De todo como en botica

Luis Rey Yero
14/10/2019

Con la participación de una treintena de creadores con obras de significativos valores ideoestéticos fue inaugurada la I Bienal de Pequeño Formato Amelia Peláez del Casal, auspiciada por la Filial de Artistas de la Plástica de la Uneac en Sancti Spíritus. Concursaron por las dos becas de creación distintas generaciones y tendencias artísticas inscriptas dentro del conceptualismo, la abstracción, el paisajismo, la neofiguración, lo naif y las modalidades instalativas. Con el concepto de apertura total a los diversos discursos y propuestas temáticas se presentaron dibujos, pinturas, talla en madera, fotografía digital, collage, historieta y pirograbado.

La bienal constituye un permanente homenaje a la insigne artista Amelia Peláez del Casal (1896-1968), nacida en Yaguajay, provincia espirituana, quien formara parte de la estirpe de su tío Julián del Casal (1863-1893), poeta innovador del modernismo literario. Ambos constituyen luminarias excepcionales en la literatura y el arte cubanos, ambos ofrecieron nuevas formas de expresión atemperadas a su tiempo. Si Julián rompió con los modos de hacer de la poesía de su época que, como escribiera Federico de Onis, reflejaba “la crisis de las letras y el espíritu que se inicia hacia 1885”; Amelia logró superar la pintura académica, de la Academia de San Alejandro, al inscribirse dentro de la corriente moderna que abrió nuevos causes a la artes visuales en Cuba.

 “Mortero” de Emilio Valdivia. Fotos: del autor

 

“Igualdad de valores de Yorlin Pimienta.
 

Obtuvieron las dos becas de creación y varios premios colaterales las instalaciones presentadas por Emilio Valdivia, “Mortero” y Yorlin Pimienta, “Igualdad de valores”. El primer galardón se definió por la destreza técnica asociada con un procedimiento tradicional como la ebanistería, traducida en una obra de sólido trasfondo conceptual, que reflexiona sobre las relaciones de poder inherentes a los procesos sociales, políticos y culturales del ser humano. El segundo, por los vínculos conceptuales entre la teoría del color, el manejo de las funciones matemáticas y los procesos sociales fundamentados en la igualdad entre seres humanos y abordados mediante una obra sugerente, de fuerte carga reflexiva que promueve el diálogo y el pensamiento crítico.

Las cuatro menciones recayeron en: Héctor Herrera, quien a través del humor cáustico de alta incidencia social presentó la fotografía digital “Apretao, pero relajao”, José Alberto Rodríguez, quien mediante la manipulación de los billetes norteamericano y cubano transpone las imágenes icónicas de José Martí y Washington en “Deflación”; Laura Vaillant, que logró un dibujo, elaborado con grafito, de fuerte contenido hiperrealista titulado “En mi interior” y Ángel Luis Méndez, con la instalación “Oda al premio Darwin”, medalla construida con los restos de callos extraídos de sus pies, rinde culto a los  premios irónicos y absurdos; y toma su nombre del creador de la teoría de la evolución Charles Darwin. En todas las obras se revela la limpieza de la factura y el uso inusitado de los recursos minimalistas.

“Apretao, pero relajao” de Héctor Herrera.

 

“Deflación” de José Alberto Rodríguez.

 

“En mi interior” de Laura Vaillant.
 

Otras obras que merecen citarse son “Navegando por el límite”, instalación de Osley Ponce, quien con un alambre de púa retorcido que sale de la punta de un lápiz y un barquito de papel a la deriva refleja la tragedia del inmigrante; Luis García, quien logró una abstracción de fuerte dinámica interna a través del color y la gestualidad del trazo; Rafael González, aunque con un título inadecuado “120 kilos” y un débil manejo de sus componentes, logró una instalación con valores sígnicos aceptables y Arachely Álvarez, quien con la fotografía digital titulada “Inmunidad” logró expresar a través del lenguaje conceptualista el proceso de inmunidad de quienes son sometidos a situaciones límites de contaminación intelectual, social o de convicciones ideológicas. Como participaron en la bienal cinco naif, el grupo Bayate, de Santiago de Cuba, decidió otorgar un premio a la obra sin título de William Saroza.

Como parte de la bienal hubo una sesión teórica con conferencias ofrecidas por los miembros del jurado Maikel Rodríguez Calviño y Alain Cabrera Fernández. El primero abordó la fotografía performática con enfoque de género a través de ejemplos notables de artistas del lente que han logrado imponer su talento en un medio donde tal expresión artística estuvo reservada para los hombres; el segundo hizo referencia a los procesos artísticos en la fotografía con abundantes ejemplos que sostienen la idea central de exponer aquellas imágenes que son resultado de una preparación previa del objeto fotografiado para darle un contenido de documento.

De igual modo se presentó la novela infanto-juvenil Cerezas al óleo, de Rodríguez Calviño, ella cuenta la historia ficcionada de Oscar Fernández Morera, considerado el primer pintor espirituano, quien logró crear más de mil cuadros bajo la preceptiva de un realismo academicista en el que refleja entornos urbanos, retratos y bodegones. Como parte de la presentación se inauguró la muestra de las ilustraciones del libro realizadas por Luisa María Serrano (Lichi), caracterizada por el excelente manejo de la línea, su carácter narrativo y el uso ponderado de los claroscuros.

Como acostumbraba decir mi abuela cuando había abundancia culinaria en nuestro hogar, que eran entonces momentos de gozoso jubileo por su carácter excepcional, en la I Bienal de Pequeño Formato Amelia Peláez hubo de todo como en botica al lograr exhibir un conjunto de obras de diversas generaciones, tendencias artísticas, temáticas y técnicas, con un significativo valor artístico, tal como lo reconocieron en el acta los miembros del jurado. Textualmente expresó: el Jurado desea manifestar sus felicitaciones a los organizadores del evento, por los esfuerzos que presupone la creación de un nuevo proyecto expositivo de carácter bienal en un contexto cultural diverso y muy complejo. Dichas felicitaciones se extienden a los artistas presentes en el Salón por la calidad general de los trabajos enviados. Auguramos muchos éxitos a este nuevo evento y esperamos que perviva para el disfrute y la participación de futuras generaciones de artistas y espectadores.