Como una estela de luz

Dayris Hernández Guerra
15/4/2019

Cada dos años se reúnen en Camagüey artistas folklóricos y sus máximos exponentes del género, así como diversas expresiones artísticas para enaltecer lo más representativo de nuestras raíces: la cultura popular tradicional y folklórica.

Del 17 al 21 de abril la ciudad de los tinajones acoge la 9na. edición del Festival Olorum, una cita con un amplio programa concebido para un público que ve reflejada su cultura en cada una de las presentaciones en plazas, calles, teatros… pues constituye una singular fiesta del sol y del folklor.

“Olorum es la energía, el gran poder energético que se simboliza con el sol, y esa luz que se expande en esos días de festival es la luz y la energía de la cultura popular tradicional que se hace como espectro, como antorcha que ilumina el pensamiento, la acción del cuerpo con relación a la danza y la música folklórica y tradicional que el evento convoca”.

 

Reynaldo Echemendía Estrada y el Ballet Folklórico de Camagüey. Fotos: Cortesía de la autora
 

Así se expresó Reynaldo Echemendía Estrada, fundador y director del Ballet Folklórico de Camagüey, a quien está dedicada esta edición por sus 45 años de vida artística. El también director artístico, formador de generaciones de artistas y presidente de todas las ediciones del Festival, contó a La Jiribilla novedades sobre la cita de este año.

“Realmente llegamos a la 9na. edición con nuevas expectativas, pues ya no solo vincula a las agrupaciones desde el punto de vista de la música y la danza, que es el centro y lo medular del festival, sino que también hay otras instituciones y otras expresiones de la cultura que se han vinculado al Olorum”.

De ahí que “la programación sea muy extensiva y sea capaz de orientar sus espacios, por ejemplo, a las artes plásticas, en este caso con una exposición sobre África de autores italianos, lo que rebasa un poco lo nacional, y tenemos, de esa propia proyección de la plástica fotográfica, una película que va a ser presentada (…), así como la proyección antes, de cada función del Teatro Principal, de unos 40 o 45 minutos de documentales dedicados a la danza en Cuba (…). Además de los concursos, fiestas en las calles, de los desfiles, de la participación de instituciones, este año vamos tener la presentación del libro Abakuá. Del mito al imaginario, en la UNEAC, también las agrupaciones de moda que van a compartir espectáculos, ya no solo en el teatro, sino también en el Centro Cultural Alkázar y que permite a las agrupaciones que van a estar en el Festival que, ya en horarios nocturnos, puedan presentarse ante este público”.

“Así nos damos cuenta de cómo Olorum se expande hacia otras expresiones, manifestaciones de la cultura, por lo que esto nos da pie a tener en la X edición del festival bases lo suficientemente sólidas e importantes para que en este concepto de la programación de lo nacional participen agrupaciones, por ejemplo, de Villa Clara, Guantánamo, Santiago de Cuba, La Habana, que van a estar presentes en esta edición del Festival Olorum”.

Un espacio para el diálogo, el intercambio, la exposición de ideas y diferentes enfoques sobre la cultura popular tradicional, la religión y diversas miradas relacionadas con el hecho folklórico suceden en las sesiones teóricas de cada año del Festival, pero en esta ocasión hay particularidades.

¿Cómo surge la idea de fusionar la 9na. edición del Festival Olorum con el III Encuentro Nacional que organiza la filial camagüeyana de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba?

“Vincular el Festival Olorum con la Asociación Cultural Yoruba nos permite ahora también tener una profundización mayor en cuanto a la parte teórica del evento, esto también nos garantiza que el Olorum, en el orden científico, sea capaz de tener espacios muy sólidos en cuanto a todo lo que ya, desde el punto de vista de la investigación científica o cultural, existe, y también desde la investigación religiosa, por primera vez en esta novena edición, este vínculo cerrado con la asociación cultural yoruba nos permite encausar también el Festival a las raíces primarias que se gestaron sobre el concepto de Olorum”.

Nueve ediciones de un Festival que ya el público camagüeyano espera porque evidencia la alta convocatoria en términos de calidades, con espectáculos de resonancias en ese sentido, ¿cuánto aporta al Ballet Folklórico de Camagüey ese intercambio con otras compañías y con el público en general?

El Ballet Folklórico de Camagüey junto a su director el maestro Reynaldo Echemendía Estrada.
 

