De Gente de Zona a Laura Pausini

Emir García Meralla
29/6/2018

La Habana vuelve a ser epicentro de acontecimientos musicales relevantes. Primero fue el paso del legendario grupo de rock británico  The Rolling Stones, en medio de su gira mundial, y ahora es el dúo cubano de música urbana Gente de Zona que, como guinda del pastel, invita a la cantante italiana Laura Pausini, quien es bien conocida por parte importante del público cubano.

Que Gente de Zona de un concierto en Cuba no debiera ser noticia para los habitantes de esta isla, la noticia es su invitada de ocasión y el peso de su presencia, para situar a la isla y a una parte de sus músicos en la órbita del circuito de conciertos de importantes figuras de la música internacional.


Todo indica que la Pausini es el primero de los esfuerzos de GZ por hacer coincidir en su tierra a parte
importante de esos músicos con los que han compartido escenario en los últimos dos años. Foto: Internet

 

La Pausini, lo mismo que los Rolling, se encuentra en medio de una gira de conciertos por distintas ciudades del mundo, y encontró un espacio en su agenda para presentarse aquí junto a GZ, pues un tema grabado en conjunto tiene una larga lista de seguidores a nivel internacional.

Sin embargo, además de agradecer el concierto y la intervención de la invitada, amerita valorar a profundidad el impacto que para la música cubana y la sociedad en general tuvo este espectáculo.

Partamos del presupuesto que Gente de Zona es hoy por hoy la agrupación de músicos cubanos de mayor reconocimiento a nivel internacional; que tras el éxito del tema “Bailando” —compuesto por su compatriota Descemer Bueno, donde intervienen junto a este y el cantante español Enrique Iglesias—, su popularidad  ha llegado a niveles tales que se han convertido en “los terribles enfants” de la llamada música tropical y de ciertas zonas del pop latino. Grabar, o presentarse con ellos, es garantía de triunfo y una forma de regresar a lugares de preferencia en el gusto popular para otros que vieron pasar sus mejores años, como fue el caso de Los del Río y su “Macarena”.

Entendamos, igualmente, que GZ ha transitado del reguetón más puro a una mixtura musical profunda en la que ganan peso determinados presupuestos de la música cubana y algunas corrientes internacionales, y en esa evolución juegan un papel importante la combinación del talento musical de Randy Malcon con la intuición y personalidad de Alexander Delgado. Definirles dentro de algunas de las corrientes musicales en boga hoy no es asunto de cliché: ellos se mueven entre diversas aguas y eso denota cierta originalidad conceptual, en tiempos donde “los bandos musicales” se atrincheran en busca de un mayor impacto a nivel de público.

Serán una moda los cubanos de GZ, eso nadie lo puede predecir, lo que sí es innegable es que su calidad profesional ha venido creciendo según se enfrentan a nuevos retos musicales y a nuevos públicos, cada vez más exigentes en algunos casos como el cubano, o simplemente prestos a consumir lo que la industria determine.

Qué impacto tuvo y tendrá dentro de la sociedad cubana el concierto del pasado martes. Sobre este tema me gustaría hacer algunas acotaciones necesarias. Primero, que ratifica el respeto que por los cubanos, en general, sienten estos artistas al ofrecer un multitudinario show de modo gratuito, con el mismo nivel de los que ofrecen en sus presentaciones internacionales. Sabiamente ellos afirmaron que “…cantar en Cuba, además de llenarlos de energías renovadoras, es uno de sus mayores placeres…”

En segundo lugar, este concierto es un espaldarazo a lo mejor de la llamada música urbana que hoy se está haciendo en Cuba y que se aleja de actitudes miméticas y patrones no pertenecientes a nuestra idiosincrasia musical y social. Es necesario mirar a esa generación de músicos y artistas que piensan desde los presupuestos sociales en que han crecido y darles un voto de confianza; soy del criterio que para ellos lo cubano en la música hoy va más allá de la clave y el tambor, sin renunciar a su herencia. Ejemplos hay los suficientes.

Tercero, y no menos importante, es que instituciones involucradas en la organización de este tipo de eventos adquieren, cada vez más, niveles de organización y habilidades en el manejo de este tipo de eventos masivos. Muy a pesar que “doña relajo” aún tiene peso en nuestro comportamiento social, la muestra fehaciente de ello es que aún no se piensa en un área propia para los medios de comunicación a los que se les confina a ser parte de una corte de invitados (esos que recuerdan por momentos en su conducta a los personajes del tema “Plástico” de Rubén Blades) que les obstaculiza su trabajo.

Y lo más importante, es la fidelidad que siempre muestra el público cubano a sus artistas, ese tal vez sea nuestra gran virtud; no importaron las tres horas de fuertes lluvias y tormentas eléctricas. Vinimos a bailar y a gozar con GZ y sus invitados, ese fue el pensamiento colectivo y como premio recibieron la lealtad de los músicos.

Todo indica que la Pausini es el primero de los esfuerzos de GZ por hacer coincidir en su tierra a parte importante de esos músicos y cantantes con los que han compartido escenario en los últimos dos años. En Cuba, mientras tanto, ya se rumora de un megaconcierto entre GZ y Orishas en el mismo escenario; de concretarse sería tender un puente entre las dos agrupaciones de música urbana, hip hop y latín pop más trascedentes de los últimos tiempos.

Si eso ocurre, lo mismo que próximos invitados, allí estaremos para dar cuenta de los hechos.