J.A.H.

El delito no es arte

J.A.H.
¿Puede un artista, sea cual sea el rango que la crítica le ofrezca, intervenir a pleno albedrío en el evento de otro u otros artistas, colegas a los que debe al menos un respeto ético, por muy rival estético que se considere? La respuesta a esta pregunta es obvia e invariable, aquí y en cualquier otro lugar del planeta.