La proyección ascensional siempre ha sido uno de los entresijos espirituales de la comunicación visual. Desde las catedrales góticas hasta los rascacielos, es el punto de vista primero para la aprehensión espirituosa de la imagen. Y ello se ha puesto de manifiesto, una vez más, en el primer y segundo premio de los tres otorgados por el Jurado del IV Concurso de Fotografía “Lente Artístico”: Convergencias, de Neisys González Pérez y Escaleras al cielo, de Cecilia Mariño Prieto. El tercer premio recayó en Mantenimiento de la Victoria, de Yarelis González Collado; sugerente aproximación al proceso de mantenimiento de la estatua ecuestre del Generalísimo Máximo Gómez.

También el Jurado otorgó nueve menciones; más los premios especiales dados por instituciones como la UNEAC, CODEMA, Comisión Cubana de la UNESCO, Radio Metropolitana, Sello Editorial Arte Cubano, Canal Habana y Escuela de Fotografía Creativa de La Habana. Obras estas últimas, también de gran destaque estético-cognitivo, en las que el detalle arquitectónico se sutiliza hasta alcanzar un carácter abstracto-pictórico. Sirvan de ejemplo, entre otras, Tragaluz, de Daniel Ventura y Ritmo, de Lorenzo Santos (Losama), premiadas por el Canal Habana y la Escuela de Fotografía Creativa de La Habana, respectivamente.

Quien visite la exposición en la Galería “René Portocarrero”, ubicada en el vestíbulo de la Sala “Covarrubias” del Teatro Nacional, se percatará de que la estética dominante en los premios también tiene otras propuestas exponenciales de evidente intención abstracto-geométrica, en las que la particular interpretación compositiva del hecho arquitectónico en sí ─asunto de la muestra─, busca sugerir nuevas realidades y relaciones. A lo que hay que agregar un número de obras que, en la exaltación del detalle arquitectónico, bien en las características ornamentales del edificio o en rejas y guardavecinos, apuntan a generar una conciencia en nuestra población sobre la riqueza patrimonial de la capital, y los peligros que a diario corre de deteriorarse o perderse por negligencia e irresponsabilidad de sus propios habitantes. En esta perspectiva, no pocas fotos son un alerta, aun cuando su apacible propuesta visual se presente desde las esencias del barroquismo y eclecticismo de nuestra arquitectura colonial y republicana. Nada persuade más que la belleza. Y esta última cualidad es condición ineludible de la comentada muestra.

A no dudar, este “Lente Artístico” evidencia un nivel superior con respecto a las tres exposiciones anteriores realizadas. La frontalidad inexpresiva o la réplica de fachadas y esculturas a expensas de la cualidad del medio para reproducirlas ─primera imagen técnica creada por el genio humano─, ha sido superada por un tratamiento inteligente y esteticista del lenguaje fotográfico. La preselección de 56 fotografías de 1009 recibidas, da fe de ello, en tanto garante de una posibilidad manifiesta: la de hacer conciencia y ampliar los límites de la realidad mediante la imagen inteligente y bella.

La foto se hace en la mente del creador, antes de apretar el obturador. Y para que esa realidad inédita sea sorprendida y expresada como una realidad hecha arte por parte del fotógrafo, hay que sumarle al dominio técnico de la cámara ─léase oficio─, la cultura visual y general de quien la hace. A más cultura, más libertad para crear. Nuestro José Martí, un gran conocedor de la fotografía de su tiempo, expresó: “El que es capaz de crear, no está obligado a obedecer”. Aunque es oportuno acotar que para ello primero hay que hacer una obra que, al menos, esté a la altura de nuestro tiempo.

Fotografías premiadas