¿Qué es una confidencia?

Es una declaración de fe, dicha en la confianza del que habla en quien le escucha.

La confidencia tiene como componentes la verdad, la responsabilidad por cada palabra que se pronuncia y la prudencia que calcula sus consecuencias y mide cuántos oídos pueden escucharla.

La confidencia es también la elocuencia argumental —razones— con que se expone lo que se piensa, porque una confidencia debe explicar o sugerir antecedentes, circunstancias y secuelas de cada acto, decisión o reflexión que se pronuncia.

Katiuska Blanco. Foto: Tomada de Prensa Latina

Por último, una confidencia es un intercambio íntimo de lealtades y complicidades. No hay poses. No hay simulaciones. No hay infidencias —no las puede haber cuando se trata de una historia personal que es la de un país y su pueblo.

Todo eso y mucho más es esta Biografía de Fidel Castro Ruz, escrita por Katiuska Blanco Castiñeira, periodista e investigadora, a quien conocí hace años, reportando ambos la guerra en el sur de Angola, cuando ya sus reportajes, entrevistas y crónicas desbordaban sensibilidad y un enciclopedismo tan sencillo, que no parecía posible.

Pero sí, era posible, y Fidel Castro le echó tempranamente el ojo al leer la aventura de un grupo de 82 jóvenes cubanos que, en los tempranos noventas, reeditaban la extraordinaria epopeya de un pequeño yate a través del Mar Caribe, empeñado en 1956 en traer la libertad a la Isla, y al frente de los cuales él estuvo.

Todo lo demás es resultado, y es fruto de la paciencia, de la tenacidad, del respeto y la dulzura.

El libro que hoy se presenta en Argentina en su primera edición internacional, y que vio la luz el pasado año en La Habana, es el corolario de las confidencias de Fidel a Katiuska, y de la lectura ejemplar que hizo Katiuska de la historia y de las circunstancias que rodearon a Fidel. Desde su nacimiento y crecimiento humano, moral y político, hasta erigirse en el gran líder de la Revolución cubana y en uno de los estadistas que más influyó en los destinos del mundo en la segunda mitad del siglo XX.

“El libro que hoy se presenta en Argentina en su primera edición internacional, y que vio la luz el pasado año en La Habana, es el corolario de las confidencias de Fidel a Katiuska”.

Hay por ahí otros intentos de biografías apócrifas de Fidel Castro Ruz; biografías encargadas y bien pagadas; y mucha prensa que lo difamó en la muerte tanto como en la vida. Hay toda una industria de odio que recibe todos los años millones de dólares para destruir al Fidel muerto, porque nunca pudieron lograrlo con el vivo. Todo es pérdida de tiempo, dinero, y hasta de talento, si lo hubiera.

Fidel es indestructible e inalcanzable para todos esos, tanto como es invicto, cercano y estrechamente íntimo para todos nosotros; tanto como lo sintió y nos lo entrega Katiuska.Es tan cercano, que marca el horizonte a que todos los días queremos llegar, y que se nos corre, exigiéndonos más esfuerzo.

Agradezco a Katiuska; a Ediciones Alejandro, del Centro Fidel Castro Ruz, de La Habana; a Aurelio Narvaja y Ediciones Colihue por este esfuerzo.

“Hay toda una industria de odio que recibe todos los años millones de dólares para destruir al Fidel muerto, porque nunca pudieron lograrlo con el vivo”.

Si la presencia de La Habana en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires en 2022 ha sido copiosa, diversa, rica, plural, con lo que él, Fidel, podría estar satisfecho de todos los intelectuales, artistas, escritores y poetas que representaron aquí a nuestra cultura, algo más nos faltaba, y es este acto.

Todos queríamos que ese esfuerzo hecho en medio de tantas carencias por el bloqueo recrudecido y la pandemia, incluso con amenazas subversivas, pero con mucha solidaridad, lograra traerlo de vuelta a la Argentina, no solo en nuestras ideas y sueños, sino en su vida, su obra y su voz.

Argentina y Nuestra América se merecían este libro, tanto como lo cantan unos versos: “Como si San Martín la mano pura, / A Martí familiar tendido hubiera…”

Muchas gracias.


* Presentación de Biografía de Fidel Castro Ruz, escrita por Katiuska Blanco Castiñeira.