Descemer Bueno giró completamente los corazones

Ivón Peñalver
2/9/2019

Descemer tiene la capacidad de parar los relojes justo donde quiere. El pasado reencuentro con su público de La Habana, en el Teatro Karl Marx, cautivó a varias generaciones de cubanos que le extrañamos, aun cuando los medios lo salvan de cualquier involuntario olvido.

Descemer Bueno hizo gala de su acostumbrada autenticidad. Fotos: Roberto Ruiz
 

Se adueñó de los corazones al llegar al escenario y ofrecer la primera nota; y para ello solo necesitó hacer gala de su acostumbrada autenticidad para decir. Junto a letras que desde el amor inmortalizan también los vínculos devenidos de él, mostró entre canción y canción un discurso de amor, hermandad, tolerancia y honestidad como rasgos indispensables para seguir andando en este mundo que cada vez se torna más raro y que, únicamente, parece salvarse si cada quien apuesta por amar.

Qué bueno que en esta oportunidad pudieron acompañarlo amigos de siempre porque así no quedó duda de que se trataría de un discurso que iría de adentro hacia afuera. Solo hubo un estreno, “Río lento”, el resto del concierto fue conformado por canciones del alma, ya conocidas y tarareadas, o por aquellas donde lo urbano es puro y sano divertimento; no por casualidad la presencia del Micha tornó el escenario en un plausible entorno de alegría.

El público aplaudió las expresiones de este músico que, aun lejos, nos hace partícipes de sus emociones.
 

Pantallas que complementaban con clips la adrenalina que el cantautor destilaba por montones, desviaron la atención sobre aquel protagonista inquieto que entraba y salía del público como si fuera su casa. Sus invitados, por supuesto, lo siguieron y de esa manera trajeron al escenario la presencia de los que no están: en primer lugar relucía el nombre de Santiago Feliú.

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Descemer Bueno junto a Haila María Mompié.
 

Acudieron a la cita del Karl Marx, Haila, quien junto a Descemer le recordó al público qué ocurre “Cuando me enamoro”; Eliades Ochoa y el anfitrión hicieron de “Preciosa”, el tema del que todos quisieran ser fuente de inspiración; Israel Rojas repitió su presencia en escena al interpretar “Sed de sol” y “360 grados”. Esto solo por mencionar algunos momentos, pues, parafraseando al propio Descemer, “los sentidos no conocen de horizontes”.

Eliades Ochoa y Descemer.
 

Desde el coro Teresa Yanet, reconocida voz, también muy joven, demostró sus excelentes cualidades interpretativas; pero sin dudas la presencia de Kelvis Ochoa en temas como “Quédate” o “Arenas de soledad” significó un punto especialmente emotivo en una noche en la cual, además de las bellas letras, se privilegió la amistad y la unión filial.

 La presencia de Kelvis Ochoa significó un momento especialmente emotivo.
 

Y justamente por amor el público aplaudió las expresiones de este amigo que, aun lejos, nos hace partícipes de sus emociones, por eso confiesa que gracias a esta Cuba dotada de cultura y de hermosas letras, él es quien ha podido ser.

Israel Rojas y Descemer interpretaron “Sed de sol” y “360 grados”.
 

Solo añadiría que es la persona que, sin conciencia de ello, conquista sueños, los convierte en nuevas esencias y logra girar los sentimientos a favor de la vida.