Carteles por el Futuro (CxF)

Javier G. Borbolla*
5/1/2021

Cientos de movilizaciones mundiales, miles de personas en las calles: crisis climática.

Cuba se encuentra entre los países con menos emisiones de CO2, comparado con las naciones más desarrolladas, pero no escapa a los impactos negativos que recibe el planeta Tierra.

Nos golpean eventos meteorológicos extremos como huracanes de gran intensidad, sequías prolongadas o el aumento del nivel del mar, por solo mencionar algunos ejemplos. En una sola ciudad, como La Habana, podemos encontrar vertederos a cielo abierto, ríos con intensa contaminación, costas sucias y una bahía sistemáticamente maltratada.

Carteles por el Futuro es resultado de la motivación y el esfuerzo de un conjunto de diseñadores que, preocupados por la situación del medio ambiente y la actual emergencia climática, autofinanciaron la realización de carteles originales en serigrafía en torno a esta problemática.

¡Gracias a todas y todos los que han hecho posible esta exposición!

Mientras la casa arde

Apenas comenzaba el año y un grupo de creadores visuales, pertenecientes a diferentes generaciones, formaciones, temperamentos, nos reunimos en casa de Pepe Menéndez, convocados por Miguel Monkc, para hablar de acciones concretas que podíamos hacer como actores creativos y persuasivos de nuestro contexto. Así comenzamos la travesía de este noble proyecto, con una pasión y unas expectativas muy grandes, solo motivados por la idea de “hacer algo” y no quedarnos de brazos cruzados ante todo lo que acontecía por esos días en materia de medio ambiente.

Proyectamos una inauguración multitudinaria, con participación de los medios, con recaudación de fondos para apoyar causas afines. En aquel momento no imaginábamos que una enfermedad terrible aterrorizaría al mundo, paralizaría las economías y los planes de cada ser humano, y que Cuba no escaparía de esa realidad.

A pesar de las circunstancias, el proyecto no se detuvo. Entre altibajos, imprimimos las obras, armamos las carpetas, las entregamos a sus autores y pensamos en posibles soluciones. Si algo bueno podemos sacar de la experiencia del confinamiento es que hemos tenido tiempo para meditar y comprender los fenómenos más urgentes. Hemos vivido y aún estamos viviendo una de las más terribles consecuencias del cambio climático y de la repercusión de las acciones del ser humano que atentan contra la integridad del medio ambiente.

Ahora más que nunca es imperativo gritar: ¡No hay Planeta B! La pandemia podría pensarse como una advertencia. Esto no es un simulacro. Nuestra casa arde, se consume mientras crecen los conflictos políticos y las sociedades se polarizan, mientras la fuerza de Internet nos moldea a su antojo, mientras crece el consumismo.

Hoy tenemos la oportunidad, por fin, de sacar estos carteles a la luz pública, después de casi un año de incertidumbre y en el umbral de nuevas crisis. Quizás no es el gran evento que soñamos, pero de todas formas creemos que es una manera honesta y clara de exigir nuestro derecho a vivir en un planeta habitable, en un continente habitable, en un país habitable.

Ahora nos toca seguir llevando estos mensajes a las calles, a los barrios y a todas las paredes de todas las casas. ¡Lo haremos! Para algunos, quizás es tarde, pero si hay voluntad siempre se abrirá una puerta verde con una solución.

*Co-coordinador del proyecto