Disuelta como sal y agua

Roberto Fernández Retamar
26/11/2016

“Me encontraba en Matanzas cuando los sucesos del 5 de agosto de 1994. Esa noche oí por radio la intervención de Fidel. Y a la tarde del día siguiente, ya en la Habana, me enteré de los detalles del incidente y vi las imágenes relativas a él. Una algazara contrarrevolucionaria había sido disuelta como sal y agua no solo por la rápida intervención de activos ciudadanos, sino por la del propio Fidel, quien se había presentado en el lugar, y había caminado desarmado por las calles, siendo vitoreado incluso por algunos de los que
momentos antes gritaban consignas hostiles y esgrimían palos o piedras. Naturalmente, en muchos causó perplejidad esa imagen del gobernante máximo de un país descendiendo de su vehículo y echándose a andar en medio de un tumulto que nadie sabía en lo que iba a parar. A mí me trajo a la memoria un recuerdo de muchos años atrás, el recuerdo de la primera vez que oí a Fidel hablar en público, en la Universidad de La Habana.”

Fragmento de Un recuerdo, de Roberto Fernández Retamar. Tomado del libro Viaje a los frutos, compilación de Ana Cairo Ballester. Ediciones Bachiller, Editorial José Martí. La Habana. 2006.