y 90, clásicos que no merecen permanecer empolvados por la patina del tiempo.

Se trata de una integradora conceptualización donde las fronteras de épocas pasadas aparecen diluidas por la sabia decisión de una voluntad conocedora de que “lo bueno será siempre bueno”. Escuchar versiones de piezas como Échale limón, de NG La Banda; Por romper el coco, de Irakere; Pura imagen, de Adalberto Álvarez y su Son; Mi salsa, de Elito Revé y su Charangón o la misma Será que se acabó, de Juan Formell y Los Van Van, representa la agradable oportunidad de reconocernos de nuevo en los genes de una cultura, que atrapados en la hondura del llamado sabor callejero de Havana D´Primera, este nos devuelve intacto el orgullo provocador para el baile de las añejadas piezas que aparecen aquí seleccionadas.

Confeso de utilizar el hechizo de su talento artístico para preservar la vitalidad de nuestras raíces, la impronta que define la esencia de una destacada personalidad como Alexander Abreu, es resumida en una breve, pero concluyente oración de Elito Revé: “Está bendecido por todos los padres de nuestra música popular bailable”.

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