Elaine Vilar Madruga

Narradora, poeta y dramaturga. (La Habana, 1989). Licenciada en Arte Teatral, especialidad Dramaturgia por el Instituto Superior de Arte (ISA). Miembro de la AHS. Ganadora de diversos premios nacionales e internacionales. Su obra ha sido editada en antologías a lo largo del mundo. Ha publicado la novela Al límite de los Olivos, Editorial Extramuros 2009; La hembra alfa, Editorial Letras Cubanas 2013; Promesas de la Tierra Rota, Editorial Gente Nueva, año 2013; Salomé, Casa Editorial Abril, 2013; Dime, bruja que destellas, Casa Editorial Abril, 2013; Alter Medea, Antares Publishing House of Spanish Culture, Canadá 2014;  De caballeros y dragones, Ediciones La Luz 2014, Framboyán, Ediciones La Luz 2014; Soy la abuela que vuela, Ediciones Unión 2014; El árbol de los gatos, Metec Alegre Edizioni, Italia, 2015 y Bestia, Lugar Común Editorial, Canadá, 2015. También ha compilado y prologado Axis Mundi: antología de cuentos cubanos de fantasía, Editorial Gente Nueva 2012 e Hijos de Koradantología del taller literario Espacio Abierto, Editorial Gente Nueva, año 2013. Ha recibido entre otros el Premio Hermanos Loynaz, 2014 y el Premio Calendario, 2020.

Deudas y aplausos

La AHS, pese a los escollos, ha mantenido una presencia sólida en sus relaciones con los asociados y ha visibilizado la obra de sus artistas, incisiva y conscientemente.

El hambre y la Bestia

Había aprendido a mirar al mundo del que había venido su abuelo – el mundo que existía detrás los muros lejanos de Ohno- con ojos hambrientos, pero sin soñar más. Todas sus esperanzas de volver  a aquel sitio habían muerto con el padre de su madre, aquel hombre que tenía la sangre de los traidores y una casta que rescatar del olvido.

Wonderland

No. No creía en esa mierda de los sueños pueden hacerse realidad, y mucho menos en tres deseos que se convierten en hechos, ni en la magia, ni en las series manga, ni en las películas de ciencia ficción de los sábados.

Selección de poemas

...pensabas en la hija que nunca tendremos / la que deseabas llamar con mi nombre / o el tuyo / aunque en realidad ninguno parecía / suficiente / ni todo lo hermoso / ni todo lo grande / para ella.

Los curtidores

Sus gritos. Peores que las fiebres que equilibraron la sobrepoblación del barrio de los fauvistas, apenas unos meses antes. Sus gritos. Da Vinci y Tiziano me perdonen. Mujeres: la creación más abominable de la tierra. Detrás de mí. Con sus manchas. Con el tatuaje de los girasoles, extendido por su rostro como una pandemia. Con su color amarillo.