Enrique Smith y Katia Hernández son un dueto sólido. Ambos han transitado por el mundo del diseño bien agarrados de la mano y han sido capaces de encontrar ese difícil equilibrio a la hora de concebir un producto artístico creado, ciento por ciento, a cuatro manos y dos cabezas.

Ambos están nominados en la venidera edición de los Premios Lucas 2021, que privilegia el videoclip cubano, en cuatro categorías: mejor video infantil y animación (por “Lagartijita”) y en música electrónica y efectos visuales (por “Preludio del sol naciente”).

Conocida la noticia, contacto a Enrique (Kike) para saber más detalles sobre “Preludio del sol naciente”, del músico Harold Bonet —que pertenece al CD titulado Un time, de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem)— y “Lagartijita”, de Miriela Mijares y su grupo Estilo propio, correspondiente al CD Cantar y decirte quiero, de la disquera Colibrí.

“Estamos muy contentos con esta noticia y muy felices de haber trabajado junto a Harold y Miriela. Los dos videos son animados, el primero es para adultos y el segundo para niños. Una vez más nos adentramos en el mundo de la animación. Entre los proyectos pendientes está un videoclip perteneciente al CD Humedades, del trovador Augusto Blanca, que se gesta en la Egrem. Estamos muy entusiasmados con este video y será nuestro primer videoclip filmado”.

Sobre el concurso Alicia Alonso International Dance Photography Contest, ¿Qué importancia tiene para ti el haber quedado entre los finalistas del evento?

Son dos fotografías las que han resultado finalistas, una en la categoría Stage y otra en la categoría Dance class.

Para mí es ya un premio que cuatro imágenes mías estuvieran en la semifinal y que dos de ellas hayan pasado a finalistas del evento, por ser el primer concurso fotográfico internacional de ballet en Cuba y por el prestigioso jurado encargado de seleccionar las imágenes.

Las obras ganadoras serán anunciadas el 28 de octubre y hasta ese momento se mantendrán en el anonimato los autores hasta que el jurado devele su selección, no obstante puedo regalarte las dos imágenes que salieron de competencia pero que si tienen un gran significado para mi, ambas ubicadas en las mismas categorías de las obras que si fueron seleccionadas.

Hace unos años realizaste un trabajo fotográfico muy novedoso relacionado con la refotografía. ¿Eso ha quedado como algo pasado o es una línea que puede tener continuidad?

El término refotografía —como bien lo indica— es la acción de volver a fotografiar algo o alguien, en este caso locaciones, para comparar y ver como mínimo el paso del tiempo y contextos históricos. Existen varios colegas alrededor del mundo que llevan años inclinándose hacia esta técnica dentro de la fotografía; las más conocidas son las fotos de la Segunda Guerra Mundial en las que se trabaja una superposición entre la devastación y la reconstrucción del entorno.

Mi primera propuesta refotográfica surge al revisar algunas imágenes antiguas de La Habana. En conversaciones con el director y fundador del habanero Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, Víctor Casaus, surge la idea de realizar, durante los días del XI Salón de Arte Digital, una exposición en la que se exhibiría una foto antigua junto a una foto actual del lugar en cuestión. Pero redondeando la idea, se decidió utilizar la figura de Pablo de la Torriente Brau y su estancia en La Habana como eje central.

Para el desarrollo del tema fueron convocados dos colegas: Yolanda del Amo, fotógrafa española y académica residente en Nueva York, y Alfredo Moreno, historiador y fotógrafo residente en España. Luego de revisar los materiales con que contábamos cada uno, propuse la idea de montar la foto antigua en una panorámica del lugar para integrarlas, y así salió a la luz Pablo en Buitrago (La Habana-Nueva York), refotografías de Pablo, muestra que pudo verse en la Sala Majadahonda del Centro Pablo.

“El arte depende del contexto, de las texturas, de lo que quieras expresar y resaltar en ese momento. Es cuestionable y relativo porque incluso rompiendo las reglas compositivas de los grandes maestros, puede transmitirnos sensaciones agradables o desagradables”.

En el año 2012, también en la Sala Majadahonda, presenté la exposición Habana en dos tiempos. En este proyecto muestro un recorrido histórico por nuestra capital que comenzó con una foto de la Plaza de Armas, anterior al 20 de mayo de 1902, día que se fundó la República. En esa imagen aparece la bandera de Estados Unidos hondeando en la sede del Palacio de los Capitanes Generales. Habana en dos tiempos transitó por nuestra historia fotográfica en distintos y puntuales momentos, y finalizó con la llamada crisis de los balseros —acontecida en nuestro país a inicios de los años 90—.

