En el Palacio de Lombillo, en La Habana Vieja, tiene lugar la exposición fotográfica Desde otra óptica. La misma, constituida por nueve fotógrafos, tiene la particularidad de asumir sus respectivos mensajes visuales a partir de la paridad referencial que le propicia un número igual de obras pictóricas y gráficas del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana. Por ejemplo, de tal concepción se desprende que una obra de crítica social como “Campesinos felices”(1938), de Carlos Enríquez, sea referente de la foto digital “Sin título”, de 1999, de Raúl Cañibano.

La fotografía de Raúl Cañibano dialoga con “Campesinos felices” de Carlos Enríquez.

La “otra óptica”, sin embargo, no es más que la acción inversa del hecho estético-comunicativo que tuvo lugar en Cuba y el mundo a partir de la invención y generalización del daguerrotipo a partir de la década del cuarenta del siglo XIX. Esta primera imagen técnica pronto se puso al servicio de los dibujantes y grabadores de los bellos álbumes litográficos, devenidos testimonios visuales invaluables de nuestros campos y ciudades. Sirva de ejemplo los llamados álbumes de “vistas” y “tipos y costumbres” de la autoría de Federico Mialhe y Víctor Patricio de Landaluze, entre los más notables.

La “otra óptica” (…) no es más que la acción inversa del hecho estético-comunicativo que tuvo lugar en Cuba y el mundo a partir de la invención y generalización del daguerrotipo a partir de la década del cuarenta del siglo XIX.

Tales fueron las ventajas propiciadas por el uso del daguerrotipo, en cuanto a una ejecución más rápida y un dibujo más exacto de la realidad a representar como vista, que decidieron a Mialhe importar otro “aparato de sacar retratos” de Francia, para su uso exclusivo.[1] Precisamente, de Mialhe, es la vista “Fuente de la India o La Noble Habana frente al Campo de Marte”. Mientras que Leysis Quesada, como buena hija de Sancti Spíritus, se inspira en la obra “El gallero”, del vasco guanabacoense Víctor Patricio de Landaluze, para darnos una foto digital de temática campesina, de evidente carácter realista-costumbrista.

“A contra vuelo”(2010), de José Julián Martí, se inspira en el óleo “Mujer con pájaros”, de Mariano Rodríguez (1940).

En cuanto a las fotos relacionadas con obras pictóricas, destacan “A contra vuelo”(2010), de José Julián Martí, que se inspira en el óleo “Mujer con pájaros”, de Mariano Rodríguez (1940), así como “Juego de sombras”(2011), de Néstor Martí, que tiene por referente el óleo “La anunciación”(1963-64), de Antonia Eiriz. Si bien en el primer par de imágenes la relación referencial se da de manera explícita, en el segundo par, la relación entre fotografía y referente pictórico asume cierto carácter de suspenso. No obstante, tal efecto, producto de una desconocida sombra, tiene por único propósito relacionar en términos visuales la foto con el lienzo expresionista de la Eiriz. Alain Cabrera, por su parte, se solaza en lo subjetivo, pero desde la razón. Así lo pone de manifiesto en la foto digital “La pertinencia del tiempo”(2021), donde los asideros de lo cuasi abstracto-concreto de uno de los dos planos de la composición fotográfica, nos introducen a ciertos mecanismos de precisión, que tienen por contraste su referente en “Los campos magnéticos”(1931), de Marcelo Pogolotti.

“Juego de sombras”(2011), de Néstor Martí, tiene por referente el óleo “La anunciación”(1963-64), de Antonia Eiriz.

No todo está dicho Desde otra óptica; pero, lo iniciado en dicha exposición, bien puede entenderse como el comienzo actualizado de un pasado presente, que aún tiene mucho que decir, sobre todo, en un tiempo harto complejo y difícil, donde crear, y crear con justeza, hace la diferencia entre la incertidumbre y la esperanza.     

Leysis Quesada se inspira en la obra “El gallero”, del vasco guanabacoense Víctor Patricio de Landaluze, para darnos una foto digital de evidente carácter realista-costumbrista.

Nota:

[1] Ver: Jorge R. Bermúdez. De Gutenberg a Landaluze. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1990. 

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