“Teniendo en cuenta la proyección que tiene el festival hacia todo lo que entraña en el orden de lo folklórico y de la cultura popular tradicional, podemos decir que el Festival Olorum va en busca de esa, podríamos decir, estabilidad que garantice, desde la cultura popular tradicional y el folklor, ese vínculo directo con la población para retroalimentarse de lo que el pueblo nos brinda”.

“Lo más importante es que hay una identificación con el evento, esa identificación que permite que tú no puedas traicionar el hecho de lo que haces, a partir de que tienes que utilizar las bases que el pueblo te da, esa propia identificación con la sociedad (…) le permite a la cultura popular tradicional y al folklor ser y estar en la palestra pública para que las nuevas generaciones sepan sobre qué bases está construida su integración y su sentido de identidad de nación”.

Precisamente en el contexto actual, otras manifestaciones artísticas, sobre todo en el ámbito musical y danzario, ganan popularidad en las nuevas generaciones, ¿cómo lograr en los jóvenes ese incentivo por lo popular-tradicional, por lo folklórico, por nuestras raíces, en aras de salvaguardar la memoria cultural de nuestro país?

“Cumplo 44 años como educador y formador de generaciones de la enseñanza artística y fuera de esta (…), y a eso me he dedicado, a sembrar escuelas, no solamente en el orden pedagógico, que me tiene muy vinculado, sino en el orden de la formación del ser humano, porque un artista no puede estar separado del contexto histórico que vive (…)”

Y es precisamente el ejemplo de entrega, de abnegación, el ejemplo de ser educador todos los días, el que nos permite que los jóvenes puedan entender el por qué somos, de dónde venimos y cómo tendremos que ser (…) y, sobre todas las cosas, hay que enseñarles a los jóvenes que ese sentido de identidad viene de una integración, y esa integración es la que nosotros tenemos que buscar en la cubanía, en la cubanidad de nuestras bases etnoculturales y socioculturales (…), esto es lo que me inspira para que en el orden más popular yo tenga que decirle a la gente: tú tienes que defender tu raíz, tu pueblo, tu nación (….) y que debemos seguir enseñando para que los jóvenes sepan quiénes son, de dónde vienen y cómo será su generación”.

Su labor como formador de generaciones se suma a su relevante quehacer artístico durante 45 intensos años de trabajo. Esta novena edición rinde merecido reconocimiento a tan destacada personalidad de la danza en Camagüey, con una singular historia que se resume en mucha entrega al arte y a la cultura, en especial a la música y la danza folklórica.

Reynaldo Echemendía Estrada junto a los músicos del Ballet Folklórico de Camagüey,
compañía de la que fue fundador y que dirige actualmente.

 

“Al inicio de mi carrera siendo yo un muchacho, hubo un poeta importante camagüeyano, miembro de la UNEAC, figura descollante de su tiempo, que me dijo: ‘Siempre que camines por el mundo en que te estás iniciando, trata de dejar una estela de luz’, y eso no se me olvidó, y es la que he tratado de dejar a través de mis enseñanzas, y voy a decir en el campo de la cultura, porque le he dedicado una buena parte de mi vida a muchos quehaceres en el orden de la cultura, tanto la música, la danza como en el arte en sentido general, porque un director artístico o un coreógrafo tiene que saber mucho de cultura, tienes que vivir informado, tienes que estudiar con profundidad, para poder dirigir, orientar, para poder crear tiene que tener un alto nivel cultural, y esto como único lo he podido lograr es con entrega total, disciplina, organización, estudio que no para nunca, y teniendo como lema algo que yo todos los días cuando me levanto predico con mi ejemplo, incluso lo enseño a mis artistas, a mis estudiantes, durante los 45 años de quehacer artístico que voy a cumplir, solo sé que no sé nada, eso me obliga todos los días a aprender para enseñar. Ser artista es una responsabilidad con la sociedad porque el arte vive en la superestructura, y esa base que te sostiene es a la cual tú le tienes que rendir tributo y honor, por haberte permitido hacer lo que ella te permite como base económica”.

Y es precisamente esa estela de luz, de enseñanzas, de ejemplo a seguir y a la vez de compromiso la que ha dejado impregnadas en la creación artística y la cultura camagüeyana el maestro de generaciones de artistas Reynaldo Echemendía. Sus 45 años de vida artística resumen su entrega total a la música, la danza, el arte y la cultura en general, con un profundo arraigo en lo popular, lo tradicional y, en especial, en las raíces folklóricas que constituyen un eslabón clave de nuestra identidad.