“Para ser libre he procurado darte once canciones,
la música te trae,
abre el minuto en que vamos a amarnos…”

La quiero, pero no es por ello que puedo sonrojarla con mis elogios. Más que elogios, es el sincero reconocimiento al talento que ella, tímidamente siempre pretende ocultar tras el velo de la bajista que acompaña a otros o la cantante que, a fuerza de mucho pedir, deslumbra.

11:11 es un disco dedicado a una sola persona, a un mismo amor”.

Camila Daniela —y Felibert, porque su apellido también suena artístico, aunque lo destierre de su etiqueta ahora— decidió, finalmente, adueñarse de sí misma y grabar su primer disco. Ella, compositora de las once canciones y la voz que las regala, resuelta a insertarse en el mundo de la industria musical como protagonista. El primer paso, ya.

¿Cuántos le habíamos sugerido hace tiempo que despegara? Afortunadamente le hizo caso a Adolfo (Fito) Martínez, el dueño de la sonoridad de Buena Fe, y aunque Camila Daniela debió sortear obstáculos emocionales para que la amistad con Ernesto Cisneros y Yoel Martínez no se lastimara, aceptó que fuera aquel el productor musical de este álbum en el que desnuda su sensibilidad, sin tapujos.

Amar no es privilegio es el tema que motivó realizar un videoclip, en colaboración con el Ministerio de Cultura y con la dirección de Alexander González.

11:11 es un disco dedicado a una sola persona, a un mismo amor. Tiene canciones de cuando nos conocimos, de cuando me empezó a doler, de cuando se concretó y de cuando, dolorosamente para mí, se acabó. El número responde a un código que manteníamos para comunicarnos, sobre todo desde la distancia, con todo lo que después aprendí de la numerología y sus significados”.

Veneno (con Ernesto Cisneros), Tiempo (con Cucurucho Valdés), Otra piel (con Arthur Álvarez), Hazte de amor (con Andy García), Yo no vine a romper tu corazón (con Tony Rodríguez), Gozachá (con Rolando Luna), Tu regalo (con Yandy Martínez), Silencio, Belleza colateral, Amar no es privilegio y el que titula el fonograma, son los temas que integran esta propuesta, “que aún no sé si podré cantarlos todos en el concierto sin sentir que mi alma se desgarra demasiado. Terminar el disco ya fue difícil, con sudor y lágrimas mediante”.

Amar no es privilegio es el tema que motivó realizar un videoclip, en colaboración con el Ministerio de Cultura y con la dirección de Alexander González, y que pronto estará a disposición del público en las diferentes plataformas digitales.

El álbum demoró tres años —y aún le quedan retoques— y la demora se debió a que Camila Daniela esperó por cada uno de los músicos con los que deseaba contar en las grabaciones, a los que se suman Maykel Pérez en el drums y Yaroldi Abreu en la percusión. “Con ellos quiero presentarle al público este disco. No sé cuándo ni dónde, solo sé que será un día 11 y con ellos, y si debo esperar para reunirlos a todos, lo haré”.

“Me siento ahora en el momento de mayor ansiedad de mi vida. Deseo terminar el disco, ver el videoclip, hacer el concierto”.

Otra dedicatoria especial tiene este fonograma y que demuestra, una vez más, la valía de Camila Daniela como mujer y artista sensible y profundamente agradecida. “A la diseñadora Jacqueline Fumero, quien me dijo que sí un día que le pedí vestir una de sus creaciones para un concierto que yo abría en el Teatro Karl Marx. Sin conocerme, me pidió ir a su casa y me prestó uno de sus vestidos y en él encontré la fuerza que necesitaba para cantar ese día. Lo usé también en el primer clip y con certeza lo vestiré el día del lanzamiento del disco… Ella murió hace poco, no podrá verme, pero estará conmigo, siempre.”

—¿En qué momento estás ahora?

—La demora de este disco era necesaria. Así lo creo. Yo necesitaba asimilarlo, digerirlo y poderlo cantar. Ya ves que aún requiero fuerzas para presentarlo porque es un álbum muy emotivo, y aunque cuente con el apoyo de familiares y amigos, me toca a mí hacerlo desde el alma.

“Me siento ahora en el momento de mayor ansiedad de mi vida. Deseo terminar el disco, ver el videoclip, hacer el concierto. Me sorprenderé en cada momento, estoy segura, porque cada instante es de aprendizaje y quiero disfrutar cada uno”.

Y aunque Cuba es un país tropical y la música bailable gana siempre en cuanto a espacios y promoción se refiere, Camila Daniela tiene la voz, el temple, las ganas, la proyección escénica y el aura de esas cantantes que viven a través del blues y el jazz. Que no se confunda quien la vio acompañando a JG en su gira por México, porque también le gusta bailar y de la timba se puede aprender mucho.

“Blues, jazz…Tienes razón. Justamente ahora me siento plenamente convencida, además, de que quiero llegar a los circuitos de jazz. 11:11 es mi primer disco y lo amo, pero es un poco fresa para lo que quiero hacer, al estilo de Sophie Milman y Norah Jones. Hasta ahí quiero llegar”.

Ánimo, Camila Daniela. Más de once motivos puedo darte para que no te rindas, nunca.

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