Mujeres en 2 tiempos, la ópera prima del inquieto Yasmani Castro Caballero, se estrenó ¡al fin! en la Alianza Francesa de Santiago de Cuba. Masamba Producciones. Cincuenta y siete minutos de imagen y sonido, de drama y de memoria, de canto y de teatro, para rendir tributo a dos leyendas de la cultura cubana: Bertha Armiñán Linares, diva del canto folclórico, y al espíritu irredento que fuera (que es) la actriz y dramaturga Ana María de Agüero.

Desde que tuve cerca la génesis de esta idea, la celebré. Un documental es siempre un desafío, y lo es doblemente cuando se trata de aprehender, visibilizar y aquilatar dos existencias de dilatado servicio al arte, de compromiso hasta el tuétano, de excelencia. Dos mujeres que parecerían de fantasía, si la realidad no las hubiera desbordado.

“Son dos historias a las que entrelazan la pasión y el carácter de sus protagonistas. Y la humanidad, la grandeza de levantarse sobre las cotidianas batallas”.

Corporizar las angustias, documentar los sueños ―asaltados o rotos―, testimoniar los fulgores, lograr que afloren los abrazos y capturar la vida ―¡pese a todo, la vida!―, es ya un intento para el encomio. Son dos historias a las que entrelazan la pasión y el carácter de sus protagonistas. Y la humanidad, la grandeza de levantarse sobre las cotidianas batallas.

Hay momentos fantasmales, momentos de confesiones, de encuentros. Hay instantes fotografiados de hondísima búsqueda en las raíces y en el aire. Hay momentos conmovedores en Mujeres en dos tiempos, os advierto.

Dos fundadoras y una ópera prima

Berta Armiñán Linares fue fundadora del Conjunto Folclórico de Oriente y se incorporó años después al Ballet Folclórico Cutumba. Ha rendido con su arte a medio mundo, desde la vertiente popular, afrocubana y afroantillana. Las olas baten en su garganta. ¿Qué grito, qué selva, qué montes? ¿Qué anunciación le sube de la tierra y la posee? Ella canta con la voz de los siglos, con las raíces de los muertos, con las ramas de los loas.

Bertha Armiñán, diva del canto folclórico. Fotos: Marvin Rodríguez Torres

Ana María de Agüero (1936-2020) me confesó una tarde de homenajes y poemas que su corazón nunca estaba cansado para amar. Nunca, remarcó. Ella amó hasta el último de sus días, ella necesitaba volar y lo hacía.

Fundadora del colectivo Teatro Mella y del Teatro Guiñol Santiago, en el albor de los sesenta, autora de una treintena de piezas como La panetela, Rabia morada con pespuntes verdes, Ana: dos tiempos y Teresa, muerte sublime; premiada en concursos como el José María Heredia, el Regino Boti y La escritura de la diferencia (Italia), Ana María dio vida a muchos personajes, les prestó letras, argumentos, anatomía y desgarramientos… mas ella misma fue su mejor personaje.

Ana María de Agüero, un espíritu irredento en las tablas y en la vida.

Ellas, con su resiliencia, somos un poco nosotros.

Toda ópera prima es la hebra de un camino perfectible, es un ejercicio de aprendizaje. Sus realizadores han de ser los primeros en saberlo: dónde el diálogo apremia, dónde la emoción estalla; dónde puede tocarse el desvelo y dónde el solaz, dónde la franqueza y dónde los misterios.

Mujeres en dos tiempos quiebra lanzas contra la desmemoria, y a ese propósito hemos de darle su correspondiente crédito. Por la obra desfilan testimoniantes de primera mano, figuras que han marcado las artes escénicas. Es otro punto a favor. El documental fue ganador unas semanas atrás, en el evento cinematográfico El Almacén de la Imagen (Camagüey), del premio de guion para el propio Yasmani.

Yasmani Castro Caballero (Santiago de Cuba, 1992) es licenciado en Educación y ha vivido ―desde diversas maneras―, la vida cultural de los últimos tiempos en territorio santiaguero, más allá. Actualmente estudia Comunicación Audiovisual (dirección) en la Universidad de las Artes (ISA) Filial Holguín. Él ha tocado muchas puertas hasta llegar a este tributo. Sin rendirse. Bienvenidas sean sus inquietudes. Si la concentración imanta su brújula creativa, el horizonte correrá con sus pasos.

Por el proceso de filmación desfilaron testimoniantes de primera mano.

Este documental dúplex cuenta con la dirección fotográfica de un devoto de la luz, Marvin Rodríguez Torres. La dirección de arte y el maquillaje corren a cargo de Vladímir Martínez Savón, la producción general es de Leonardo Darío Morado, la edición y el montaje de Urbano Fernández, el sonido de José Manuel González Toledo, y cuenta con música original de la autoría de Erick Ramírez Torres y Rodrigo García Ameneiro. A ellos, a los que creyeron, a todos, solo queda dar las gracias. Ya no hay vueltas. Miradla, esta es la obra: Mujeres en 2 tiempos. ¡Al fin!

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