Dulce María Loynaz, fondo patrimonial en manos cubanas

Pedro de la Hoz
29/6/2018

La valiosa colección de manuscritos originales, cartas y fotografías perteneciente a la poetisa Dulce María Loynaz (1902-1997) será conservada por la Biblioteca Nacional José Martí.


Dulce María Loynaz, fondo patrimonial en manos cubanas. Foto: Internet
 

Custodiada hasta esta semana e inventariada por el Museo Nacional de la Música, ese fondo documental, de significativo relieve patrimonial, fue traspasado a la centenaria institución.

"Es el lugar donde debe estar y en el que mediante su preservación, estudio y promoción alcanzará una función social", afirmó Jesús Gómez Cairo, director del Museo, quien formalizó junto a Eduardo Torres Cuevas, director de la Biblioteca, el acto de entrega y recepción.

Un recuerdo emocionado dedicaron los asistentes a la ceremonia al escritor vueltabajero Aldo Martínez Malo (1932-2001), albacea al que la Loynaz confió esos documentos. Entre ambos existió una profunda amistad que se expresó inicialmente a través de un nutrido intercambio epistolar.

Explicó Gómez Cairo que supo de este tesoro cuando visitó en 1993 a Martínez Malo en Pinar del Río, a propósito de una investigación sobre la obra de varios músicos oriundos de aquel territorio.

Antes de finalizar el encuentro, el inquieto intelectual pinareño mostró al musicólogo partituras y objetos relacionados con la carrera artística de la cantante, pianista y actriz Rita Montaner.

Esa colección, de notable valor testimonial, constituye hoy la joya de la exposición permanente que alberga en Pinar del Río el Centro de Información y Documentación de la Música Argeliers León. Allí se exhibe la bata que vistió la Montaner la primera vez que interpretó Cecilia Valdés, y la mítica prenda de ámbar con la que se consagró a Ochún.

Martínez Malo comentó a Gómez Cairo: "Basta por hoy; en una próxima ocasión te enseñaré otro tesoro: los papeles de Dulce María Loynaz". No se dio la oportunidad, pero luego del fallecimiento de Aldo, y al saber de las relaciones de trabajo entre su tío y el director del Museo Nacional de la Música, Loyola Fernández Martínez, heredera de los bienes del escritor pinareño, propuso a la institución la adquisición del lote.

El Ministerio de Cultura avaló la operación, pero Gómez Cairo siempre tuvo conciencia de que la Biblioteca Nacional tendría que ser el destino final de los 73 manuscritos originales, entre los que se halla el de la novela Jardín — las 719 fotografías y los restantes documentos.

El doctor Torres Cuevas reconoció la generosidad y el desempeño profesional de la dirección y el equipo de trabajo del Museo Nacional de la Música en el proceso y subrayó la importancia de que el fondo patrimonial de la Loynaz, que incluye también manuscritos de sus hermanos Enrique, Carlos Manuel y Flor, estén al cuidado de una institución cubana.

Tomado de Granma