Con este trabajo quise rendir tributo a todos los fotógrafos que de forma anónima o reconocida nos dejaron esas instantáneas para la posteridad. Como parte del proyecto tuve la oportunidad de grabar (en video) testimonios de primera mano sobre cuándo, cómo y dónde se tomó la fotografía original de algunos de los autores vivos, como Ernesto Fernández, Rolando Pujol y Liborio Noval, lamentablemente fallecido unos días después de la mencionada entrevista.

En 2015, como parte del Foro Itinerante de Arte Urbano (FIAU), organizado por los proyectos Gigantería y Arte Corte, presenté una exposición en el barrio Santo Ángel que se tituló, valga la redundancia, El Santo Ángel y el tiempo. Las refotografías trabajadas se centraron en las emblemáticas calles Cuarteles, Habana, Tacón, Aguiar, Avenida de las Misiones, Peña Pobre, Cuba, Chacón, Compostela y el Túnel de la Bahía de La Habana.

Por supuesto que la refotografía es una línea de trabajo que puede tener continuidad, siempre vamos a contar con documentación en imágenes de nuestra gente, de nuestros momentos históricos, de cambios arquitectónicos, monumentales, y vamos a tener también nuestro punto de vista desde la actualidad, solo resta el tema a escoger y desarrollarlo con este peculiar tratamiento.

¿Cuánto de arte y cuánto de memoria puede encerrar una fotografía o una serie fotográfica? ¿Son categorías excluyentes o complementarias?

Desde mi modesto punto de vista ambas categorías son complementarias, indivisibles e inseparables. Desde el instante de la toma de un escenario, en tiempo real, se pone de manifiesto un año, un mes, un día que ya es parte del pasado, de la memoria. El arte depende del contexto, de las texturas, de lo que quieras expresar y resaltar en ese momento. Es cuestionable y relativo porque incluso rompiendo las reglas compositivas de los grandes maestros, puede transmitirnos sensaciones agradables o desagradables. Pero es un punto de vista: siempre en la fotografía el momento de apretar el obturador es decisión única del que realiza la instantánea. No así en la pintura y otras artes, donde casi siempre puedes comenzar la obra de nuevo o corregir sobre la marcha. En la fotografía digital el único plan B es borrarla y perder ese instante, a diferencia de la fotografía analógica que nos deja —para siempre— el negativo.

¿Qué has estado haciendo, desde el punto de vista profesional, en este tiempo de pandemia que se acerca a los dos años?

Me he dedicado a la ardua labor de purgar mis archivos fotográficos. Hago fotos desde el 2003, pero a partir de 2007 es que considero mi trabajo verdaderamente profesional, entre otras razones, porque cuento con una cámara más competente.

Como diseñador sé que sigues, atentamente, las campañas publicitarias. ¿Cómo evaluarías lo que se hace en cuanto a prevención de la pandemia y los adecuados comportamientos sociales? ¿Qué sugerirías?

En cuanto a las campañas —aunque no todo lo que se ha hecho está logrado— se reconoce el esfuerzo y la intención comunicacional; pero ojo, también la sobresaturación de información nos puede llevar por otro camino y generar una respuesta no adecuada por parte de la sociedad.

Por otra parte, el comportamiento social se ha fatigado y constantemente vemos en cada cuadra a alguien haciendo algo indebido que, por supuesto, puede tener desenlaces no deseados. El momento crucial que atravesamos exige mayor responsabilidad ciudadana. Es necesario que la gente entienda la importancia de la vacunación y el hecho de estar inmunizados.

Cuando termine la pandemia y regresemos a una vida parecida a la de antes, ¿qué es lo primero que harás?

Un momento como el que estamos viviendo nos ha hecho replantearnos muchas cosas. Uno puede tener incontables planes, pero sabemos que el regreso a una vida parecida a la de antes será paulatino y según orienten las autoridades pertinentes. Me gustaría volver a mi trabajo como diseñador y fotógrafo, lo cual no quiere decir que lo hayamos abandonado, pero me gustaría retomar proyectos pendientes que han tenido que aplazarse por la pandemia.

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