La selección cubana concluyó hoy en un destacado cuarto lugar su actuación en la III Copa del Mundo Sub-23 de Beisbol, disputada en Ciudad Obregón y Hermosillo, en México. Su último esfuerzo ocurrió ante Colombia, en la disputa de las medallas de bronce, en un partido cerrado que premió a los cafeteros 5×3. Con nueve bajas en la nómina, como resultado de viles abandonos, la tropa de Eriel Sánchez salió al terreno en busca de una medalla que premiara la resistencia y gallardía de quienes no dejaron de luchar hasta el out 21 del último choque.

“(…) la tropa de Eriel Sánchez salió al terreno en busca de una medalla (…)”. Foto: Tomada de JIT

¿Se imaginan cómo vivir y enfrentar una competencia en tales condiciones? ¿Cómo cohesionar a una nómina cambiante casi cada día? ¿Cómo desarrollar una estrategia certera? Sin duda se trata de una situación difícil y desconcertante para todos, desde el mánager, el jugador que ansiaba una medalla y el aficionado que trataba de verse representado allí. Pero los 15 atletas que vistieron el traje hasta este sábado, junto a sus técnicos, se repusieron de un suceso y otro y otro más para llevar a Cuba hasta el cuarteto de lujo, dejando por detrás a países de tradición que contaron naturalmente con nóminas completas.

El resultado, por más que nos deje inconformes (siempre, salvo que ganemos), merece total reconocimiento, pues la preparación no pudo ser la ideal y en la sede se enfrentó mucho más que rivales de calidad.

Los mercaderes de peloteros fueron a la búsqueda de atletas prometedores y lograron su cometido. Aprovecharon las disposiciones del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba y sus deportistas (puertas cerradas) y también las flaquezas morales y éticas de quienes dejaron al equipo.

“A la estrategia nacional del beisbol le hace falta quitar de adelante la bota estadounidense que tanto roba y prohíbe, que tanto confunde, manipula y polariza (…)”.

¿Acaso es tan difícil aprender, desde la cuna, que no se va tras los sueños o proyectos personales dejando a un lado valores universales como el compromiso, la responsabilidad y el patriotismo? ¿Acaso es aceptable colaborar con la triste imagen de un banco casi vacío en la escena internacional?

¿Acaso no llevábamos a esos terrenos a Cuba, a la patria, al esfuerzo nacional porque la pelota siga adelante en medio de una situación de resistencia crítica? ¿Acaso es permisible que tales actitudes se justifiquen simplistamente culpando al Inder, la FCB o la Revolución?

A la estrategia nacional del beisbol le hace falta quitar de adelante la bota estadounidense que tanto roba y prohíbe, que tanto confunde, manipula y polariza. Pero también le hace falta un baño moral, una validación y privilegio de los más altos valores, sobre todo el compromiso, la responsabilidad y el patriotismo.

“(…) Pero también le hace falta un baño moral, una validación y privilegio de los más altos valores, sobre todo el compromiso, la responsabilidad y el patriotismo”.

Cuba, sin adjetivos ni apellidos, a secas, debiera estar por encima de todo. Dígase Cuba y dispusiéramos a entregar cada gota de sudor, sin claudicar ante nada ni nadie.

“(…) Dígase Cuba y dispusiéramos a entregar cada gota de sudor, sin claudicar ante nada ni nadie”. Foto: Tomada de Beisbol en Cuba.com

La pelota no va a levantar si solo el Inder y la FCB ajustan y ajustan clavijas; o si continúan aprobándose medidas y estrategias atemperadas a este tiempo y que —vale recordar— eran impensables e innombrables hace 30 años, cuando “el kilo no tenía vuelto, la naranja se picaba al medio” y mandábamos sobre casi todos los diamantes.

¿Quiénes responderemos a la altura del ideal trazado y las nuevas posibilidades? ¿Qué cuota de sacrificio estaremos decididos a entregar? ¿Puede triunfarse con más talento y menos decoro?

Nuestras instituciones, a pesar de tantas críticas, han leído la nueva época y los contextos. Han cambiado más de lo que se les reconoce y han negociado sin parar con propios y ajenos. ¿Hay que seguir? De acuerdo…

Pero recordemos que lograron un acuerdo histórico con la MLB que ilusionó a cientos de jugadores y sus familias en esta Isla, al tiempo que activaba las peores alarmas en la Florida.

Rápidamente se destruyó lo conseguido porque no puede haber felicidad, ni normalidad, ni lógica acá mientras exista la Revolución. Así de malvados son nuestros enemigos.

“(…) Hubo gesta y crecimiento, aun heridos (…)”.

Después del restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, nada resultó más simbólico y prometedor que la posibilidad de ver llegar a cubanos a la MLB sin cargar las huellas de la deserción o la emigración irregular. Eso era demasiado peligroso, no podía ocurrir, no con la Revolución en pie.

Esas coordenadas (y otras) siguen encuadrando al beisbol cubano. Agresiones y bloqueo desde Estados Unidos. Flaquezas internas. Retos…

México nos ganó en la ronda preliminar, donde vencimos a Alemania, República Checa, Taipei de China y Dominicana. En la súper ronda Venezuela nos dio KO, Colombia nos aventajó fácilmente y vencimos a Panamá in extremis.

Por bronce otra vez los cafeteros pudieron más, aunque sin la holgura de la primera vez. Hubo gesta y crecimiento, aun heridos. Esa es la estirpe, de eso estamos hechos, pero hay que volver a ganar por el honor y por nuestra gente. Como dijera Martí: toca levantar, no poetizar la caída.

Recibiremos a los nuestros en pocas horas. Los escucharemos emocionados. Estaremos orgullosos.

Tomado de JIT (publicado el sábado 2 de octubre de 2021).

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