Las industrias culturales y la economía creativa son dos temas de gran interés para el mundo académico cubano, y en especial para el Ministerio de Cultura (Mincult). En la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo desarrollada en 2008 se definió la economía creativa como el conjunto de actividades económicas que se basan en el conocimiento y que comprenden aspectos culturales, sociales y económicos, en interacción con la tecnología, la propiedad intelectual y los objetivos turísticos. En esa ocasión también se reflexionó sobre el poder de la economía creativa para fomentar el crecimiento económico, la creación de empleos y ganancias de exportación, y a la vez, promover la inclusión social, la diversidad cultural y el desarrollo humano.

“Las industrias culturales cubanas se caracterizan por un movimiento creativo de reconocido prestigio nacional e internacional”.

En el año 2022, durante la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible, se habló de la cultura como un bien público mundial, en sintonía con la Agenda para el Desarrollo Sostenible.

Acerca de las potencialidades y desafíos de la economía creativa para el desarrollo local y las experiencias nacionales, desde la gestión pública, se debatió en un seminario-taller celebrado recientemente en el Centro Cultural Habana Espacios Creativos, de la Oficina del Historiador de la Ciudad. El encuentro formó parte de la II Edición del Evento Nacional Conectando Ecosistemas Culturales y Creativos, coordinado por el Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) de la Universidad de La Habana, y contó con el apoyo de la Unesco.

A la cita asistieron representantes de la Oficina del Historiador y la Oficina del Conservador de las ciudades patrimoniales de Cuba, así como de urbes que ostentan la condición de Ciudad Creativa de la Unesco, actores públicos involucrados en el desarrollo de las industrias culturales y creativas, entre otros expertos.

En el seminario, la MSc. Niurka Cruz Sosa, del CEEC, hizo énfasis en el concepto de economía creativa y lo asoció a otros como economía naranja, industrias culturales y creativas, de contenido o de futuro. Advirtió que es el área económica donde el conocimiento, la creatividad y la cultura constituyen las materias primas.

La especialista acotó que la economía creativa está relacionada con el patrimonio cultural, la diversidad de actores, las redes sociales dinámicas, la cultura organizacional innovadora, la concentración de talento y creatividad, los emprendimientos y proyectos locales, los equipamientos, la programación cultural y las infraestructuras de educación e investigación.

“La economía creativa forma parte de los Lineamientos de la Política Económica y Social de Cuba”. Imagen: Cortesía de Roimar Súarez Iznaga

Por su parte, Roimar Súarez Iznaga, jefe de grupo de la Dirección de Desarrollo de Industrias Culturales y Cooperación del Mincult, explicó que la economía creativa forma parte de los Lineamientos de la Política Económica y Social de Cuba. Agregó que las industrias culturales y creativas en Cuba tienen como sustento y base conceptual el carácter democratizador de la política cultural de la Revolución, que legitimó, fomentó y desarrolló, desde los primeros años del triunfo revolucionario, las diferentes manifestaciones del arte y la cultura.

“Entre los productos culturales identificados se encuentran las artes plásticas y aplicadas, las artesanías, el cine y los videojuegos, la literatura, música, el patrimonio material e inmaterial y el diseño”.

En el contexto nacional, señaló, las industrias culturales se caracterizan por estar insertadas en el sistema institucional de la cultura, donde cada una de sus manifestaciones es atendida por estructuras organizativas creadas al efecto. Están reguladas por la política cultural, la cual procura que los bienes y servicios sean portadores de valores estéticos, éticos, políticos e ideológicos acordes a nuestros principios. Además, dijo, armonizan lo local con lo nacional; lo regional con lo universal. Están en función del desarrollo sociocultural del país y la protección de la identidad y la diversidad cultural, y son una alternativa cultural antihegemónica. Constituyen un potencial como sector económico del país y sus utilidades sostienen programas, proyectos culturales e instituciones que no generan suficientes ingresos para su gestión.

Entre los productos culturales identificados se encuentran las artes plásticas y aplicadas, las artesanías, el cine y los videojuegos, la literatura, música, el patrimonio material e inmaterial y el diseño. Entre los servicios sobresalen los turísticos culturales, cinematográficos y audiovisuales, las presentaciones artísticas, los profesionales y técnicos, los académicos, la formación y capacitación, los comerciales y los editoriales.

Súarez Iznaga indicó que el sistema de instituciones de la culturaestá integrado por Unidades Presupuestadas, Unidades Presupuestadas con Tratamiento Especial, 24 empresas (de ellas, cinco son sociedades mercantiles de capital totalmente cubano: ARTEX, RECSA, Caguayo, Abdala y Milenio), 135 centros culturales, 264 tiendas especializadas y una agencia de turismo cultural.

Algunos de los principales eventos culturales que más atraen a los turistas internacionales son el Festival Jazz Plaza, el Festival del Caribe, la Bienal de La Habana, el Festival de Cine de Gibara, la Fiesta del Tambor, la Feria Internacional Cubadisco, el Festival de la Timba y el Festival Internacional de Ballet.

En los últimos años, ha comenzado a potenciarse la comercialización online de productos culturales nacionales a través de plataformas como el MallCubano.com, de la Agencia Exportadora Soy Cubanode Artex S.A., y DeCuba.com, que oferta música (fonogramas completos o por tracks), e-books y audiovisuales.

Se agregan a esta lista las plataformas Sandunga (para la descarga, streaming y venta de productos asociados a la música mediante cobros por pasarelas de pago), y Picta.cu, que,de conjunto con la Universidad de Ciencias Informáticas, es un canal de streaming que promociona toda la obra audiovisual de la industria musical cubana, con los encargados de la aplicación D’ Ritmo.

Sandunga constituye la primera plataforma cubana de streaming. Imagen: Tomada de la página de Facebook de Sandunga

Una oportunidad para promover la labor de las industrias culturales cubanas lo constituyó, sin duda, Coatza 2023, la más importante expoferia celebrada hasta el 9 de abril al sur del Estado de Veracruz, en el municipio mexicano de Coatzacoalcos. De la Mayor de las Antillas asistió una delegación de 150 artistas, encabezada por el viceministro de Cultura, Fernando Rojas, y por Ana María Pellón Sáez, directora de Desarrollo de las Industrias Culturales y Cooperación Internacional del Mincult.

En la Plaza de los Pueblos Mágicos exhibieron sus producciones representantes del sistema empresarial cubano, entre los que destacaron Tinta Habana, que pertenece al Fondo Cubano de Bienes Culturales, y Presencia Latinoamericana S.A. (Prelasa), de ARTEX, encargada de comercializar servicios asociados al turismo cultural, académico y profesional.

Al decir de la Dra.Sc. Tania García Lorenzo, investigadora experta en economía de la cultura, las industrias culturales cubanas se caracterizan por un movimiento creativo de reconocido prestigio nacional e internacional, así como por una alta capacidad creativa. La investigadora remarcó que se trata de una actividad de alto riesgo, pero que puede llegar a aportar altos dividendos.

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