Cada mes de octubre, la pasión por el cine realizado por jóvenes parece crecer en Camagüey, ciudad a más de 500 kilómetros de la capital de Cuba. Nacido en el Período Especial con el impulso de la Asociación Hermanos Saíz, el Almacén de la imagen se mantiene como una plataforma importante para el debate, la reflexión, la muestra de obras, el reconocimiento y los sueños de realizadores cubanos de hasta 35 años de edad.

Participar en el evento, que casi llega a su trigésima primera edición, significa siempre la posibilidad de adentrarse en las olas creativas de autores de, principalmente, el centro y el oriente del país. Suele existir entusiasmo, espíritu crítico y mucha voluntad para seguir dando pasos en ese camino de cámaras, ediciones y anhelos de pantalla grande.

Durante los días de talleres y análisis, se percibe que el Almacén es de muchos, sin importar edades, porque lo fundamental es la juventud en el pensamiento y la voluntad para seguir innovando, por eso alegra tanto ver en cada edición también a creadores experimentados, como Fernando Pérez, Gloria Rolando y Aramís Acosta, especie de hermanos mayores para quienes comienzan.

El Almacén tiene a su favor la solidez de un equipo organizador de más de 20 años al tanto de cada detalle —incluidos Reynaldo PérezLabrada y la productora Isabel Palma—, la fuerza de la AHS a nivel nacional y la tradición de buen funcionamiento de su filial en Camagüey, a lo cual se suma el apoyo de diferentes instituciones, incluido el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic).

Otros aspectos favorables son el prestigio cimentado a lo largo del tiempo y el cariño que ya sienten grandes del cine hacia el evento, como el propio Fernando Pérez, uno de los fundadores.

Fernando Pérez comparte con jóvenes en el Almacén de la imagen. Foto: Cortesía del autor

Los diferentes jurados entregan más de una decena de premios, en géneros o categorías audiovisuales de Ficción, Documental, Animado, Corto de hasta tres minutos y Promocionales. También se conceden reconocimientos en especialidades como Guion, Edición, Dirección… y el Gran Premio Luces de la Ciudad.

Suelen despertar mucho interés, además, los pitching de Ficción y Animación, pues sus ganadores aseguran el presupuesto para concretar sus proyectos.

El desafío de lo virtual

En el año 2020, por primera vez el Almacén se realizó de manera virtual, con la difusión de algunas de las obras, paneles y conferencias, que incluyeron análisis sobre temas de mucha actualidad como la narrativa y proyectos transmedia.

Sobresalió la transmisión por el canal Cubavisión y plataformas digitales del programa Luces del almacén, con dirección y postproducción de Alberto Santos, guion de Yanetsy León, producción de Esther Téllez, dirección de arte de Pepe Reyes y dirección de fotografía de Norlys Guerrero. Mediante cuatro emisiones, esa propuesta nos acercó a la historia del evento, con entrevistas a fundadores y a otros que siguen dedicando gran parte de su vida a un certamen que rebasa los límites de Camagüey.

La próxima edición será otra vez de forma virtual, pero todos soñamos con que en el 2022 podamos volver a esa ciudad de magia y gente buena en el centro del país, para abrazarnos alrededor del cine.

Para el futuro

Son muchos los retos para un evento que debe seguir creciendo y ser consecuente siempre con el espíritu renovador, sin renunciar a las esencias. Es, sin dudas, el principal certamen de la AHS para jóvenes realizadores audiovisuales.

Después de la desaparición de otras propuestas, como la Muestra Joven del Icaic, constituye también la plataforma más importante del país con sus características, específicamente para autores de hasta 35 años, capaz de aprovechar los talleres para el crecimiento profesional de los realizadores, otorgar financiamiento, poner obras en concurso y mostrarlas en salas de la urbe, favoreciendo la retroalimentación de sus autores con el público.

“Son muchos los retos para un evento que debe seguir creciendo y ser consecuente siempre con el espíritu renovador, sin renunciar a las esencias”.

Nuevas iniciativas, como el Fondo de Fomento para el Cine Cubano, pueden contribuir a la mayor calidad de las obras que compiten en el Almacén. Es posible lograr que involucre mucho más al pueblo, que sus obras se sigan proyectando en cines y también en comunidades, centros escolares y de trabajo. Se deben seguir fortaleciendo las alianzas con otros eventos, proyectos e instituciones, como el Icaic.

Sería útil que algunos de sus audiovisuales se incluyesen en el circuito nacional. El Almacén, los jóvenes realizadores, el poder de sus imágenes y Camagüey merecen el esfuerzo permanente.

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